Un hombre con problemas psiquiátricos tuvo una crisis en Mar del Plata. Su mamá pidió asistencia de una ambulancia. La respuesta policial: varias personas heridas con balas de goma.
De acuerdo a lo informado por Página/12, según los familiares, recibieron impactos de balas de goma el paciente, la madre (a la que una bala le cortó parte de un dedo), dos hermanos y un sobrino que quedó internado. Si la fuente es policial, los heridos fueron el paciente, la madre, un hermano, y una mujer policía herida en el cuero cabelludo. La solución policial a las serias dificultades que implica contener una persona que atraviesa un brote psicótico no parecen tener otras alternativas para zanjar el problema que traducir, como un espejo, que si es violento debe ser voluntario.
Mientras “Chano” Moreno Charpentier sigue en lucha por su vida tras recibir un disparo de arma de fuego de parte de un policía que quiso reducirlo mientras sufría un brote psicótico, una escena similar se desató durante la madrugada del martes en la localidad balnearia. El hombre víctima de la represión policial habría empezado a amenazar a su familia con un cuchillo.
“Cuando puedo, le compro las pastillas y se las metemos en un vaso de gaseosa, pero todo es muy difícil para nosotros”, contó en las últimas horas María Luisa Torres, la madre, al portal 0223. Trató de calmarlo pero se dio cuenta que no podía controlarlo y llamó a la policía para pedir una ambulancia.
El hombre, que según el relato de su mamá no recibe atención profesional desde que arrancó la pandemia de coronavirus, se asustó ante la presencia policial, escapó del lugar y lo redujeron a los tiros.
Según informan los medios, hubo 5 personas heridas, entre ellas su mamá, que terminó con parte de la mano mutilada.
En diálogo con el mismo medio, Oscar Aguirre, otro hermano del paciente, cuestionó el accionar de la policía y explicó: “Aparecieron 15 patrulleros, como si fuéramos narcotraficantes y empezaron a disparar”. Cuando terminó el enfrentamiento juntó al menos 15 cartuchos de postas de gomas alrededor de la casa de su mamá.
“Mi hijo necesita ayuda de un médico, no que le disparen”, lamentó María Luisa, que perdió parte del dedo mayor de su mano derecha. “Trabajé toda mi vida en huertas, estoy jubilada y ahora, con la mano así, no puedo hacer nada”, advirtió.
Según se desprende de la investigación, la familia del hombre ya había denunciado varios episodios de este tipo en los últimos meses y, tras la autorización del Juzgado de Familia 5 de Mar del Plata, se iba a llevar a cabo su traslado a un centro de salud psiquiátrico.
En el hecho intervino personal de la comisaría 13, el fiscal de Flagrancia Gastón de Marco y el fiscal de turno Alejandro Pellegrinelli.