El allanamiento que sufrió Danilo Venegas en la localidad de Allen, Río Negro, fue producto de una denuncia anónima y ejecutado por el juez federal Hugo Grecca. Desde ese momento comenzó todo un hostigamiento y una persecución articulada por policía, justicia y medios locales, “golpe al narcotráfico” titularon los medios que reproducían la versión de la policía, mientras que la verdad estaba a la vista. Por medio de una inscripción en el ReProCann, que es el registro oficial de cultivadores que depende del Ministerio de Salud de Nación, Danilo demostraba que todo su cultivo era destinado a la provisión de cannabis medicinal para su abuelo de 92 años.
Sin embargo, más allá de demostrar el destino de sus plantas, la policía secuestró toda la producción y todos los elementos destinados al cultivo. Indoor, luces, fertilizantes, todo lo que había fue incautado, y lo que no destrozado. Un duro golpe al trabajo de meses, que se traduce en medicina para el tratamiento de su abuelo.
La causa de Danilo fue seguida con mucha atención por distintas organizaciones de cannabicultores y de presos por plantar, por el accionar persecutorio de la policía y la justicia contra los cultivadores, cuando en la Argentina se viene desarrollando un fuerte debate en el marco de la legalización de diferentes usos de la marihuana y que ya cuenta con importantes avances en materia terapéutica, como lo es el registro nacional pero que queda demostrado que no es garantía para frenar la persecución a los cultivadores.
En el accionar de las fuerzas represivas está implícita la persecución a la juventud por la tenencia de marihuana y cientos de cultivadores se encuentran detenidos, con causas en proceso por plantar. Lo que para la policía son “sustancias o estupefacientes”, para muchos es una esperanza destinada a combatir distintas patologías. La hipocresía con la que se trata el tema en materia política impide avanzar en una solución que avance en el tratamiento de una ley que despenalice, no solo su producción y tenencia con fines medicinales, sino que también el uso recreativo.
El sobreseimiento de Danilo era esperado, ya que no se sostenía por ningún motivo la imputación de infractor de la ley de drogas. El propio juez Greca dictó sentencia y además de sobreseerlo ordenó la restitución de todo lo secuestrado en el operativo, sin embargo la orden aún no ha sido cumplida y las pérdidas son cuantiosas. Incluso por el duro golpe que significa la condena social que implica la difusión de noticias falsa que atentan contra la estabilidad emocional de toda una familia, afectando el sostenimiento de todo un entorno afectado por la persecución policial.
Danilo asegura haber vivido estados de ansiedad, de pánico, no querer salir de su casa, no tener contacto con nadie, por lo que el sobreseimiento fue recibido como un gran alivio para él y toda su familia pero sabiendo que ahora, empieza otro capítulo que es la restitución de lo secuestrado y poder poner en producción nuevamente el cultivo para sostener el tratamiento de su abuelo.
Para Danilo, la realidad impulsa a que se profundice el debate de la despenalización de la marihuana, donde no debiera haber distinción si es de uso medicinal, recreativo o uso responsable adulto “la planta es una sola y tiene que venir urgente una modificación a la ley de drogas, la marihuana no puede estar todavía en la ley de drogas” afirmó y agregó que forma parte de “PPP Argentina, presos y presas por plantar, donde hay compañeros que por tener dos o tres plantas están detenidos”, los ejemplos abundan.
“Mientras hablan de industrializar sigue habiendo detenidos en las cárceles”
“Mientras hablan de industrializar sigue habiendo detenidos en las cárceles” asegura Danilo ya que en el terreno político se viene dando el debate acerca de los potenciales usos de la marihuana. Las declaraciones del propio Alberto Fernández afirmaron que la producción de cannabis podría redituarle en ingreso de divisas al Estado, mirando el lado comercial ante la necesidad de capitales que le garanticen poder cumplir con los pagos al Fondo y a los acreedores internacionales. La contracara de este debate son los cientos de presos y presas por cultivar que se encuentran con procesamientos o sentencias que les imputan por la ley de drogas y no hacen más que criminalizar a la juventud, o a quienes cultivan. |