Durante el miércoles 14 de julio Luz Samaray, una joven trans de la comuna de Calama fue brutalmente golpeada y atropellada, siendo otra víctima más de los crímenes de odio contra la diversidad sexual, son realizados por aquellos grupos que se sienten aun más envalentonados gracias a Gobiernos de derecha, anti derechos de la diversidad, donde los arrojan a trabajos precarios y toda la precariedad que eso implica.
Hasta el día de hoy la joven se encuentra hospitalizada recuperándose de las múltiples heridas y golpes, al mismo tiempo el personal del hospital se encuentra realizando distintos exámenes para determinar la magnitud del daño, los resultados han arrojado que Samaray padece de un grave problema al riñón que probablemente será largamente tratado.
Luz Samaray no cuenta con una previsión de salud, lo que la ha dejado totalmente desprotegida ante este sistema de salud mercantilizado, por todo esto es que la familia de la joven trans está realizando una campaña de aportes para poder costear los gastos médicos necesarios para su recuperación.
Muchos son los casos de asedio contra la diversidad sexual, no podemos olvidar lo ocurrido con Daniel Zamudio asesinado el 2012, quien falleció producto de una golpiza que le produjo un traumatismo craneoencefálico que acabó con su vida, sin embargo cabe preguntarnos ¿Quiénes son los responsables de estos ataques?
El Estado junto a las instituciones más conservadoras como la iglesia, son responsables de perpetuar una ideología conservadora que persigue y castiga a la diversidad sexual al mismo tiempo que la arroja a las condiciones de vida más precarias y empobrecidas, cuestiones que podemos ver claramente en el caso de Samaray, donde es necesario exigir un cupo laboral trans para paliar la baja calidad de vida a las que son sometidos.
Karla Peralta Díaz dirigente de la agrupación de izquierda de mujeres y diversidad sexual, Pan y Rosas, repudió el hecho y llamó a todas las agrupaciones feministas de Calama a participar de la campaña de apoyo financiero para la recuperación de Luz, pero también para movilizarnos en contra de estos ataques de odio y las instituciones que la consuman, para decir ¡No más crímenes de odio! y por una ley de emergencia contra la violencia de género.
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