El infectólogo Eduardo López, miembro del grupo de expertos y expertas que desde marzo de 2020 viene asesorando al Gobierno nacional en el marco de la pandemia de covid-19, cuestionó duramente este lunes que el Estado tenga “cinco millones de vacunas en heladeras” sin aplicar. “Es una barbaridad, un fracaso del sistema”, afirmó.
El médico fue entrevistado en Radio Mitre y allí manifestó que “hay oficialmente publicadas alrededor de cinco millones de dosis. Es una barbaridad, tener cinco millones de dosis guardadas en la heladera es un fracaso del sistema de los que tienen que aplicar vacunas. La mejor vacuna es la que está colocada en el brazo y la peor es la que no se coloca. Es un problema que realmente las jurisdicciones no lo pudieron explicar”, en referencia al Estado nacional y las provincias a las que ya les fueron asignadas partidas.
López explicó las posibles razones de por qué hay muchas dosis que se acumulan sin ser aplicadas. “Los vacunatorios los sábados y domingos o atienden poco o están cerrados. Porque de las 300.000 o 400.000 dosis (que se aplican diariamente), los fines de semana cae a 100 o 120.000”, graficó. Y usó una alegoría educativa: “es una materia aplazada, no con 1 sino con un 0”.
El médico infectólogo asegura que la inoculación con ambas dosis es clave ante el avance de la variante Delta. “Argentina todavía no tiene la Delta circulando de forma comunitaria, sí la tienen Israel y otros países de Europa. Pero esos países han visto que, con dos dosis, en algunos grupos no alcanza. O sea que se necesita una tercera dosis”, algo que Argentina está demasiado lejos de alcanzar.
En efecto, si bien el ritmo de vacunación en los últimos meses se intensificó (lo que es usado por el Gobierno con un exagerado triunfalismo), en Argentina actualmente hay, según datos oficiales, 4.631.486 dosis distribuidas a los diferentes vacunatorios del país que aún no fueron aplicadas. A ese número se suman aproximadamente dos millones de dosis que, hasta la semana pasada, no habían sido distribuídas.
Durante el fin de semana arribaron al país otras 768.000 dosis de Sinopharm y 400.000 de AstraZeneca. Así, el país superó las 47 millones de dosis recibidas, de las cuáles hasta el momento se aplicaron poco más de 39 millones.
“Argentina tiene una obligación y una necesidad de aumentar el ritmo de vacunación. Y esto es clave, porque no podemos discutir la tercera dosis cuando no tenemos la segunda”, afirma Eduardo López. Y si bien es optimista por la baja de los contagios y el aumento de los testeos, dice que no se puede “bajar la guardia ni salir a hacer un carnaval”.
Según la proyección del Indec, Argentina tiene actualmente una población estimada de 45.800.000 habitantes. Si se tienen en cuenta los datos oficiales del Ministerio de Salud, del total de la población apenas el 26 % recibió las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus (11.973.481) y poco más del 59 % completó al menos una dosis.
Los especialistas afirman que los países que han logrado enfrentar en buenas condiciones la circulación comunitaria de la variante Delta tenían no menos del 40 % de la población inoculada con las dos dosis. Incluso un 40 % con dos dosis es aún muy bajo, como demuestran estados de Estados Unidos como Luisiana.
Es decir que Argentina no está en las mejores condiciones para resistir la “ola” de Delta, mientras varios millones de vacunas esperan en refrigeradores para ser aplicadas. Y eso es lo que preocupa a los expertos como Eduardo López.
Lo que cuestiona duramente López y otros especialistas apunta a la estructura de distribución y aplicación de las vacunas implementada por el Estado, tanto a nivel nacional como de las provincias. Como se sabe, por un lado el Gobierno le entregó la responsabilidad del transporte de las dosis a empresas privadas como Andreani, Ocasa y otras dedicadas a logístico, que imponen sus propias reglas y tiempos.
Fuentes oficiales dijeron a Infobae repartir la vacuna “requiere una logística monstruosa” y que “no es lo mismo entregarle a la Ciudad de Buenos Aires o al Área Metropolitana que a lugares remotos que se encuentran alejados de los centros urbanos”. Pero pese a esos obstáculos y las críticas de López y otros especialistas que asesoran a la Casa Rosada, el Gobierno dice estar más que conforme con el ritmo de distribución y aplicación de las vacunas alcanzado en las últimas semanas.
¿Es cierto que el Estado nacional y las provincias no pueden, poniendo todos los recursos con los que cuentan, acelerar los ritmos y entregar todas las vacunas que Andreani, Ocasa y compañía no saben, no pueden o no quieren transportar con la urgencia que amerita?
Aún el Gobierno no salió a explicar las razones de aquello que cuestionan López y demás especialistas respecto a la demora en preparar a la población seriamente para enfrentar la variante Delta. ¿Tiene argumentos? Por ahora se desconocen. Mientras tanto, este lunes se informaron las dos primeras muertes de pacientes argentinos alcanzados por Delta.
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