El Tribunal, integrado por los jueces Sabrina Namer, Néstor Costabel y Rodrigo Giménez Uriburu, dispuso la pena de 16 años de prisión para el ex agente de inteligencia del Ejército Carlos Antonio Españadero, alias "Mayor Peña" o "Mayor Peirano" por los secuestros y torturas contra 17 personas, incluidos niños y adolescentes de la familia Santucho.
Españadero, de 89 años de edad, una especie de cerebro en la sombras, el oficial pensante del Batallón 601, como fuera graficado por el periodista Ricardo Ragendorfer, fue encontrado responsable de los delitos de privación ilegal de la libertad agravada por haber sido cometido por funcionario público y por mediar violencia y amenazas en concurso ideal con tormentos en condiciones inhumanas de detención agravado por la condición de perseguidas políticas de las víctimas Ofelia Maximina Ruiz Paz de Santucho, María Ofelia Santucho, Ana Cristina Santucho, Marcela Eva Santucho, María Susana Santucho, María Silvia Santucho, María Emilia Santucho, Gabriela Inés Santucho, Mario Antonio Santucho, Esteban Abdón, Graciela Lucía Bravo, Raúl Pedro Gagliardi, Mariana Méndez, María Rosa Navarro y Mario Antonio Gneri, Ricardo Landriscini y José Luis Uhjelly. También fue condenado por abuso deshonesto en perjuicio de María Ofelia Santucho.
El tribunal condenó al represor por todos los hechos que formaron parte de la acusación realizada por la fiscalía, incluidos aquellos que fueron incorporados durante el transcurso del juicio, por los que Españadero no había llegado formalmente acusado al proceso oral y público. Además dispuso resolver la modalidad de detención de Españadero -quien cumple actualmente arresto domiciliario- una vez que quede firme la sentencia. Así mismo, analizará el pedido de la querella para la baja del estado militar del imputado, al retiro de armas y la desafectación del inmueble donde funcionó el centro clandestino de detención Puente 12.
Los delitos más antiguos por los que fue condenado el represor especializado en interrogatorios, sucedieron el 8 y 9 de diciembre de 1975, cuando el Ejército secuestró a un grupo de niños y adolescentes de entre nueve meses y 15 años, integrantes de la familia Santucho. Fueron trasladados a Puente 12, donde padecieron tormentos e interrogatorios. Luego fueron llevados al Pozo de Quilmes y de allí , Españadero los trasladó a un hotel en barrio de Flores donde fueron rescatados por integrantes de la organización ERP para ser llevados a la embajada de Cuba.
Ricardo Landriscini y José Luis Ujhelly, médicos del Hospital Posadas, estuvieron más de un mes en Puente 12, donde fueron interrogados sobre sus compañeros. Los matrimonios compuestos por Raúl Gagliardi y Mariana Méndez, María Rosa Navarro y Mario Gneri, militantes de Política Obrera, fueron secuestrados en marzo de 1977 y trasladados a Protobanco. Cinco días después quedaron en “libertad vigilada”, que incluía visitas de Españadero.
Al hacer uso de sus últimas palabras, Españadero dijo que “era sólo un mayor retirado empleado que actuaba como miembro de un servicio secreto, sin jerarquía para tener facultades para ninguna cuestión de esas”, en referencia a los secuestros y torturas. “Intenté ser fiel a mi Ejército”, destacó. “Desde hace 20 años soy perseguido y hostigado”, se victimizó. “Estoy seguro que los verdaderos criminales han quedado impunes”, dijo, y añadió que “sólo me cabe esperar, salvando las distancias, y recordar a Jesús cuando desde la cruz dijo ‘señor, perdónalos, no saben lo que hacen’”.
Esta es la segunda condena que recibe Españadero. La primera, a prisión perpetua, le había sido impuesta en 2014 por el TOCF de Comodoro Rivadavia por el secuestro y homicidio del conscripto José Luis Rodríguez Dieguez. |