Análisis en profundidad del fútbol brasileño comparado con el resto del continente. ¿Porqué se imponen mayoritariamente? ¿Esto puede mantenerse a futuro?
El Brasileirão (campeonato nacional brasileño) presenta un valor actual de mercado total (o sea, la suma del valor de todos los equipos de la liga) de 1,05 mil millones de euros, según el sitio Transfermarkt, frente a los 810,01 millones de euros de la Primera División argentina, que es la 2da liga más valiosa de Sudamérica. A estas, las sigue muy por detrás la liga colombiana con un valor € 253,42 millones; después, le siguen la liga chilena con € 162,78 millones; la liga de ecuador con € 161,08 millones y la paraguaya, terminando el top 6, con € 139,60 millones.
Tomando en cuenta la clara diferencia de Brasil y Argentina con respecto al resto de Sudamérica, nos centraremos principalmente en sus ligas. Nos remontarnos a la temporada 2010-2011, para iniciar nuestra comparación. El valor de mercado total de la liga argentina (estimada en millones de euros) era de € 845,88 lo que representa una caída, en los últimos 10 años, del 4,3%. Mientras tanto, el Brasileirao presentaba un valor de € 424,30 lo que implica que, en los últimos años, pegó un crecimiento del 145,6%. Podemos decir que, en los mismos años, la liga de Brasil creció en el aspecto económico porcentualmente más que la liga española, que presenta un crecimiento del 112,9%. Diferencias que empiezan a marcarnos una tendencia al crecimiento económico de la liga del país carioca y un estancamiento y decrecimiento de la liga argentina.
Este poder económico se evidencia en los fichajes que se realizan en el mercado brasilero. En los últimos años se ficharon a jugadores de la talla de Dani Alves, Hulk, Douglas Costa y Filipe Luis. Si bien en muchos casos llegaron como “libres”, hay que pagarles un sueldo y precisamente en eso el mercado brasilero aumentó y muchísimo. A estos se le puede sumar la compra de jugadores a precios altísimos, para nuestro fútbol sudamericano, como la compra del delantero Gabriel Barbossa a € 17,45 millones, comprado del Inter de Milán por parte del Flamengo, post Copa Libertadores 2019 y la final ganada a River; y la compra del delantero Pedro, en enero de este año, también por parte del Flamengo a la Fiorentina por € 14 millones. Para darnos una idea de lo que significa esto, si sumamos el valor de ambos fichajes y lo comparamos con los fichajes más caros del fútbol argentino, en los últimos diez años, sería sumar los fichajes de Pratto (11,50 mill. €), Marcone (7,50 mill. €), Salvio (7,00 mill. €) y una parte mayoritaria del de Jan Hurtado (6,75 mill. €) . La diferencia vuelve a hacerse presente, por lo que no solo hablamos de que Brasil ficha libre a grandes estrellas, con sueldos millonarios, sino que, también, puede comprar su pase e, incluso, fichar a jugadores jóvenes. Si tomamos las edades de los cinco jugadores más caros, que decidieron comprar el pase, en los últimos diez años, el promedio de edad es de 23,2 años. Muy distinto al de los cinco fichajes top de la liga argentina que tienen un promedio de 27,2 años.
Pero esta diferencia se agranda más a la hora de vender jugadores. En esto, claramente Brasil supera y con creces a la Argentina. Si tomamos los últimos diez años, encontramos la venta de Neymar al Barcelona por € 88 millones, una locura total. Pero este no es un caso aislado, sino que encontramos, y cada vez más repetitivo, ventas altísimas como las de Vinicius Junior, vendido al Real Madrid por € 45 millones, Lucas Paquetá, vendido al Milan por € 38,40 millones, y así podríamos seguir por mucho más. Otra diferencia cualitativa es que Brasil directamente le vende a los grandes equipos de Europa, Real Madrid, Barcelona, PSG, Milan, Manchester City, Chelsea y demás, convirtiéndose en una especie de “trampolín” a los grandes europeos, siendo un constante semillero de estrellas. El fútbol argentino queda muy por detrás en este plano. La venta más alta fue la de Lautaro Martinez al Inter de Milán por € 25 millones y le sigue la venta de Lucas Alario al Bayer Leverkusen por € 24 millones. Sumado a esta gran diferencia está el factor cualitativo de ¿a qué equipos van? Bueno, dentro de las ventas top de la liga argentina la mayoría fue a equipos de un nivel intermedio, excepto Lautaro al Inter y Balerdi al Dortmund, muchos emigraron a equipos como Zenit, Cagliari, Olympique de Marsella, Atlanta United, Monterrey y demás.
Por lo tanto, y cerrando este primer tópico, podemos establecer que la superioridad brasileña es muy fuerte. No solamente por adquirir estrellas veteranas a costo 0 (solo le pagan su alto sueldo) sino también jóvenes promesas, que desarrolla y luego vende a un precio carísimo y a equipos top. Esto le brinda una gran estabilidad. Ahora bien ¿hacia dónde va ese dinero? ¿Qué equipos se benefician más?
Poderío futbolístico
En este aspecto el nivel de los equipos brasileños fue superior al resto, sobre todo en la Copa Libertadores, el torneo más importante en Sudamérica. Tomando desde el año 2010 inclusive, se jugaron 11 Copas Libertadores (no contamos la actual porque todavía no tiene ganador, pero ya cuenta con 4 de 8 equipos en instancias finales, pudiendo pasar a ser 5 si clasifica Fluminense que tiene pendiente su partido de vuelta ante Cerro Porteño); de esas 11 Libertadores, 7 fueron ganadas por equipos brasileños: Internacional, Santos, Corinthians, Atlético Mineiro, Grêmio, Flamengo y Palmeiras. Además la última final de Libertadores fue disputada por dos equipos brasileños, Santos y Palmeiras. Si hilamos más fino, incluso veríamos que, excepto en la edición 2014, entre los cuatro mejores equipos de cada copa hubo algún equipo del país carioca.
