Se informó que los establecimientos educacionales (colegios y jardines infantiles) que se encuentren en fase de cuarentena, podrán abrir de manera voluntaria, así lo explicó el ministro de educación Raúl Figueroa: "la apertura de los establecimientos en cuarentena (fase 1) es voluntaria para los establecimientos, y pasa por un trabajo adecuado con esas comunidades".
Sobre las siguientes etapas señaló: "si bien en cuarentena es voluntario, desde la fase 2 en adelante los establecimientos educacionales es importante que estén disponibles para sus familias", ya que es la única forma en que las familias pueden, efectivamente, tener el derecho de elegir si envían o no a sus hijos a clases". Agrega: "Quiero aclarar ese punto: los sostenedores tienen la obligación de tener los establecimientos a disposición de sus familias; obviamente, esto tiene una lógica gradual, de asegurar que los protocolos se cumplan, y nadie va a imponer que un colegio está abierto si no cumple con las exigencias sanitarias, pero queremos ratificar el hecho de que los sostenedores, y en particular los que administran la educación pública, deben poner sus establecimientos a disposición de las familias, para que sean ellas las que en definitiva opten si envían o no a sus hijos a clases"
Frente a la instrucción de mantener las ventanas abiertas en época de invierno declaró: "ciertamente, la ventilación constante de la sala de clases es un elemento importante para asegurar el cumplimiento de los protocolos. Ante eso llamo a los establecimientos a que organicen su funcionamiento para asegurar que los alumnos puedan tener el máximo de bienestar; por ejemplo, ser flexibles en el uso del uniforme escolar y no poner restricciones en términos del abrigo que puedan llevar a la sala de clases".
Como parte de los anuncios, Figueroa informó de la asignación de $25 mil millones adicionales, para apoyar el retorno de los establecimientos públicos y subvencionados del país, o sea todas instituciones que reciben recursos públicos: “Volver a los colegios y jardines infantiles es una necesidad urgente que tienen las familias. Por eso hemos dispuesto recursos adicionales, de manera que ningún colegio ni jardín infantil tenga ningún obstáculo para poder reabrir sus puertas”. Podrán optar a esos recursos los sostenedores, representantes legales o administradores de establecimientos con subvención del Estado, y el plazo para realizar el proceso será entre el 02 y 06 de agosto.
Pero ¿Qué ocurre en la realidad?
Si bien Raúl Figueroa informó que cerca del 63% de los establecimientos educacionales abrieron sus puertas durante el primer semestre de este año, no habla de las condiciones en las que se encuentran los establecimientos y solo hace referencia a los $180 mil millones que se destinaron para mejorar la infraestructura, pero ¿Se adecuaron todos los establecimientos educacionales para otorgar higiene y seguridad a todos/as los/as integrantes de la comunidad escolar?. Esa destinación de recursos ¿Permitirá que todos los establecimientos educacionales cuenten con los insumos requeridos para cada día de jornada escolar?.
Si a esto le sumamos que en contexto de época invernal deben mantenerse las ventanas constantemente abiertas por protocolo y la instrucción del ministro es "ser flexibles con el uso de ropa", es muy claro el nulo interés del Estado por la calidad de vida y educación que desea entregar a las y los niños y jóvenes del territorio.
Además, el ministro de educación no hace ninguna referencia a toda la carga laboral extra que siguen asumiendo las y los trabajadores de la educación para sacar adelante el sistema educativo a larga distancia o en modalidad mixta. Si a eso se le suma la carencia de insumos técnicos como internet y computadores para estudiantes y trabajadores de la educación ¿Bajo qué condiciones se sostiene este trabajo a larga distancia o en modalidad mixta, que ha sido la establecida en gran parte de los establecimientos educacionales?
Y ¿Cuál es la posición del colegio de profesores (CDP)?
Sin organizar los comunales, sin llamados a asambleas y solo levantando declaraciones que se pierden en el tiempo y el espacio, Carlos Díaz Marchant, presidente del gremio, se ha mostrado incapaz de dirigir una certera defensa por las condiciones mínimas para sacar adelante el sistema educativo en contexto de crisis sanitaria.
Descansan en la idea de que con denuncias, acusaciones constitucionales, o con reuniones con la presidenta del Senado, como ocurrió esta semana, pueden lograr “algo”. Pero en la realidad son tan poco impactantes que el mismo Figueroa le dice al magisterio que hacer: “No voy a entrar ni un segundo en una polémica adicional que jamás he buscado con el Colegio de Profesores” (...) “Si no somos capaces de generar confianza, obviamente que esto va a fracasar. Y si esto fracasa no es un fracaso del ministro de Educación, son los alumnos los que pagan el precio. Es bien importante que podamos colaborar. Y esto lo digo derechamente al presidente del Colegio (de Profesores), que ayuden un poco a que esto efectivamente se pueda mover”
Es necesario que tanto profesores como trabajadores de la educación en conjunto con las comunidades educativas puedan organizarse entre sí, no sólo para enfrentar las exigencias de la pandemia propiamente tal, sino que también para superar a las burocracias del CDP, que no convoca a asambleas, no organiza, ni se la juegan por una movilización que haga temblar al gobierno de Piñera, y que permita la conquista de cosas tan mínimas como condiciones básicas para la educación a distancia, o una vuelta a clases presenciales realmente segura para estudiantes, apoderados, docentes y trabajadores de la educación. |