En este periodo de pandemia los empresarios han aprovechado para dar una ofensiva. Muchos trabajadores vieron peligrar su fuente de ingreso, se perdieron más 3 mil puestos de trabajo registrados. Quedo demostrado que el decreto de prohibición de despidos, era una formalidad para los empresarios, y el gobierno. A la vez el silencio y complicidad de las centrales sindicales, facilitó este ataque de las patronales.
A lo largo de la pandemia se vieron proliferar los contagios y los trabajadores han lamentado el fallecimiento de miles de compañeros que dejaron la salud y la vida en las fábricas, incluso poniendo en riesgo la de sus propias familias.
Prácticamente ninguna empresa tuvo protocolos de seguridad e higiene serios, y mucho menos un plan de testeos o de producción acordes a los tiempos de vacunación. Las empresas no dejan de producir, y mucho más en el caso de las petroleras.
Mientras esto sucedía comenzaron a surgir reclamos entre los trabajadores; en algunas empresas los trabajadores organizaron intercambios sobre la necesidad de conformar grupos de higiene y seguridad para evaluar los protocolos.
En el caso de la refinería Shell Raizen, los reclamos empezaron al mes de iniciar las consecuencias de la pandemia en Argentina; a medida que avanzaba el colapso del sistema sanitario, se notaba la falta de protocolos. Quienes más sufrieron y sufren este accionar son los sectores tercerizados.
Estos reclamos se vieron reflejados en un pedido de los trabajadores para evaluar protocolos y para que se realicen testeos, evidenciando así la absoluta irresponsabilidad de la empresa, la cual tomó represalias como respuesta. Shell sancionó a 8 trabajadores y despidió a Marcos Ortiz, uno de los impulsores del petitorio.
Como sostiene Fernando Luna, miembro la Agrupación Naranja y Licenciado de Seguridad e Higiene: "Existía la intención y la fuerza para defender a todos los compañeros, pero el gremio solo dejó correr el tiempo."
Los abogados de Ceprodh (Centro de Profesionales por los Derechos Humanos), han presentado escritos en el cuales sustentan que el despido fue intencional, con el fin de amedrentar a los trabajadores, antecedente con el que ya cuentan Shell y la dirección del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Avellaneda que nuclea a los empleados efectivos de la refinería. La cámara X, ratificó la reinstalación cautelar de Marcos, ordenando a la empresa su inmediata reincorporación a su puesto de trabajo.
En entrevista con este medio Gustavo Michel de la Agrupación Naranja declaró: " Esta semana el sindicato puede demostrar si defiende a los trabajadores exigiendo el inmediato cumplimiento del fallo judicial. Las empresas multinacionales tienen antecedentes de impunidad legal. Por eso necesario todo el apoyo para Marcos, para que la empresa cumpla la orden judicial y le devuelva el trabajo, el sustento de su familia. Como vienen demostrando los trabajadores ferroviarios, la unidad y organización de los trabajadores van a garantizar el triunfo de cada lucha" |