Distinto pasa en la Copa Sudamericana, el segundo torneo más importante. De las últimas 11 ediciones de la Sudamericana, solo 3 fueron ganadas por Brasil (San Pablo, Chapecoense, Paranaense) aunque llegó a seis finales de copa (ahí se suman Goiás, Ponte Preta, Flamengo). Podríamos decir que fue competitivo pero no en la magnitud de la Copa Libertadores, ya que en las ediciones 2015 y 2020 no tuvo representantes en semis. ¿A qué se debe esta diferencia?
Hay una gran desigualdad económica entre los equipos “grandes” de Brasil con respecto a “los medianos y pequeños”. Para que nos demos una idea, en 2018 sólo entre Palmeiras y Flamengo se concentraban el 23% de los ingresos totales de los clubes. Siendo más específicos, Palmeiras se llevó € 138,45 millones y Flamengo € 113 millones, un poco más lejos lo siguen San Pablo y Corinthians. Además, el Mengão y Corinthians son los que tuvieron mayores ingresos por TV, seguidos por -un poco más lejos- Palmeiras, San Pablo, Vasco Da Gama y Grêmio.
Además de estas diferencias, el valor de los clubes es muy diferente: los últimos dos campeones de la Libertadores valen más de € 130 millones cada uno, valiendo mucho más que el 3ro en la lista que es el Mineiro con € 84,85 millones pero entre este y el 9no club más valioso, Paranaense, hay € 30 millones de diferencia. La misma que hay entre este y el 10mo equipo, marcando la gran desigualdad económica que hay. ¿Cuál es el principal objetivo de los clubes que más dinero reciben? La Libertadores.
Temer, Bolsonaro y la Conmebol
A todo lo mencionado arriba, que ya le da una ventaja significativa a Brasil, se le suman los factores políticos que hacen que la disparidad entre los clubes de esta nación y el ascenso enorme de dinero se intensifiquen y generen las condiciones mencionadas.
En 2017, cuando estaba Temer en el poder de Brasil, se descubrió que el ex vicepresidente del Flamengo, Flavio Godinho, estuvo implicado en el famoso caso del Lava Jato junto con el ex presidente del Corinthians, Andrés Sánches. Además, Temer y sus funcionarios amigos le cambiaban el nombre a los partidos políticos, que recibían dinero de este, por clubes de fútbol. Cuando asumió Bolsonaro en 2019, el fútbol fue un punto central para este. El actual presidente de Brasil se hizo presente en muchos partidos de fútbol uno de los más importante fue en la final de la Copa América 2019, donde incluso levantó la copa con los jugadores. A su vez, posó con múltiples camisetas y organizó con la Conmebol dos Copas América y la Final de la Copa Libertadores 2020. Es justamente esta alianza la que más beneficia al fútbol brasileño. Ambos entes se retroalimentan entre sí, cuando más complicado tiene Bolsonaro el clima en su país, a base de muchas protestas contra este y su nefasto gobierno, la Conmebol le estira la mano y le brinda la chance de organizar estos torneos. A cambio, el presidente brasileño le da a la Conmebol un lugar firme donde continuar rodando la pelota de dinero y, de paso, lavarse las manos entre ellos.
Frente a la constante comparación con la UEFA, Conmebol encuentra en Brasil el lugar perfecto para organizar sus torneos a tal punto que permitió el ingreso de público al estadio en la final de la Copa América 2021 y en la Copa Libertadores, en el partido de Flamengo-Defensa y Justicia (esta medida, incluso, puede extenderse hacia el resto de los equipos del país vecino), a cuestas de las miles de muertes por COVID-19 en ese país y el ajuste sanitario que se hizo en plena pandemia. Además, se suma la “donación” que le hizo el ente deportivo a Brasil de 20.000 vacunas, con tal de que la pelota siga rodando cuando muches trabajadores de la Salud están trabajando en condiciones precarias.
Como conclusión, podemos afirmar que, efectivamente, estamos en una época clara de dominio brasileño en el fútbol sudamericano. No solamente deportivo sino también económico en una brecha que se abre cada vez más, con negocios políticos turbios en el medio, en base a una burguesía que cree encontrar en el deporte rey un modo de aliviar el enojo y la furia de los sectores populares.
Es muy probable que este dominio continúe, por lo menos, en los próximos años. Hay muchísimos jugadores jóvenes que están sobresaliendo; un mercado europeo que, hoy en día, prefiere a estos jugadores del futbol sudamericano para reforzarse; jugadores jóvenes, que quizás no triunfaron en Europa todavía, y estrellas veteranas que encuentran megaequipos que le pueden pagar sus altos salarios y un negocio turbio y redondo entre las altas esferas de la burguesía de su país con la institución madre del fútbol Sudamericano.
A modo de reflexión podemos decir que el mercantilismo propio de este sistema capitalista hace que el fútbol sea cada vez más un negocio en detrimento de la pasión popular, hace que exista ese desapego de los verdaderos hinchas para con sus estrellas deportivas, hace que sean empresarios quienes decidan cada aspecto de este deporte; por eso el fútbol y todos los deportes deben ser recuperados por el pueblo y para el pueblo.