La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, prolongó hoy el confinamiento nacional para combatir el brote de la variante Delta del coronavirus aparecido la semana pasada en Auckland, la capital, tras seis meses sin infecciones locales en el país.
Ardern ordenó el martes de la semana pasada el confinamiento durante siete días de Auckland y la península de Coromandel, y durante tres días para el resto del país, tras reportarse el primer contagio local de covid-19 en Nueva Zelanda en seis meses.
El pasado viernes las autoridades neozelandesas extendieron el confinamiento hasta el 24 de agosto.
En cumplimiento de lo acordado hoy por el Gobierno, el país permanecerá confinado hasta la medianoche del 27 de agosto y la ciudad de Auckland, la más afectada, lo hará hasta el 31 de agosto.
Las autoridades registraron hoy 34 nuevos contagios locales, lo que supone un total de 107 casos desde el pasado martes.
En respuesta al brote de covid-19, el Gobierno anunció también previamente que el Parlamento de Nueva Zelanda suspendía su actividad durante toda esta semana.
El archipiélago de Nueva Zelanda, con unos 5 millones de habitantes, acumula unos 3.000 casos y 26 fallecidos por Covid-19 desde el inicio de la pandemia, lo que le ha valido alabanzas en el extranjero por su gestión.
Sin embargo, el país reconoció ayer que la propagación de la variante Delta, más contagiosa, amenaza su estrategia "cero Covid".
Este fin de semana, el ministro responsable de la gestión del covid-19 Chris Hipkins reconoció que la variante delta "cambia las reglas del juego considerablemente".
Esto se suma a que la campaña de vacunación es extremadamente lenta en el país. Apenas un 19% de la población fue vacunada en su totalidad, el ritmo más lento entre las naciones ricas del grupo de la OCDE. |