El día viernes de la semana recién pasada se concretó el lanzamiento de la candidatura de Yasna Provoste (DC), quien llevaba semanas mostrándose como posible presidenciable, de los sectores tradicionales de la ex Concertación. A la candidatura de Provoste se sumaron las ya declaradas de Narvaez (PS) y Maldonado (PR).
Después de un debate entre los partidos para intentar posicionar sus respectivas candidaturas, especialmente después de la difícil posición en la que quedaron luego de la primaria que convocó a un importante número de votantes y mirando con particular incertidumbre lo que fue el resultado del Apruebo Dignidad, acordaron la realización de una “primaria ciudadana” solo dos días antes de la inscripción oficial de las candidaturas. Esta primaria será presencial y abierta a militantes y simpatizantes del sector.
Esta primaria es un intento desesperado por parte de los partidos tradicionales de la ex Concertación (PS, PPD, PR y DC) más algunos pequeños (Nuevo Trato, PRO, PL) por mostrarse como “atractivos” para los sectores que rechazan la herencia de los 30 años luego del estallido social.
Ahora, estos partidos que por años gobernaron a favor de los empresarios y las multinacionales, quieren hacernos creer que impulsaran los cambios estructurales que la clase trabajadora y los sectores populares exigieron en las calles. Quieren hacernos creer que afectarán los negocios de las grandes empresas cuándo son los que llenan los directorios de clínicas privadas, AFP, universidad privadas y todo tipo de negocios ligados a lo que construyeron desde la vuelta a la democracia.
Provoste dice que su candidatura no se levantó desde los partidos sino desde la ciudadanía, pero en realidad quienes han levantado su candidatura son las “encuestas” y los grupos económicos tras ellas. Son quienes ven en la DC “de izquierda” una carta para evitar la figura de la “extrema izquierda” representada por el Apruebo Dignidad, una DC que vuelva al poder para reponer el orden, volver a hacerse pasar por falsos amigos del pueblo, que hablan de derechos sociales mientras mantienen las privatizaciones y las ganancias empresariales. Narváez y el PS señalan que son el partido de Allende, pero por 30 años han sido un partido neoliberal, que defendieron el modelo de la dictadura como propio.
Una primaria desesperada
Uno de los fenómenos que se observó durante la primaria del 18 de julio fue el número de votantes que acudieron a las urnas en favor del "Apruebo Dignidad".
Como explicamos aqui el hecho de que no participara la ex Concertación, no impidió que sus votantes acudieran en favor de uno u otro sector. Por esta razón, los candidatos del "Apruebo Dignidad" intentaron correrse hacia el centro para hablarle a ese sector y fue Gabriel Boric y el Frente Amplio quien buscó de manera más decidida captar ese voto.
Recordemos que semanas antes de la primaria se conformó la facción dentro del partido socialista que votaría por Gabriel Boric, haciendo un llamado público a apoyarlo en la primaria del 18 de julio. El té con Paula Narváez, más las alusiones a la necesidad de llegar a acuerdos con sectores que no necesariamente pertenecen por ahora en Apruebo Dignidad, fueron generando las condiciones para que Boric capitalizara el voto de sectores de la concertación.
Todos estos gestos no son gratuitos, ahora desde la ex Concertación ven como un posible escenario quedar fuera de la primera vuelta debido al peso electoral que pueda llegar a tomar el "Apruebo Dignidad" frente a una candidata del PS o la DC que no logren convocar a los sectores de izquierda que siempre los vieron como "el mal menor".
A pesar de la "popularidad" de Provoste, esta pertenece a los sectores que por años votaron leyes contra el pueblo y representan al odiado régimen heredado de la dictadura.
Con la elección de gobernadores la DC tuvo un pequeño respiro, especialmente luego de la catástrofe de la Constituyente, pero si en esta primaria vota un número muy menor de personas (lo cual es ampliamente probable) no hay certeza de que el resultado de la misma pueda entregar la legitimidad "ciudadana" que buscan para mostrarse como competitivos de cara la primera vuelta, lo cual posiblemente profundice la crisis de legitimidad de estos partidos tradicionales y socave aun más sus propias bases sociales. El escenario aun se encuentra abierto. |