Este lunes se confirmó en Chile el fallecimiento de Fernando Karadima Fariña, expárroco de la Iglesia El Bosque y quien fuera investigado por abuso sexual y condenado por la justicia canónica.
Los primeros hechos se notificaron en 2004. Pero las denuncias del año 2010, fueron dadas a la luz pública en donde James Hamilton, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz, víctimas del exsacerdote Fernando Karadima, acusaron los hechos. Fue en 2011 que el Vaticano declaró a Karadima culpable de sexuales y psicológicos reiterados cuando era párroco y aunque el Vaticano reconoció los hechos, los delitos fueron prescritos.
La hipocresía de la Iglesia Católica
“Acompañamos de cerca a las víctimas sobrevivientes y a sus familias, pidiéndole a Dios misericordioso que pueda sanar el dolor causado a todos quienes han sufrido“, indicó el arzobispado de Santiago mediante un comunicado.
El Arzobispado de Santiago recién tomó distancia de él cuando avanzó el juicio civil, como una forma de evitar que se les condenara al pago de indemnizaciones, argumentando que la responsabilidad era exclusiva del exsacerdote.
Años después, Karadima Fariña fue expulsado de la Iglesia Católica en 2018 por decisión del Papa Francisco. En marzo del 2019 la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago acogió la demanda civil presentada por Hamilton, Cruz y Murillo y condenó al Arzobispado de Santiago. El origen de la acción civil fue motivada por la “negligencia sistemática e ignorancia deliberada” de las autoridades de la Iglesia Católica al enfrentar sus denuncias por abusos sexuales.
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