La orden de aprehensión contra Miguel Alemán Magnani, nieto del expresidente Miguel Alemán Valdés (1946-1952), pone en evidencia la rapiña insaciable de los empresarios. A pilotos, sobrecargos, trabajadoras y trabajadores, la empresa les adeuda 1379 millones de pesos según María Eugenia Navarrete Rodríguez, presidenta de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
Se tensa la espera de resolución para las y los trabajadores de Interjet en huelga desde hace ya seis meses ante la falta de pago de los salarios. En uno de los mostradores de Interjet en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México está escrito “Sr. Miguel Alemán Magnani, por favor, no se lleve nuestro fondo de ahorro, nuestros salarios y los pagos de nuestras pensiones”.
Interjet, fundada en 2005, fue una de las divas de las aerolíneas low cost. Antes de la pandemia ya estaba en crisis por los manejos turbios de Alemán y sus socios. Ahora buscan nuevos inversores y siguen negociando con el Sistema de Administración Tributaria (SAT) la abultada deuda fiscal que contrajeron. Abogados e inversionistas apuestan a que entre en un proceso de concurso mercantil para negociar las deudas que tiene la aerolínea con proveedores, instituciones de gobierno, clientes y con los trabajadores.
Los dueños de Interjet, entre ellos Alemán Magnani, se quedaron con dinero de salarios y prestaciones de las y los trabajadores, de quienes daban vida a la aerolínea.
Pero, como todos los empresarios, los salarios que pagaba esta compañía representaban sólo una pequeña fracción de los millones que se embolsaban los accionistas, millones que recibían merced a los servicios que brindaban pilotos, sobrecargos, trabajadoras y trabajadores de tierra.
Así funciona el robo de guante blanco en el capitalismo, pero es la clase trabajadora, con su fuerza de trabajo, que construye aviones, les da mantenimiento y los opera, la verdadera generadora de riquezas, que se les expropia con ayuda de las instituciones de la “justicia” para ricos.
Como estamos viendo durante la pandemia -y también antes de ella-, ante las crisis, la patronal no duda en dejar sin salarios ni prestaciones a las y los trabajadores y sus familias.
La huelga, a pesar de la dirección de Francisco Joaquín del Olmo Martínez (CTM) que siempre mantuvo una postura conciliadora con la patronal antes del estallamiento, continúa. Las y los trabajadores mantienen guardias en turnos de 8 a 12 horas. Es indispensable rodearla de solidaridad para que triunfe, y combatir así la prepotencia patronal que pretende descargar la crisis sobre las y los trabajadores.
Ante la situación de la empresa y el desfalco perpetrado por los empresarios, hace falta pelear por la nacionalización de la misma y puesta bajo gestión directa de sus trabajadores en asambleas democráticas e impuestos progresivos a las grandes fortunas, incluyendo a la parasitaria familia Alemán, para que ese dinero se destine a mejorar la infraestructura de Interjet y el pago de las nóminas adeudadas, por el mantenimiento de todas las fuentes de trabajo, incluyendo basificación para todas y todos los empleados, con prestaciones y salarios que cubran por lo menos el costo de la canasta y se ajusten según la inflación. |