El disparo a quemarropa por parte de un agente de la Policía bonaerense al cantante Chano Charpentier abrió múltiples debates. Lejos de preguntarse qué posibles abordajes desde un enfoque de derechos humanos se le podrían dar a los padecimientos de la salud mental, desde los sectores más reaccionarios, con Sergio Berni y Patricia Bullrich a la cabeza, salieron a instalar la necesidad de equipar a las fuerzas represivas con pistolas Taser.
El precandidato a diputado en la Ciudad de Buenos Aires por el Frente de Todos, Leandro Santoro, salió a respaldar el reclamo de estos sectores en una entrevista en A24 con Romina Manguel: “estoy a favor de las Taser”. A lo que sumó “¿cuál era el temor que teníamos desde los derechos humanos? Que se utilice como instrumento de tortura” asegurando que “se perfeccionó la pistola y tiene una cámara que a partir de que vos le quitás el seguro antes de disprar graba todo”.
“Lo hablé con Berni en su momento, le pregunté cómo funcionaba”, remató. El ministro de Seguridad de Axel Kicillof, fue el primer vocero en salir a reclamar su utilización, con un discurso que busca posar de humanitario: el disparo a Chano “se podría haber evitado con el uso de la pistola Taser”.
Sin embargo los argumentos para defender su utilización hacen aguas por todos lados, sin importar cuál sea el escenario. Según un artículo publicado el lunes en Télam, titulado ’Aseguran que el uso de las Taser es peligroso para personas con crisis de salud mental’, el propio fabricante “desaconseja utilizar las pistolas eléctricas para casos de personas bajo los efectos de sustancias o víctima de padecimientos mentales”, a lo que agrega que “dichas armas pueden causar severas lesiones y/o la muerte”. Esa es la razón por la que estas armas eléctricas están en la mira de organismos de derechos humanos y especialistas en temas de represión estatal, que vienen hace décadas cuestionando su uso, peligrosidad y letalidad.
La propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) llegó a considerarlas como “letales”. En un artículo reciente desde Amnistía Internacional, aseguran que estas armas “conllevan una serie de riesgos que pueden causar graves daños o incluso la muerte”. Desde el 2001 al 2012 “al menos 500 personas han fallecido en Estados Unidos tras recibir descargas de armas Taser durante su detención o mientras estaban en prisión” relevó dicha organización.
Lejos de cualquier artilugio que busque disfrazarlo de “humanitario”, en medio de la campaña electoral este pedido tiene como objetivo dialogar con las demandas de los sectores más reaccionarios y su reclamo de mano dura. “Basta de tirarse contra la policía y pensar que atrás de la policía hay un represor de la dictadura” declaró Santoro en diálogo con Manguel, sumando un elogio a Larreta: “hicieron un gran laburo con la Policía de la Ciudad”. También se refirió al levantamiento de la fuerza bonaerense el año pasado que llegó a rodear la quinta de Olivos con patrulleros: “tenían razón” aseguró sobre sus demandas.
Tal es la disputa de esta agenda reaccionaria que hoy el gobierno porteño salió a declarar que está evaluando la utilización de pistolas Taser. "En la Ciudad de Buenos Aires creemos que para determinados usos pueden ser una alternativa" dijo en una conferencia el Jefe de Gabinete de Larreta, Felipe Miguel.
Desde el inicio de la pandemia y la cuarentena se profundizó el empoderamiento de las fuerzas represivas. Esta campaña apunta a fortalecer a esas mismas fuerzas que actúan con total impunidad, que son las ejecutoras del gatillo fácil a los pibes en los barrios, que tienen en su haber 1 de cada 5 femicidios según releva la CORREPI y que desalojan a familias trabajadoras que no tienen un techo donde poder vivir, sea la de la Ciudad en la Villa 31 o la Bonaerense de Kicillof como sucedió en Guernica.
Al contrario de esta agenda, que busca empoderar a esas fuerzas en medio de pronósticos de mayor ajuste y conflictividad social posterior a las elecciones, como plantea el Frente de Izquierda Unidad lo que urge debatir son los problemas que atraviesa la mayoría trabajadora y pobre que hoy sufren la crisis, que se quedaron directamente sin IFE y en muchos casos sin un techo.
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