El 2018 se intentó desarrollar en la Universidad de Chile un congreso que tenía como objetivo la modificación de los estatutos de la FECH que datan del año 1995. Este no logró constituirse debido a la crisis política que abrió la destitución de Alfonso Mohor, en ese entonces presidente de la federación. Así, el mismo año se realizaron elecciones en donde no se obtuvo ni siquiera quórum mínimo para constituir la mesa, esto volvió a suceder en 2019 y desde entonces tenemos una mesa interina que tiene a la cabeza al Frente Amplio.
Hoy en día buscan levantar un congreso que siguiendo la lógica de la actual convención constitucional, buscando resolver la crisis orgánica de la federación mediante un cambio estatutario. Sin duda el marco normativo influye, pero es la política burocrática, de conciliación con las autoridades, de claudicación de las luchas estudiantiles, la que ha sofocado año a año cualquier chispa revolucionaria en los corazones de nuestra universidad.
¿Qué pasó con la lucha por la Educación pública gratuita, democrática y no sexista?, ¿Qué pasó con la lucha por la democracia en los espacios estudiantiles? (Cogobierno), ¿Qué pasó con la lucha por el término del subcontrato?. NO PASO NADA, o por lo menos, nada relevante.
Todas y cada una de estas luchas fueron pactadas con las autoridades, relegadas a mesas y comisiones técnicas que nunca supimos en qué quedaron. Si quieren hacer un congreso, que sea un congreso de lucha, que ponga a les estudiantes a la altura de la revuelta que vivimos en octubre de 2019, la cual no dio asomos por la Uchile, porque aquí nada nuevo bajo el sol.
En plena pandemia, se despidieron funcionaries y el rector se llenó la boca hablando de democracia, de educación pública de calidad, mientras subieron los aranceles a las generaciones más nuevas y vimos precarizadas nuestras condiciones estudiantiles con la modalidad online. Todo esto mientras persisten autoridades cion sueldos millonarios, como Vivaldi, el rector que gana cerca de 12 millones mensuales.
El Congreso de federación no debe ser un trámite más para cambiar tal o cual punto, sino que en él les estudiantes debemos discutir qué objetivos nos propondremos, como la educación pública gratuita, democrática y no sexista, o el fin al trabajo precario de funcionares y algunxs profesores, y desde ahí pensar la organización de la federación.
Desde VENCER planteamos que debemos ir a un congreso de base, con delegades políticos electes desde las asambleas de carrera, con mandato revocable, donde discutamos sobre las demandas de la rebelión de octubre y cómo las conquistaremos. No solo como movimiento estudiantil sino que en unidad con diferentes sectores de explotadxs y oprimidxs. Que le exija a la Convención Constitucional que la educación sea financiada integralmente por el estado y acabar con los empresarios dueños de universidades y colegios; por universidades abiertas al pueblo trabajador; por la devolución de las tierras ancestrales al pueblo mapuche; por el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito, etc.
Necesitamos un Congreso refundacional que tome la experiencia de lo mejor del movimiento estudiantil, y no solo un mero trámite administrativo de cambiar algo para que nada cambie. |
