En Zárate y Campana todos tenemos algún familiar, conocidos y amigos que trabajan o trabajaron en Toyota. Sabemos que buscan pibes jóvenes recién salidos del secundario para ponerlos a trabajar en la línea de producción en tareas repetitivas a un ritmo que cuerpos más grandes no podrían soportar tanto tiempo. El promedio de edad de los trabajadores es de 25 años. Los obligan a hacer horas extras, trabajar los fines de semana y feriados para poder quedar efectivos y llegar a un sueldo acorde al costo de vida.
Por más que Herrero pretenda mostrar un interés altruista en la educación de los jóvenes, la realidad es otra: su interés es maximizar las ganancias de la multinacional. En los 24 años que lleva la empresa instalada en Zárate descartó a cientos de trabajadores obligándolos a aceptar "retiros voluntarios" tras meses de cobrar el sueldo básico por no poder trabajar en línea de producción por lesiones graves como hernias de disco, manguito rotador, túnel carpiano, lumbalgias y otras.
Los cierto es que, los únicos interesados en la situación de la educación pública somos las y los trabajadores de la educación. Venimos denunciando hace años las pésimas condiciones de trabajo en las que tenemos que trabajar y que ocasionaron la muerte de Sandra y Rubén. Incluso, hace unos días denuncié que en la escuela en la que trabajo, que es de la ciudad donde se fabrican las camionetas, no tenemos ni una camioneta funcional para que los pibes puedan asistir a clases.
Tampoco les interesa la salud
Los gobiernos de Alberto Fernández y Axel Kiciloff han permitido que Toyota sea la primera de tantas industrias en retornar al trabajo presencial luego de marzo 2020, cuando la vacuna era sólo un imaginario. Desde entonces, hubo 2.200 operarios (y sus familias) infectados por Covid. Quisieron justificar la reapertura para una posible reconversión para fabricar respiradores, cosa que nunca concretaron y siguieron haciendo Hilux.
Estuvieron un mes parados por la pandemia pero cobraron el ATP. ¿Es necesario que una de las multinacionales automotrices más grandes del mundo cobre subsidios del Estado? Y bueno, no es necesario pero no resignan en lo más mínimo sus ganancias.
En la zona de Campana-Zarate hay miles de desocupados y precarizados. Toyota debería reducir la jornada laboral a 6 horas, y tomar jóvenes desocupados. Así resultarían solucionados dos problemas: uno, que los trabajadores no se rompan en la fábrica por la precarización laboral y otro que no siga engrosándose la fila de desocupados. Esto es una de las propuestas que venimos planteando desde la Lista 1ª del Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad, y no sólo para Toyota sino para todas las empresas: repartir el trabajo en todas las manos disponibles con un salario igual a la canasta básica familiar.
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