Este 17 y 18 de agosto, todos los sindicatos docentes convocan a paro exigiendo la reapertura de las paritarias y un aumento salarial, ya que el salario de las y los docentes está congelado desde marzo de 2020.
El gobernador, Mariano Arcioni, aliado de Alberto Fernández, ha respondido a este reclamo diciendo que “discutiremos paritaria a fin de año” y “que en paritarias no solo se discuten salarios”.
En boca del primer mandatario provincial, por un lado, es una clara provocación a las y los trabajadores de la educación y a los jubilados que han perdido alrededor de un 50% del valor del salario con respecto a la inflación, que en julio ha sido del 3,3% en la Patagonia y acumula más de un 55% en el último año según el IPC de la región. Por otro lado, Arcioni, ejemplo de ajuste y modelo del gobierno nacional, seguramente está pensando en aplicar la reforma laboral que exigen los acreedores internacionales para seguir cumpliendo con los pagos de la fraudulenta deuda externa provincial, que siempre paga en tiempo y forma.
Las y los docentes del PTS, que impulsamos la agrupación Marrón en ATECh y SADoP, en esta campaña electoral, donde mi compañero Martín Saez, profesor de Historia de Gaiman y Trelew y quien escribe esta nota, Soledad Dominguez, profesora de Historia de Trelew, integramos las listas del Frente de Izquierda, estamos proponiendo invertir las prioridades.
No va más dejar la vida en la escuela para llegar a fin de mes, mientras la casta política y sus amigos, los empresarios, nos muestran que viven en la opulencia, como hacia Arcioni tomando champagne en Buenos Aires en plena lucha del 2019, con sueldos de varios cientos de miles de pesos o como vimos con la foto de Alberto Fernández festejando en plena pandemia, en julio de 2020, mientras acá en Trelew, montaban un centro de detención en el gimnasio municipal o Massoni, ministro de seguridad y actual precandidato andaba reprimiendo como en el Barrio Inta de mi ciudad, baleando en la cara al vecino Fredes, por sacar la basura.
Por eso, junto a reclamar un aumento salarial de emergencia, un salario donde ningún docente cobre menos que la canasta familiar, en blanco sin sumas en negro, indexado mensualmente para no perder con la inflación, nos hicimos esta pregunta: Si trabajaras seis horas sin reducción salarial, y las tareas que hacés en tu casa ya estuviesen reconocidas, ¿qué harías con tu tiempo libre?
Trabajando todo el día en la escuela, y en la casa
Somos más de un millón de docentes en todo el país, de los cuales más del % 80 estamos frente a un curso. El 76% de las y los trabajadores de la educación somos mujeres, en su mayoría sostenes de hogares.
Trabajar menos para trabajar todes
Las y los trabajadores de la educación trabajamos un promedio de 9 horas y media en dos jornadas simples, (4 horas por jornada promedio, más el tiempo de transporte). Para llegar a fin de mes muchos docentes trabajan hasta tres turnos. Menos del 10% trabajan un solo cargo. Por otra parte, los docentes de educación media, mal llamados docentes “taxis”, van de una escuela a otra sin parar.
La clave de la explotación laboral en el gremio docente es que muchas de las tareas que se realizan como tareas de correcciones, preparación de clases, proyectos y trabajos o preparación de actos escolares, quedan para el hogar al regresar de la escuela. Este trabajo “gris y cotidiano” no es reconocido y tampoco remunerado. No es reconocido porque los gobiernos, según sus intereses económicos, quieren transformar a las escuelas públicas en depósitos de niños y niñas, mientras sus padres trabajadores cumplen con su jornada laboral. Por eso, también es necesario una jornada de 6 horas para todas las familias trabajadoras.
En estas elecciones queremos proponer cuestionar esta forma de trabajar en las escuelas, desde la raíz. Los gobiernos quisieron acostumbrar a la docencia a trabajar entre dos y tres turnos para llegar a un salario que permita desde pagar el alquiler, la comida o hasta el propio jardín privado de sus hijos –ante la falta de públicos- hasta poder salir, comprar libros o viajar. ¿Acaso es un “pecado” que un trabajador tenga esta vida?
Vamos por las 6 horas de trabajo, 4 frente a clase y dos de tareas pedagógicas
¿Se podría pensar una jornada reducida de 6 horas por cada docente? Donde 4 horas se esté frente al curso y otras dos horas se puedan utilizar para formarse 2 veces por semana en forma gratuita y en servicio, y los otros 3 días para corregir, planificar y pensar proyectos y programas o reuniones de ciclo. En el caso de zonas donde hay muchos docentes y muchos de ellos sin cargo, se podría repartir los cargos para que todos puedan trabajar.
