Tras la difusión en redes donde unx estudiante pide que se le reconozca con su género no binario llamándole compañere se abrió el debate sobre la necesidad del lenguaje inclusivo.
Algunos en redes sociales empezaron una campaña de acoso y discriminación, mientras amplios sectores discutían sobre el lenguaje inclusivo y la necesidad de reconocer las distintas identidades de género.
Como no es de sorprender Chumel Torres compartió el vídeo de forma burlona con un comentario que decía "cálmese mije".
También hubo personas que compartieron información personal del alumne y otros argumentaban que fue exagerada la respuesta del estudiante.
Pero la realidad es que no es una exageración, sino que es solo la punta del iceberg de toda la opresión que se vive por ser parte de la diversidad sexogenérica.
No solo es el acoso escolar, también es enfrentar al rechazo en la familia, que te despidan, que no te contraten o incluso que te orillen a tener los trabajos más precarios, es enfrentar el acoso policíaco, la violencia y en el peor de los casos los crímenes de odio.
Las identidades no binarias y el lenguaje inclusivo
Para empezar, recordemos algunos conceptos básicos como sexo biológico. Éste corresponde a las características físico-biológicas, que diferencian a los individuos a nivel sexual incluyendo hormonas, órganos y cromosomas. Cabe destacar que incluso el sexo biológico no es binario, tan así que podemos hablar de personas intersexuales.
Por su parte, el género es el conjunto de características de origen cultural relativas a patrones de comportamiento y de identidad, en conclusión, es un constructo social y muchas veces es impuesto por la sociedad desde el nacimiento.
En cuanto a la identidad de género, es el género con el que una persona se siente identificada, el cual puede coincidir o no con el género asignado al nacer.
Por último, la orientación sexual hace referencia al tipo de personas por el cual te sientes atraída física, emocional, sexualmente, etcétera.
Cabe destacar que en realidad todo lo que rodea la sexualidad humana es más complejo que las definiciones dadas anteriormente.
Regresando al tema del lenguaje para Saussure, llamado el “padre de la lingüística”, veía a la lengua como una convención social, donde todos los miembros de una comunidad se ponen de acuerdo en que una mesa, se llame mesa, o una vaca, se denomine vaca.
Pero esta concepción del lenguaje fue discutida en la segunda década del siglo XX, cuando aparecieron lingüistas como Valentín Volóshinov (1895-1936), en su principal obra “El marxismo y la filosofía del lenguaje” señala a la palabra como el “signo ideológico por excelencia”.
Volóshinov reconoce entonces al signo lingüístico como un terreno en disputa donde se pueden rastrear las disputas ideológicas que se dan en el plano material, un terreno de lucha de clases. Todo producto humano lleva consigo huellas de su proceso de producción, decía Marx, y la lengua, como producto social, no está exenta.
El movimiento de mujeres y la diversidad sexogenérica han hecho conciencia de que el lenguaje es un campo en disputa y que es necesario empezar a nombrar partes de la misma realidad que están invisibilizadas o relegadas al ghetto, esto para incluirlas a la realidad.
Dentro de la lucha en el lenguaje también se encuentra la eliminación de expresiones que denotan algún tipo de opresión o explotación y también surge el debate de si hay que eliminar o reapropiarse de palabras que tienen una denotación discriminatoria, como puto, joto, maricon, entre otras, para que así la denotación negativa pierda peso. Sin embargo, cabe destacar que muchas de estas palabras son escuchadas antes de enfrentar una agresión e incluso es lo último que muchas personas escuchan antes de ser asesinades.
Lenguaje inclusivo y las aulas
El uso del lenguaje inclusivo en los salones de clase tiene que ver con plantear una educación que esté a la altura de dar respuesta a los problemas y demandas sociales, que incluso ayude a recuperar el pensamiento crítico, que les diga a les estudiantes que es posible conquistar un mundo distinto.
Es por eso que la lucha por una educación sexual no sexista ni heteronormada es importante, la cual ha sido una pelea con la iglesia, la derecha, el gobierno y los partidos del régimen. Recordemos que a inicios de la pandemia en varios estados intentaron imponer el PIN Parental.
La lucha por una sociedad distinta y la lucha por un nuevo lenguaje
Retomando la idea del lenguaje como un campo ideológico en disputa dentro de la lucha de clases y es por ello que es importante recalcar que el lenguaje no es neutral sino que está atravesada por los valores impuestos por la clase dominante entre otros aspectos de la sociedad, es por eso que hay que ver a la palabra como expresión ideológica, cargada de ideología.
Más allá de la importancia de luchar ahora por un lenguaje inclusivo y de nombrar las cosas y las personas para visibilizar que existe un problema de discriminación y violencia que recorren aspectos de la estructura y la superestructura, esto no es suficiente ni cambia las condiciones materiales de explotación y opresión.
Y es precisamente lo que responde al problema de las “X”, las “E” y la arroba. De hecho, Mijaíl Bajtín, filósofo del lenguaje, en sus distintos trabajos remarca la relación necesaria y originaria que tiene el lenguaje con las bases sociales de las que se desprende y a través de las cuales circula. Por eso es necesario cambiar la sociedad, porque de no hacerse los cambios de lenguaje que podamos conquistar bajo este sistema no van a ser duraderos ni radicales.
No es la lengua quien transformará la vida y nos liberará de nuestras cadenas de explotación y opresión, sino al revés, es primero el cambio en la organización social la que despojará y liberará a la lengua de sus sentidos reaccionarios. Pero para esto es necesario llevar la revolución a todos los campos de la sociedad.
|