La crisis y el conflicto de Garbarino se fue intensificando a partir de las últimas semanas. Mientras la cadena comercial continúa sin pagar salarios adeudados, aportes previsionales, cerró sucursales y llevó adelante miles de suspensiones, crece la respuesta de los trabajadores en distintos puntos del país.
“Hace 3 meses que no cobramos los sueldos, aguinaldo, y nos han dejado sin cobertura médica. Tenemos compañeros oncológicos, compañeras con embarazo de riesgo. Somos alrededor de 3800 personas que trabajamos en Garbarino y estamos a la deriva porque ni el gremio con Cavalieri a la cabeza se hace cargo de la situación”, explicó Carlos, trabajador autoconvocado del Centro de distribución de La Tablada.
El establecimiento, actualmente se encuentra tomado por 200 trabajadores camioneros quienes se sumaron a los reclamos que desde abril vienen realizando los empleados y empleadas de Comercio en distintos puntos del país. También vienen llevando adelante medidas similares los trabajadores de Digital Fueguina y Tecnosur ubicadas en Tierra del Fuego (ambas empresas pertenecientes al Grupo Garbarino), quienes ocuparon la fábrica en resguardo de los 247 puestos de trabajo, en este caso encuadrados en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
La empresa, que busca “reconvertirse” hacia el comercio virtual, flexibilizando y poniendo en riesgo la fuente de ingresos de la totalidad de sus empleados, se encuentra además atravesada por un verdadero escándalo de lavado de dinero que expuso, en una publicación de reciente aparición, la periodista Emilia Delfino en el Diario AR.
Según la denuncia, que hasta ahora no había salido a la luz, la empresa está acusada de ocultar el origen de fondos millonarios y la identidad de sus mayores accionistas. Un verdadero vaciamiento planificado que permitiría explicar porqué Garbarino S.A. pasó de ser la principal cadena de venta de electrodomésticos del país a venderse por el valor simbólico de 1 peso a Carlos Rosales, ex funcionario del gobierno de Scioli en la Provincia de Buenos Aires y actual protesorero del Club San Lorenzo.
“Todo esto es en realidad una estafa que está cometiendo Rosales y somos los trabajadores de Garbarino quienes padecemos las consecuencias por un empresario que quiere llenarse los bolsillos y dejar a toda la gente en la calle”, agregó Carlos.
A pesar de las distintas audiencias que hubo en el ministerio de Trabajo con la patronal y los sindicatos, los compromisos de pago adeudados a los trabajadores no se cumplieron. Sin embargo, Rosales obtuvo muchos beneficios por parte del Gobierno tales como el desembolso millonario que implicó el ATP destinados a pagar parte de los salarios, así como otras medidas de ayuda económica y financiera.
Ante la falta de respuesta de las cúpulas de los sindicatos en los que están encuadrados, cada vez son más los trabajadores y trabajadoras de Garbarino se vienen organizando en varias provincias y analizan realizar medidas más contundentes para que sus reclamos sean escuchados de una vez por todas. ¿Qué pasaría si Comercio, Camioneros, metalúrgicos y todos los gremios que tengan algún tipo de representación sindical en Garbarino convocan a medidas de fuerza contra el cierre, por el pago completo de salarios y el respeto de todos los puestos y condiciones de trabajo? |