El próximo lunes 26 de julio debían reiniciarse las clases en la provincia de Chubut. Esto no sucederá ya que ATECh, sindicato docente de la provincia, luego de 19 meses de tregua y paz social ha convocado a 48 horas de paro contra el congelamiento salarial y exige una recomposición salarial del 50 por ciento. Una exigencia que está por debajo de la inflación de la Patagonia que en estos 19 meses fue cercana al 60 por ciento.
Muchas y muchos trabajadores de la educación tienen los salarios por debajo del costo de la canasta familiar. Y empieza a emerger la desilusión con el gobierno nacional del Frente de Todos que prometió “heladera llena” y “la vuelta del asado” y lo que vino fue ajuste, y un apoyo explícito al ajustador Mariano Arcioni, su aliado en la provincia.
La pérdida del poder adquisitivo del salario contra la inflación, es terrible y esto no es un dato menor ya que repercute directamente en la vida cotidiana de este sector, donde, se debe tener en cuenta que existe un amplio grupo de mujeres que son el único sostén de familia y para poder cubrir los gastos elementales muchas veces se trabaja muchas horas o tienen hasta tres cargos para poder solventarlos. Esto hace que exista un desgaste físico y mental de lxs trabajadores de la educación.
Frente a esto el gobernador Mariano Arcioni ya adelantó que no habrá aumento de sueldo porque no hay dinero disponible en la provincia. Y el ministro de economía, Antonena, señaló que “El tema de los salarios nos conmueve" pero primero "uno de los puntos fundamentales fue restructurar la deuda internacional", es decir pagar a los bonistas. Y por si quedaban dudas agregó que "el objetivo para el segundo semestre de 2021 es tener las deudas que tenemos por atrasos salariales de manera corregida", es decir mantener los salarios congelados.
Y en el colmó de la provocación dijo “que los docentes somos unos privilegiados” porque nos están pagando la deuda salarial luego de 2 años, y obviamente sin la cláusula gatillo, es decir, un robo al salario consumado con el apoyo de la dirección kirchnerista de ATECh que avaló esto en febrero de este año con una consulta trucha por internet para mostrar su alineación con el gobierno nacional del Frente de Todos.
Hay que invertir las prioridades: Plata para salud, educación, vivienda y trabajo y no para la deuda externa
Los números de la economía vuelven a mostrar que el problema en Chubut no es la plata, sino cuales son las prioridades del gobierno provincial, que en este tema también cuenta con el apoyo y acompañamiento de los demás partidos en la legislatura. Julio es otro de los meses pesados en los que Chubut afrontó y pagó vencimientos de deuda por casi 2.000 millones de pesos, una cifra que representa cerca del 40% de una masa salarial completa de los empleados estatales y los jubilados provinciales. Una suma extremadamente abultada para una provincia que no termina de pagar las deudas salariales y no abre paritarias para los sueldos que se han depreciado casi un 60% en los últimos años. Esto muestra una vez más que la escasez de recursos es para los trabajadores y no para el pago de la deuda.
Y como el ajustador Arcioni, no tiene problemas en mostrar su política de ajuste, de búsqueda de divisas para pagar la deuda, afirma que la salida es la implementación de la Megamineria, una provocación más, que ya hace 18 años el pueblo dice No.
La situación de las escuelas y de las y los estudiantes, no es prioridad del gobierno
Otro punto importante es la vuelta a clases, en marzo comenzó el ciclo escolar, si bien en principio se hizo de manera virtual, muchos de lxs pibes no tenían conectividad por lo tanto sus estudios se vieron interrumpidos, paulatinamente fue presencial, aún sin haber estado vacunadxs, y con un protocolo aprobado sin la participación de docentes y de las familias de lxs alumnxs.
Debemos recordar que no hubo inversión en materia edilicia, para refaccionar las escuelas, muchas de ellas estuvieron sin funcionar por diversos problemas de agua, luz, gas. Ejemplo de esto es el anuncio de que no podrán abrir el 25% de las escuelas en Comodoro Rivadavia.
Hay que discutir un plan de lucha desde las escuelas y coordinar con todos los sectores que enfrentan el ajuste, la pobreza, la precarización laboral y el intento de avanzar con la megaminería
El sector docente se encuentra en conflicto desde hace tres años, realizando diferentes acciones que van desde asambleas escolares, paros prolongados movilizaciones masivas, cortes de rutas, bloqueos a los centros económicos importantes como es por ejemplo los piquetes en los caminos a los pozos petroleros en Cerro Dragón o el bloqueo a Aluar en 2019, hasta incluso la toma del Ministerio de Educación en 2018.
Muchas de estas medidas fueron impulsadas por las bases docentes, autoconvocándose desde las escuelas en asamblea como pasó en Trelew, ante la pasividad de la conducción del gremio, que profesaba en ese momento el slogan kirchnerista de “hay 2019” intentando evitar que se desarrolle la lucha en las calles contra Macri y en ese momento su aliado Arcioni. No pudieron Goodman y la dirección de ATECh evitar el torrente de lucha que se transformó en un conflicto nacional.
Pero, las expectativas en el Frente de Todos en octubre de 2019 y la pandemia en 2020 le permitió a la Celeste de ATECh imponer la paz social. Hoy a casi dos años del levantamiento de la lucha de las 17 semanas, aún no hemos tenido una respuesta favorable, ya que la educación, al igual que la salud o la vivienda digna o trabajo genuino no son las prioridades de este gobierno.
Mariano Arcioni como Alberto Fernández han optado por pagar la deuda externa, subsidiar las petroleras, pesqueras, los bancos, Aluar, los terratenientes y ajustar a las y los trabajadores y los jubilados.
Estos problemas son comunes en todo el país, lamentablemente, hace pocos días, nos enteramos del fallecimiento de una docente en Añelo, Neuquén, producto de una explosión, algo totalmente evitable si las escuelas estuvieran en condiciones. Es por esto que venimos exigiendo un plan de lucha a nivel nacional para comenzar a dar respuesta a los graves problemas en educación.
En nuestra provincia necesitamos un plan de lucha, que se discuta y decida desde las escuelas, uniéndonos con la comunidad educativa, los distintos sectores en conflicto como es salud, estatales, asamblea ambiental, para poder entre todos, en unidad y en instancias de coordinación democrática poner en pie las medidas necesarias para frenar el ajuste que recae sobre el pueblo trabajador y el pueblo pobre cada vez más postergado. Esta pelea desde las escuelas nos fortalecerá para exigir un plan de lucha y un congreso provincial de delegados de base con mandato, como en el 2019, para que decidamos los docentes y no los dirigentes.
Así también, es necesario frente al escenario electoral de septiembre y noviembre fortalecer al Frente de izquierda Unidad, en la provincia y en el país, no solo para conquistar más bancas al servicio de la lucha como demostraron en estos años Nicolás Del Caño, Romina Del Pla o Nathalia González entre otros, sino para que la izquierda clasista y socialista sea la tercera fuerza política que pelee por el triunfo de las luchas y fortalezca la perspectiva de derrotar el ajuste en curso del gobierno provincial y nacional.
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