Montag explicaba que "para entender la situación en Afganistán hay que entender que no es sólo un conflicto bélico sino también político, una de sus claves es el fracaso de la política de Estados Unidos y la OTAN durante 20 años de ocupación, y otro dato es la astucia política de los talibanes en este último tiempo".
Hay que recordar que los Talibán comenzaron "conversaciones de paz" con Donald Trump y de ahí surgió el acuerdo de la retirada de las tropas imperialistas. Joe Biden siguiendo ese acuerdo, comenzó la retirada. "Eso dio lugar al avance de los talibán en el territorio a increíble velocidad".
Montag también aclaró que "el Estado afgano ya se encontraba en una crisis económica importante, fragmentación interna, dependencia del financiamiento internacional, del apoyo militar de EE.UU. en financiamiento y apoyo aéreo"
También aclaró que esto significa "una derrota política importante para EE.UU., más que una derrota militar. Esta retirada implica una derrota para su estrategia de entrar en Asia Central, para evitar el ascenso que vemos hace años de China. Afganistán para China significa un paso importante, si es que lo logra dar, en integrar ese país a su política geoestratégica de la Nueva Ruta de la Seda, su gran plan de inversiones y control de recursos".
Con respecto a los talibán aclaró que "hay una visión de que son un grupo terrorista barbárico, en un punto lo son, pero son un movimiento nacido de la invasión de la URSS en el 79 a ese país, un movimiento islámico integrista, burgués, que nació en los centros de estudios financiados por Arabia Saudita para difundir su versión estricta del Islam
También hay que recordar que fue Estados Unidos, a través de la CIA los que tienen que ver con el surgimiento de este grupo, pero también con la fragmentación de Afganistán en múltiples etnias. "Un país que era colonia inglesa y fueron armando un Estado sin tener en cuenta estas divisiones étnica-nacionales".
Hoy podemos asistir a un discurso de los talibán, frente al mundo, buscando mostrarse muy distinto al gobierno que ejercieron entre 1996 y el 2001, dando un mensaje más "amigable" aclarando que no buscan venganza con los afganos que colaboraron con la ocupación imperialista. Santiago Montag aclara que "lo que han venido haciendo es sofisticarse en cuestiones diplomáticas, mostrándose con líderes de la región, algo que no se ha visto antes".
Muchos comparan este fracaso imperialista en Afganistán con Vietman y el "momento Saigón", frente a este paralelismo aclaró: "la comparación con la retirada de EE.UU. de Vietnam es delicada en un punto (N.R.: en referencia a que en ese momento se trataba de una guerra de liberación nacional protagonizada por campesinos y obreros que intentaban avanzar hacia el socialismo, a pesar de que su propia dirección continuó en otro camino) enmarcada en procesos revolucionarios internacionales y lucha de clases más generalizada), lo principal es que marca el declive hegemónico de EE.UU., que es lo mismo que marcó Vietnam en la década del 70"
Por último dejó en claro: "En 2001 todo el establishment norteamericano votó la ocupación de Afganistán. "Ahora en EE.UU. hay diferencias internas, cada sector trata de capitalizar políticamente la situación, pero nadie de ese establishment cuestiona la estrategia internacional".
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