Hace algunos días, vecinas y vecinos de Trelew se mostraron preocupados por el cambio de color de al menos dos lagunas, ubicadas en el predio de la Corporación de Fomento de Chubut (CorFo), sobre la Ruta 8, a pocos kilómetros del Parque Industrial.
Esta “anomalía” se debe al volcado de residuos por la empresa Rawson Ambiental Sociedad Anónima (RASA), formada por distintas compañías pesqueras pertenecientes a la denominada "flota amarilla". Dentro de los mismos, el causante de la coloración es el sulfito de sodio, un compuesto que se usa como conservante antibacteriano para preservar a los langostinos que serán transportados para su exportación. Los residuos de esta sustancia, así como los peces y mariscos tratados con ella, son transportados en camiones cisternas hacia "lagunas", cuando no simplemente desechados en el río.
Los sulfitos son usados comúnmente en alimentación como aditivos antimicrobianos (en la cerveza o el vino, por ejemplo), ya que en dosis bajas no representa un peligro. Pero en concentraciones altas, si se ingiere directamente o entra en contacto con la piel o mucosas, puede ser altamente tóxico, por lo que es este aspecto el que debe ser evaluado exhaustivamente. El cambio de color del agua ya es un indicador de concentraciones altas, pero además se suma el olor a podrido y fétido que según las y los vecinos proviene de la laguna, hace pensar en lo grave que es la situación.
Este hecho no es nuevo, pero se vio agravado por la protesta de habitantes del barrio “Área 12” de la ciudad de Rawson que bloquearon el paso de los camiones que llevaban desechos de la industria pesquera, vertidos directamente sobre las napas sin procedimiento alguno. Esto llevó a que las pesqueras acudan a las autoridades provinciales de Chubut para que les den un permiso provisorio para el volcado de los desechos en la laguna de Corfo. Los responsables de Control Ambiental de la provincia minimizaron este hecho diciendo “el color rojizo no provoca daño y en unos días desaparecerá” pero localidades locales denunciaron el hecho como “falta grave a la institucionalidad gubernamental”, y reclaman no convertir a Trelew en el “patio trasero” para “guardar” los desechos de las industrias pesqueras.
Las empresas pesqueras que operan en esta zona, obtienen ganancias multimillonarias cada año, pero aún así no pagan el flete para trasladar estos desechos a la planta de tratamiento que está en Puerto Madryn, a solo 60 km del lugar, lo cual deberían hacer por ley. Al contrario, desde el gobierno se permite y a lo sumo se limitan a multas aisladas. Y no sorprende: se trata de un gobierno y un Estado –provincial y nacional– que promueven el extractivismo en diferentes formas, desde megaminería y monocultivo forestal hasta la predación pesquera, privilegiando justamente la generación de ganancias empresarias por sobre condiciones de vida y ambientales, mientras lo justifican con discursos falaces de “generación de empleo”.
Es por eso necesario que sean lxs trabajadorxs y pobladores de la zona quienes deben de tomar estas actividades en sus manos, que garanticen un adecuado trato hacia el ambiente y una adecuada relación entre producción y trato ecológico, desterrando la continua contaminación y terminando con la destrucción que llevan a cabo estas grande empresas.