"Nos pagan 11 lucas por barco por persona" - denuncia Cristopher Carmona, parte de los amarradores de bahía Quintero en la región de Valparaíso frente a los sueldos de hambre que les imponen - “somos simples pero esenciales, porque sin estos barcos el país se paraliza, el gas de GNL, el carbón de la hidroeléctrica, el petróleo de ENAP, el combustible de Copec, etc”.
Desde el año pasado, los trabajadores marítimo portuarios de oficio amarrador, ubicados en la bahía de Quintero localidad de Ventanas, vienen dando una importante pelea contra el abuso patronal y por las mejoras en sus condiciones de trabajo. Dedicados a las maniobras de atraque y desatraque de buques de carga que llegan a Puerto Ventana, Puerto El Bato (Oxiquim), Terminal Marítimo LPG Quintero perteneciente a ENAP y terminal GNL; las y los trabajadores denuncian las precarias condiciones a las que se les somete a trabajar y la paga miserable que reciben por amarre y desamarre.
“ya el año pasado cuando empezamos a ver que las empresas pagaban super poco comparado con otros puertos a la misma pega nuestra, empezamos a averiguar valores y claro es caleta la diferencia" - comenta Cristopher Carmona, amarrador portuario y parte del sindicao profesional de trabajadores portuarios y afines de la bahía de Quintero - “acá en la bahía operan solo tres agencias que contratan gente para maniobras de atraque y desatraque, estas agencias son SMP (de empresa BYM), AGUNZA (de empresa REPORT) y SyS del famoso Salinas”.
De un tiempo a esta parte los amarradores vienen denunciando a Fancisco Salinas, a quien reconocen como un mafioso dueños de locales y discos en Quintero que por años viene manejando un monopolio sobre las maniobras de atraque, haciendo buenos precios a las agencias a costa de pagas miserables a los trabajadores, que rondan entre los 7 mil y 10 mil pesos.
A continuación mostramos la comparación de dos liquidaciones de sueldo de un amarrador del norte y uno de la bahía de Quintero, donde la agencia de naves es la misma, también la boleta, sin embargo los sueldos son muy diferentes. Además de quedar en claro que en el caso del amarrador de Quintero (segunda imágen), la colación, movilización, bonos y aguinaldos se mantienen en $0.
Frente a esto denuncian: “este tipo tiene un monopolio respecto al tema marítimo, dado que ya tiene mucha pega por lo mismo, porque cobra poco y también a su vez paga poco, él pagaba 7 lucas por amarra y tiene viejitos jubilados y a cualquiera que quiera ir a trabajar aunque no tenga carnet rojo. A nosotros se nos paga 10 lucas por maniobra, en todos los puertos de Chile varían de hasta 30 mil a 60 mil pesos por maniobra”. Además de denunciar las permanentes prácticas antisindicales que Salinas ha aplicado entre sus trabajadores, donde por ejemplo una vez constituído el sindicato único de amarradores de bahía he iniciadas las paralizaciones en el muelle en denuncia a la precarización, Salinas contrató a un número mínimo de trabajadores para evitar que se unieran al sindicato y así mantener su margen de ganancias, desvinculando a cualquiera de sus contratados que mantuviera relación con los trabajadores movilizados.
Somos simples pero esenciales
“Si no se amarran los barcos por consiguiente nadie más puede trabajar, somos simples pero esenciales porque sin estos barcos el país se paraliza, el gas de GNL, el carbón de la hidroeléctrica, el petróleo de ENAP, el combustible de Copec, etc” - comenta Cristopher para La Izquierda Diario.
“Acá amarramos barcos con químicos en Oxiquim, más que nada ácido sulfúrico, en Puerto Ventanas graneleros y también de ácidos, donde recientemente falleció un tripulante filipino. También amarramos en terminal GNL de gas natural comprimido, también terminal LPG y El Bato que trae combustible y petróleo y estos últimos terminales son con rejas que le llaman, que son unas boyas que están flotando con un cabo de acero anclado al fondo marino, con los que afirman el buque, estos terminales que están casi obsoletos por su peligrosidad, hace unos meses un tripulante tuvo un accidente y casi pierde dos dedos”.
Entre sus demandas los trabajadores exigen que se les garantice un sueldo mínimo como base ya que los meses con marejadas se las deben arreglar con el precario sueldo de las maniobras hechas, que se agregue un monto por concepto de colación en cada liquidación, un valor agregado al valor turno por lluvia, por turno noche, por marejadas, así como mejor ropa (ropa de agua) y EPPS (elementos de protección de seguridad) para desarrollar las maniobras.
solidaridad entre trabajadores para combatir la precarización
En la batalla por mejorar las condiciones de trabajo, los amarradores han tenido amplio apoyo del Sindicato de Estibadores de Puerto Ventanas, que se han negado a recibir buques con amarradors de la agencia de Salinas y han paralizado las faenas buscando que el resto de las agencias acepten los valores de paga propuestos por los trabajadores concordante al resto de los amarradores a nivel nacional.
Esta semana será clave en las negociaciones entre el Sindicato profesional de trabajadores portuarios y afines de la bahía de Quintero y las agencias, ya que actualmente el sistema funciona de manera que cada agencia llama personalmente a cada trabajador ofreciendo ellos el sueldo, en contraposición a los trabajadores que están intentando implementar un cppt (convenio de provisión de puestos de trabajo) que les garantice al menos un sueldo mínimo, dado que si no hay maniobra tampoco hay paga. A su vez los amarradores están dando una pelea para que sea el sindicato quien administre las nombradas (sistema que determina quién va a cada maniobra) y no las agencias.
Mientras los magnates empresariales dueños de los puertos y empresas relacionadas siguen sacando provecho del trabajo eventual o el subcontrato, ahorrandose millones a costa de precarización, son los trabajadores quienes con sus vidas terminan pagando las consecuencias.
Es por esto que en su lucha por combatir los salarios de hambre y el maltrato laboral, acompañamos la pelea de las y los amarradores de bahía Quintero, y su ejemplo de unidad con más trabajadores para hacerle frente al despotismo empresarial.