El Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 porteño, condenó ayer a prisión perpetua al cabo segundo de la Prefectura Naval Argentina, Pablo Miguel Brites, como autor material del "homicidio doblemente agravado por su comisión con arma de fuego y por abuso de sus funciones como miembro de seguridad" en perjuicio de "Bocha" Rego.
A su vez otros cuatro integrantes de esa fuerza fueron condenados a cuatro años de cárcel y ocho años de inhabilitación, por el delito de "encubrimiento doblemente agravado" y otros dos fueron absueltos. Los cuatro condenados son el cabo primero Cristian Alberto López; la marinera Lucila Tamara Carrizo; el cabo segundo Javier Eduardo Fernández y el cabo primero Rubén Darío Viana.
En tanto, el Tribunal absolvió al ayudante de primera Roberto Mariano Paredez y al oficial ayudante Axel Gregorio Díaz Guevara que habían llegado imputados por el delito de "encubrimiento por omisión de denuncia".
El fallo fue comunicado a las partes de manera semipresencial ya que los jueces Julio Báez, Gustavo Rofrano y Pablo Valle y algunos imputados estuvieron presentes en la sala, al igual que familiares de la víctima.
La movilización de amigos y familiares de Bocha, logró que el crimen no quede impune.
Un crimen por la espalda del que el Estado es responsable
Cristopher, era conocido por sus amigos y familiares como "Bocha". El 12 de agosto de 2018 volvía a su casa en Ancaste e Iguazú, en el límite entre los barrios Parque Patricios y Barracas. Iba en su camioneta y al encontrarse con un control de la Prefectura, no frenó por no contar con los papeles que se había olvidado en la casa de un amigo. Hacía poco había comprado hacía una semana el vehículo con mucho esfuerzo, para poder ganarse la vida ya que estaba desde hacía tiempo sin trabajo.
El oficial Pablo Brítez le disparó, provocando que choque contra un poste de luz. Según la acusación, Brítez apareció por un costado apuntándole con su arma sin dar la voz de alto. El vehículo continuó la marcha y otro tiro impactó en el portón trasero, de acuerdo a la declaración de un testigo clave, hasta que dos cuadras después chocó contra otra camioneta que estaba estacionada, tras lo cual el propietario salió de su casa y llamó al número de emergencias 911.
La víctima había recibido un balazo en la espalda y la mandíbula dio contra el volante. Murió a los pocos minutos. El joven, había sido padre hacía 40 días.
"Mi hijo no para en la avenida Amancio Alcorta donde había ocho prefectos y Brítez lo corre una cuadra, inocentemente él gira en U por la calle Monteagudo y agarra Ancaste, por lo que vuelve al mismo lugar en el que estaba el control porque él iba a Nueva Pompeya a buscar a su esposa y al hijo", relató Jorge Rego poco después del crimen a la agencia Télam.
"Después de los disparos, dos prefectos (Carrizo y López) fueron hasta el lugar del hecho donde levantaron las vainas servidas, las hicieron desaparecer y no informaron a sus superiores", aseguraron fuentes judiciales, lo que quedó registrado en las cámaras de seguridad.
El crimen de Bocha fue horas antes de que la ministra visitara al asesino Luis Chocobar. Pero el macrismo no es el único sector político que fomenta la brutalidad policial y el gatillo fácil. En la provincia de Buenos Aires, el secretario de seguridad Sergio Berni, es el paladín de la mano dura y defensor a ultranza de los crímenes que las fuerzas a su cargo llevan adelante contra la juventud.
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