Cristina Fernández de Kirchner tuiteó, este lunes, una entrevista a la vicejefa de gabinete, Cecilia Todesca, donde esta última justifica la pérdida del salario real en el sector privado durante el gobierno del Frente de Todos. Según ella, el salario actualmente, volvió a los niveles en los que lo dejó el macrismo. Y dice que “esta economía tuvo una doble crisis y necesita una doble recuperación”.
Lo cierto es que los salarios, durante el Gobierno de Alberto Fernández, siguieron perdiendo. En junio los salarios totales cayeron un 4,8 % con respecto al mismo mes de 2020. Los salarios de los trabajadores privados registrados descendieron un 3,1 %. Para los trabajadores del sector público la caída fue de 6,5 %. Y para los trabajadores no registrados, los salarios se desplomaron un 6,9 % en el mismo período.
CKF publicó un fragmento en video de la entrevista de C5N a Cecilia Todesca y escribió: “Excelente descripción de lo que pasó con tu salario en los últimos 18 años y los estragos de las dos pandemias: la del macrismo y la del coronavirus”.
¿Criticar el hundimiento que efectivamente dejó el macrismo? Sí, es el principal eje de campaña electoral. ¿Hacerse cargo de las decisiones políticas que tomó y ejecutó este Gobierno? Mejor no.
Sobre todo, luego de que CFK dijo, en la presentación de candidatos, que no usarán el dinero que envía el FMI (en concepto de DEG) para "paliar los efectos de la pandemia". Sino, muy probablemente, para pagar los intereses de la misma fraudulenta deuda que contrajo Macri de forma ilegal con el Fondo.
Cecilia Todesca podría volver a decir "no es que estamos amarreteando la plata”, estamos “viendo dónde esa plata es más eficiente", como cuando justificó que el Gobierno no restituyera el IFE.
La vicepresidenta y la vicejefa de ministros buscan lavar la responsabilidad de su gestión, en la pandemia y en la herencia macrista. A la que honran en sus compromisos de deuda. Pero ¿es esto suficiente para justificar que hayan llevado el salario mínimo a $ 25.272? Con las cúpulas sindicales dando el okey y las grandes patronales dando las "gracias", fijaron este salario por debajo del límite de la indigencia, que representa una canasta de $ 28.414. Esto, en datos del Indec, del mes de junio.
Por otro lado, en el primer trimestre del año, el 80 % de los trabajadores tuvo salarios menores a $60.000. Cuando la canasta de consumos mensuales mínimos, se calcula en $89.000. Como releva la Junta Interna Ate Indec.
La "descripción" que hace Todesca y que Cristina felicita es la siguiente: “En los primeros tres meses (el salario del sector privado) aumentó el 6,4% por ciento en términos reales. Durante la pandemia, perdimos 6,9%. Y en lo que va de 2021 recuperamos el 0,8%. Es decir: en este momento estamos como al inicio de nuestro mandato”. Además de hacer malabares con las cifras, para ocultar la caída del salario real durante el gobierno del que forma parte. El truco es mostrar que los salarios quedaron tal y como los dejó el macrismo.
Si ganaron las últimas elecciones prometiendo que se iba a recuperar lo perdido con Macri. Ahora bajan las expectativas y habría que conformarse con que los ingresos para las mayorías trabajadoras estén en los niveles que dejaron cuatro años de gestión del PRO y los radicales en Juntos por el Cambio.
Del otro lado y desde abajo. En 2021, hubo sectores con otras expectativas, que transformándolas en lucha y organización, lograron romper el techo que quiso imponer el Gobierno, con las cúpulas sindicales. Tal fue el caso los trabajadores y trabajadoras de la salud neuquinos o de los obreros y obreras vitivinícolas. Que demostraron una gran fuerza y unidad entre los trabajadores y el pueblo. Un ejemplo para quienes no quieren masticar la bronca y agachar la cabeza.
Pero el hecho es que la inflación viene comiéndose los ingresos de las mayorías y las paritarias se negociaron por debajo de la suba de precios. Si comparamos la pérdida del salario real desde 2015 , cuando Cristina Kirchner terminó su anterior mandato, los salarios de los trabajadores registrados privados cayeron un 21 %. Y en el sector público, que oportunamente la vicejefa de ministros evitó mencionar, el derrumbe se acerca al 30% en términos reales.
¿Y los últimos 18 años?
Probablemente, buscando amortiguar la decepción de los miles que votaron al Frente de Todos opinando que iban a estar mejor que con Macri, Cecilia Todesca toma los índices de salario desde el 2003. En la entrevista, afirmó que "el salario real del sector privado registrado, durante los tres Gobiernos, uno de Néstor y dos de Cristina, aumentó 70% en términos reales". Y agregó que "con Macri, este mismo indicar, cayó un 20% en términos reales".
Pero lo que el kirchnerismo nunca dice en voz alta es que estos indicadores que reivindican, son en relación a la devaluación del peso del 300% que implementó Eduardo Duhalde en 2002. Quien salvó a los bancos y a las grandes empresas, a costa de destruir los salarios y hacer un duro recorte del gasto público.
Cuán bajo pretende llevar las expectativas el Frente de Todos, que tiene que volver a sus orígenes. A esa épica de crecimiento económico y recomposición laboral, que omitía las brutales medidas con las que los poderosos sortearon la crisis del 2001.
Para hablar de los últimos 18 años, ningún Gobierno, ni los peronistas, ni Juntos por el Cambio, tomaron medidas para revertir la herencia neoliberal de los años noventa, que terminó con la caída de Fernando De La Rúa. Esa herencia de precarización laboral, de empresas públicas privatizadas, de desfinanciamiento de la salud y la educación públicas y de círculo vicioso de endeudamiento fraudulento y pago a los buitres acreedores.
El Frente de Izquierda - Unidad, es la única alternativa política, que se plantea terminar con la herencia neoliberal. Y que pelea por un salario mínimo que cubra al menos el costo de la canasta básica familiar. Como así también, por terminar con la precarización laboral y el desempleo estructurales, repartieron las horas de trabajo entre ocupados y desocupados. El desafío es construir una tercera fuerza política nacional y social, para pelear por esta perspectiva: en las calles y en el Congreso. |