La semana próxima y las siguientes muchos de nosotros teníamos reuniones pendientes con Paola Suárez. -
La noticia nos golpeó en seco. Nadie quiere creerlo y al pasar las horas el estupor se va transformado en tristeza y desolación. Porque Paola Suarez no era una productora más. Todos los que la conocimos podemos afirmar eso sin titubear. La vimos forjarse año tras año preguntándonos cómo hacía para ponerse encima tantos y tan variados proyectos y de dónde sacaba toda esa energía inagotable para estar en tantas cosas.
Mientras leo en las redes la repercusión sobre la noticia de su repentina muerte y comprendo aún más lo que significa Paola Suarez para el mundo del audiovisual (no sólo cordobés sino también el nacional.
Paola tuvo el mérito de ponerse a la cabeza algunos de los desafíos más ambiciosos de la cinematografía cordobesa, y la partida la encontró colaborando en cada etapa de su actual desarrollo, a través del impulso de numerosos proyectos.
Su aporte para destacar a mujeres en el ámbito del cine, la llevó a impulsar políticas de género en diferentes espacios provinciales y nacionales. Uno de ellos es la creación del reciente concurso de ópera prima para mujeres y disidencias de Córdoba. También bregaba siempre por el cupo (femenino y disidencias) en el armado de equipos técnicos.
Fue generosa en transmitir su experiencia y conocimiento a nuevas camadas a las que les dejó un significativo legado.
Su desempeño llevó a la producción local a dar un salto internacional. “La chica que limpia” obra que nos encontró colaborando, es uno de los claros ejemplos de esta trascendencia.
En esta serie, abordamos temas poco digeribles para un estado que es responsable en la mercantilización y violencia sobre el cuerpo delas mujeres. La chica que limpia, introdujo temáticas sensibles como la trata, la putrefacta policía que está detrás de los delitos y crímenes que la protagonista debe limpiar bajo amenaza. La chica que limpia es una humilde mujer trabajadora de la limpieza cumpliendo un rol protagónico.
No compartíamos visiones acerca de las políticas del desarrollo audiovisual y la industria bajo el sistema capitalista, pero no puedo dejar de reconocer su apertura para debatir y escuchar.
Como a otros colegas nos unían proyectos nuevos hacia adelante y nos quedaron pendientes reuniones para pensar juntas esas ideas, esas historias, esos personajes.
Es justo que Paola Suárez sea recordada por su labor y seguramente alguna sala o premio llevará su nombre, pero principalmente y lo más importante, por tantos guionistas, elencos y técnicos que tuvieron la suerte de compartir proyectos.
Su partida deja sabor a orfandad y tristeza en el mundo del cine y el audiovisual cordobés. ¡Hasta Siempre Paola! |