Hace un año Lucas Verón estaba con su familia y amigos festejando su tan ansiado cumpleaños número 18 en Villa Scasso, partido de La Matanza. En la otra punta del mismo distrito, en el “Puente 12”, estaba Sergio Berni dando una arenga de corte militar frente a la maldita bonaerense.
El aparato represivo del estado cobró un protagonismo fundamental durante la cuarentena recurriendo al amedrentamiento, torturas y castigos militares. La bonaerense que desapareció a Facundo Castro ejecutó varios casos de gatillo fácil, entre ellos el de Lucas.
“Orden, subordinación y valor” gritaba Berni golpeando a sus tacos. Cintia Duarte y Ezequiel Benítez, dos policías bonaerenses conocidos en el barrio por amedrentar a los pibes, golpearlos, robarles sus pertenencias y hasta realizar simulacros de fusilamiento, acabaron con la vida de Luquitas.
Lucas había salido con su amigo a comprar una gaseosa. Los policías lo fusilaron, pero luego tuvieron sus cómplices para la maniobra del cubrimiento: empezando por toda la comisaría N°2 de González Catán y el fiscal Juan Pablo Tahtagian, que apretaron al amigo de Lucas - menor de edad en un interrogatorio sin mayores - para que diga que estaban robando.
Un mecanismo demasiado aceitado, como para que alguien piense qué se trató de una excepción y no de la regla. Un mecanismo que si esta vez no logró funcionar, fue exclusivamente por responsabilidad, en primer lugar, de la familia y amigos de Lucas que se movilizaron, que evitaron que oculten las pruebas o desvíen la investigación. Y también de las agrupaciones políticas, sindicales, sociales, de Derechos Humanos qué apoyamos y difundimos para que no haya impunidad.
El cumpleaños de Lucas fue el 9 de julio. Pasadas las 12 de la noche él salió con su amigo a comprar. Así que fue el 10 de julio cuando los asesinos de uniforme le quitaron la vida. Por eso este sábado 10 de julio, al cumplirse un año, convocan una manifestación en el barrio de Lucas en la esquina de Pedro Russo y ruta 3.
Una manifestación para exigir justicia por Lucas, pero también para que esto no le vuelva a pasar a ningún pibe. Para enfrentar la impunidad de ayer, de hoy y de mañana.
El fiscal Juan Pablo Tahtagian fue separado de la causa sospechado de ser cómplice de los asesinos. La “justicia” había cerrado el proceso abierto contra el en la fiscalía de San Martín. Pero la movilización de familiares amigos y organizaciones solidarias logró reabrirla.
Aunque el fiscal sigue en funciones. De hecho ahora toma el caso del crimen laboral del joven Octavio Migueles, un joven que falleció cuando lo mandaron a pintar dentro de un tanque sin la protección adecuada y se intoxicó. Y nuevamente tuvo que movilizarse la familia y amigos para que la causa se empiece a mover, porque como dijo Nahiara, la hermana de Octavio, “si sos pobre no tenés ni justicia”.
Octavio trabajaba en las mismas condiciones de porquería qué trabaja la mayoría de los jóvenes - los que logran conseguir trabajo porque el 25% de ellos está desocupado - donde la precarización es la regla. Este sistema, gobierne quién gobierne, la niega el futuro a los jóvenes que están expuestos a morir trabajando o en manos del aparato represivo de estado. O a vivir haciendo malabares para llegar a fin de mes, para intentar estudiar y poder tener un futuro.
Pero atender esa demanda no parece ser una prioridad para el gobierno. De hecho si uno ve los diarios o noticieros, verá a Kicillof, Berni y Massa inaugurando centros policiales, patrulleros, nuevos agentes de esta misma maldita policía. Y en La Matanza junto a Espinoza que ha hecho del fortalecimiento de la Bonaerense su principal eje de campaña.
Utilizando para represión el dinero que falta en las escuelas, en los hospitales, en la ayuda social para quienes el ajuste (y no la cuarentena como intentan decir, porque los mismos sectores acomodados de siempre “la juntaron en pala”) dejó sin ingresos.
Por eso la pelea por justicia por Lucas, al igual que la pelea por justicia para Octavio, es una pelea por el derecho de la juventud a tener un futuro. Y allí estaremos acompañando la pelea de sus familiares como lo hicimos desde el primer momento.
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