El cantante cubano cuenta en un posteo de su Facebook que lo fueron a ver dos artistas, el dramaturgo Yunior García Aguilera y su compañera, la productora cinematográfica Dayana Prieto, y que le pidieron que interceda para liberar a los presos de la manifestación del 11J. Que “llamara a alguien y que pida amnistía para todos los presos”.
Días anteriores, en un comentario a una nota de su blog, había puesto en duda los videos que mostraban la violencia de la policía contra los manifestantes. Tal vez por eso condicione el pedido de libertad a aquellos que “no fueron violentos”. Defenderse de la represión policial, de un régimen opresor del cual el mismo Silvio Rodriguez fue víctima, no es violencia.
blog de Silvio Rodriguez Segunda cita
El pedido de los artistas que lo visitaron, parece que lo hubieran sumergido en los recuerdos, en otros años, en los que también había pedido amnistía. “Fue en la Tribuna Antimperialista. Un segundo antes de subir una autoridad me dijo que no lo dijera. Si no digo eso, no digo nada, respondí. Y pude llegar al micrófono. Y entre otras muchas cosas pedí la libertad de aquella gente con quienes no estaba de acuerdo. Y un par de semanas después (no por mi culpa) 70 vidas fueron libres".
En una publicación posterior, sigue por la línea de los recuerdos y se remonta a varios años antes, “hice lo que hice ayer porque fue lo que hicieron conmigo hace medio siglo, cuando a algunos les pareció que yo no era un joven trovador sino un problema”. No sabemos exactamente cuáles fueron esos problemas, pero basta imaginarse un joven artista de los años setenta, cruzado por los aires del Mayo Francés o de los procesos que se vendrían, de la revolución centroamericana, de la revolución nicaragüense del 79. En aquel momento, con un régimen stalinista como el de la burocracia castrista, solo podemos imaginar un escenario de represión. Hoy es casi lo mismo, salvo que los curas de la iglesia católica, en general contra la revolución, pueden expresar sus ideas libremente, por ejemplo en sus misas.
Aún en los años 80, sobrevolaban los aires revolucionarios en Latinoamérica que salía de las dictaduras en el cono sur, y la trova cubana recorría los países en recitales multitudinarios. En Argentina el grito era “Nicaragüa vencerá” para alentar la Canción urgente… Se partió en Nicaragua otro hierro caliente / Con que el águila daba su señal a la gente/ Se partió en Nicaragua otra soga con cebo / Con que el águila ataba por el cuello al obrero.
Por aquellos años setenta, en su discurso pronunciado en el aniversario del asalto al Cuartel Moncada, Fidel Castro llamó a Nicaragua a no hacer “una nueva Cuba”, o sea a no expropiar a los capitalistas. Porque la revolución ya a habían hecho, el sandinismo había tomado el poder, pero no había expropiado salvo algunas tierras del dictador Somosa. Más tarde, en los años 80, el mismo Castro, impulsó los acuerdos de Contadora y Esquípulas que le pusieron un fin al proceso revolucionario que Centroamérica ya había llegado hasta El Salvador.
Siguiendo con nuestro cantautor cubano, nos confiesa que “es muy difícil que alguien haga algo que no ha visto”, y entonces solo él imitó hoy a aquellos que se solidarizaron con él en el pasado, los que habían pedido por su libertad. Muchos de ellos, “la mayoría se jugó la vida en la insurrección”. Silvio Rodriguez pertenece a una generación más cercana a los días de la revolución del 59. Muy diferentes, son las generaciones actuales en Cuba, marcadas por los años noventa de neoliberalismo, de la restauración burguesa posterior a la caída del Muro de Berlín, y la falta de horizontes revolucionarios. Pero que sufren la represión y un nivel de vida muy inferior al de los miembros de la casta burocrática del Partido Comunista Cubano.
Sin embargo, la enorme y creciente diferenciación social en la que el mundo capitalista sumió a las masas del planeta, y la pandemia devastadora, también hacen pensar que el futuro no puede ser continuar con este sistema de explotación del trabajo humano. Y muy cerca de la isla pudimos ver en EEUU, movilizaciones de jóvenes rebelándose contra el racismo y levantando de nuevo las banderas del socialismo. En varios países títeres del imperialismo norteamericano, Chile, Perú, Colombia, las masas se rebelaron contra la desigualdad social. Son todos procesos políticos esperanzadores que pueden ayudar a las masas cubanas a impedir que la burocracia castrista restaure el capitalismo en la isla, y derrotar al imperialismo terminando con su bloqueo criminal. A su vez, conquistar el camino de una nueva revolución que barra con el régimen de opresión, que haya libertad de organización para todos los que defienden las conquistas de la revolución cubana y que los destinos de Cuba estén en manos de los trabajadores y el pueblo cubano. |