Fotos: Sabrina Ramírez y Joaquín Díaz Reck
Johana fue desaparecida el 26 de julio de 2017, la última vez se la vio en la estación de servicio de 1 y 63 de La Plata. Desde ese día comenzó una lucha testigo en la región. Fue y es una muestra del carácter de clase y patriarcal que tiene el Estado, donde miles de mujeres desaparecen en “democracia” y son víctimas de las redes de trata para la explotación sexual.
No es un caso aislado. Según datos actualizados a mayo del 2017 por el informe “desaparición en democracia” elaborado por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), hay 3.228 mujeres, niñas y adolescentes desaparecidas en nuestro país.
Johana, como las miles de mujeres y niñas que son víctimas de femicidio y desaparición en manos de redes de trata, sufren la violencia de un Estado y una justicia patriarcal y de clase. Que también se expresa en el abandono sistemático que padecen estas mujeres y niñas, más aún cuando están en condiciones de extrema vulnerabilidad como Johana.
“Gracias por acompañarme en estos 4 años de lucha (...) Nuestras pibas siguen desapareciendo, como Guadalupe, como Tehuel. Hoy a 4 años de la desaparición de Johana me sigue faltando la alegría de mi casa, me sigue faltando la madre de mi única nieta, me sigue faltando la hermana de mis hijos. Yo me quiero ir de este mundo cruel con justicia, justicia por Johana y por todas las pibas (...) Tenemos que ir por todos los que fueron cómplices y responsables del femicidio de mi hija”. expresó Marta Ramallo.
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