Este jueves, la periodista Guadalupe Vázquez de LN+ hizo trascender una nueva fotografía en la que se ve a la familia presidencial en una reunión social entre doce personas. Los grandes medios y la oposición de derecha insisten en que se trata del festejo de cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yáñez, con fecha el 14 de julio de 2020, en la residencia de Olivos.
De llegar a comprobarse esta información, el hecho complica a Alberto Fernández, ya que esto habría ocurrido en pleno Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, cuando estaban prohibidas, por decreto presidencial, este tipo de actividades. En tal caso, quedaría al desnudo un enorme privilegio por parte del Presidente y su entorno. A la par, el Gobierno señalaba cotidianamente la responsabilidad individual de quienes "rompían la cuarentena" y hasta amenazaba con "castigar severamente", mientras cientos de miles de trabajadores informales, desocupados y changarines, padecían la restricción a salir de sus casas para buscar el plato de comida. Aún más, este discurso envalentonó a las fuerzas de seguridad que justificaron brutales golpizas, desapariciones y asesinatos, por supuestas violaciones de protocolos y cuarentena. Tal fue el caso de la desaparición seguida de muerte del joven Facundo Castro.
El miércoles, una primera fotografía, supuestamente del mismo evento, fue difundida por el periodista Eduardo Feinmann, y facilitada por el usuario de Twitter, @gonziver, quien muestra una clara adhesión política a Mauricio Macri.
Sobre estas imágenes, ni desde la Casa Rosada, ni funcionarios del Frente de Todos han hecho declaraciones públicas. Entre los medios que difunden estas fotografías como evidencia, citan "fuentes cercanas" al Gobierno, que hablarían de fake o photoshop, aunque no se precisan los nombres de dichas afirmaciones.
La última referencia directa que hizo Alberto Fernández ante las acusaciones por las reuniones en Olivos, fue el miércoles, en una entrevista para Filo News. "La verdad es que en Olivos yo me cansé de ver gente, pero porque yo soy el Presidente de la República, yo vivo en audiencias, vivo recibiendo gente de la del más variado tipo: recibo a periodistas, recibo políticos, recibo ministros, recibo secretarios, recibo un artista, un productor cinematográfico, un productor teatral, recibo futbolistas, recibo gente del fútbol, recibo gente del basket. Recibo un montón de gente, pero es mi tarea; mi tarea es conocer de primera mano lo que está pasando", se defendió el Presidente.
Desde hace dos semanas, la oposición de Juntos y sus medios afines, encaran una campaña que intenta mostrar que el Presidente tuvo una agenda plagada de encuentro presenciales en pleno ASPO. El capítulo más grosero de esta operación fueron las acusaciones misóginas de Fernando Iglesias del PRO, quien tildó a la actriz Florencia Peña de "gato". La oposición derechista -que coronó su desastroso gobierno con el endeudamiento macrista con el FMI y que durante la pandemia osciló entre el negacionismo aperturista y el lobby furioso a las vacunas de patente estadounidense- no tiene mucho más que ofrecerle al electorado que escándalos e intrigas que abonen a la polarización.
Aún así, de comprobarse cierto el contexto sugerido de estas últimas imágenes, estaríamos frente a una brutal evidencia de la impunidad con la que se maneja la casta política que hoy gobierna el país, en la coalición del Frente de Todos. Comparable al escándalo del vacunatorio VIP que abrió una crisis política en la que el Gobierno tuvo que destituir al entonces ministro de Salud, Ginés González García.
Además, el hecho se magnifica ante la campaña permanente de victimización del Presidente que no ahorra actos políticos para lamentarse de la mala suerte de haber tenido que gobernar en plena pandemia mundial. Buscando así evadir la responsabilidad de todas las decisiones políticas que el Frente de Todos tomó desde que asumieron al Gobierno: brutal ajuste a las jubilaciones, recorte de presupuesto en salud, eliminación del IFE, entre otras medidas que se tomaron para satisfacer las demandas del FMI, en el camino de pagar hasta el último centavo de la deuda fraudulenta.
Por otro lado, el largo período de cuarentena o ASPO y las siguientes restricciones -que afectaron al conjunto del pueblo trabajador y en especial a los sectores informales- no fue acompañado de medidas elementales para combatir la pandemia: como testeos masivos de la población o la unificación del sistema de salud público y privado. Aún más, una vez que comenzaron a producirse vacunas en el país, el Frente de Todos se negó a tratar siquiera el proyecto de ley del Frente de Izquierda Unidad, de declarar de utilidad pública el laboratorio de Hugo Sigman, desde donde se fugaron 100 mil dosis de la vacuna AstraZeneca. De haberse avanzado en estas medidas de fondo, seguramente estaríamos en mejores condiciones para el combate contra el coronavirus.
El Gobierno nacional busca revalidar su mandato en estas elecciones, frente a amplios sectores que están desencantados por sus promesas incumplidas y con una pobreza que asciende al 42% de la población. En lo que va de su mandato, el Frente de Todos ha demostrado que gobierna para los intereses de las grandes empresas y bancos, con las prioridades puestas en el pago de la fraudulenta deuda externa y ni siquiera ha garantizado una vacunación significativa de la población. |