Lo planteado repercutirá plenamente en la calidad educativa beneficiando directamente a nuestrxs alumnxs, ya que le dedicaríamos todo nuestro esfuerzo a una sola escuela. Por otro lado, se repartirán las horas entre todxs lxs compañerxs así, tendríamos como resultado trabajo para todxs lxs docentes.
Pero, los gobiernos imponen políticas educativas, que, en el marco del régimen del FMI, de ajuste y ataque permanente a la educación y la salud pública, solo piensan en cumplir con los planes que imponen los acreedores extranjeros y no les importa nuestra realidad, solo ven en nosotros sujetos de explotación y opresión.
Contra esta política de los gobiernos, avalada por las burocracias sindicales, que nos llevan a la desilusión y la frustración, desde el Frente de Izquierda Unidad y desde la lista 504 A que integramos queremos transformar la desilusión en lucha y organización para pelear por las 6 horas de trabajo en educación.
Sabemos que nuestros derechos se conquistaron con la lucha de miles en las calles, es por eso que desde el Frente de Izquierda Unidad levantamos la consigna del trabajo de seis horas diarias, por cinco días semanales, con un salario acorde al costo de la canasta familiar, con plenos derechos para todas y todos.
Porque queremos una educación de calidad para nuestros estudiantes y una vida que merezca ser vivida por nosotros y por nuestros hijos e hijas, y por las futuras generaciones, la pelea por las 6 horas, no es solo una propuesta de campaña, es una perspectiva para la clase trabajadora que defenderemos en el congreso, pero que se conquistara en las calles, como nos mostraron las pibas de la marea verde en 2018, cuando cientos de miles rodearon el congreso y le impusieron a los dinosaurios el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, luego de décadas de lucha y organización del movimiento de mujeres.
Por una gran campaña por las 6 horas de trabajo
En el caso de nuestra provincia, de manera paulatina volvemos a las jornadas normales, es decir a las que trabajábamos antes de la pandemia, sin abandonar la virtualidad, esto significa un doble trabajo, estaremos cumpliendo nuestra tarea frente a lxs alumnxs pero a la vez al llegar a nuestros hogares debemos subir, corregir y resolver dudas de lxs alumnos de manera virtual. Este trabajo no está regulado, y lo realizamos varios momentos en el día. El gobierno para garantizar la conectividad, nos paga mil pesos mensuales, una cifra que no alcanza a cubrir este servicio, y a la vez no garantiza que lxs alumnxs puedan conectarse, ya que en muchos casos no tienen los recursos necesarios, todo esto hace que se dificulte el sistema de enseñanza - aprendizaje.
Históricamente hemos sufrido diferentes enfermedades propias de nuestra labor, como migraña, el síndrome del quemado “burn out” o problemas en las cuerdas vocales, también el stress es frecuente debido a las largas jornadas junto a todas las obligaciones mencionadas.
Debemos de tener en cuenta que la mayoría de lxs docentes son mujeres, y una gran parte son único sostén de familia, esto hace que también tengan que realizar un trabajo invisible en sus casas, con sus familias.
Esta situación que no es desconocida dentro del sector docente, nos lleva a plantearnos que no tenemos mucho tiempo para realizar otras actividades de esparcimiento, ocio, o cualquiera que elegimos de nuestro agrado.
La precarizacion laboral tampoco nos es ajena, ya que muchxs compañerxs por diversas razones, no consiguen los cargos u horas cátedras suficientes para cubrir el costo de la canasta familiar. En Chubut, el año pasado en el contexto de pandemia, se visibilizo ya que, al no haber llamado a cubrir cargos u horas, lxs compañerxs se quedaron con pocas horas, no pudiendo recuperarlas a lo largo del año.
Mientras esta es la realidad de lxs trabajadores de la educación, la burocracia sindical deja pasar el desempleo, la precarización laboral y los bajos salarios en pos de su alianza con el gobierno ajustador de Alberto Fernández.
Si bien Yasky, de la CTERA-CTA y diputado nacional por el Frente de Todos, presentó un proyecto donde establece la reducción de seis horas laborales por semana, nada dice sobre el reparto de horas entre ocupados y desocupados, ni tampoco hacer referencia a la no reducción del salario. Y mucho menos, como conquistarlo.
Desde el PTS y el Frente de Izquierda Unidad, este proyecto de la reducción de la jornada laboral, si bien en esta nota se expone para el sector docente, es una demanda para toda la clase trabajadora.
Proponemos y ponemos a discusión de las asambleas escolares esta propuesta y obviamente exigimos que los sindicatos docentes se sumen a esta pelea por las 6 horas de trabajo, sin reducción salarial y con plenos derechos para todas y todos.
Se deben cambiar las prioridades, dejar de pagar la deuda para que esa plata se invierta en educación, salud, vivienda y trabajo para el pueblo trabajador. Nuestras vidas valen más que sus ganancias |
