¡Hola!
Aunque la verdadera encuesta será en las PASO del 12 de septiembre y luego en la elección general de noviembre, los tanteos previos de los encuestadores registran el malestar económico por la inflación y la desocupación, entre otras preocupaciones. Los descontentos, los desencantados, no emergen de la nada, sino de un país que atraviesa una década de estancamiento y con indicadores sociales que exhiben una degradación progresiva.
En este contexto, me resultó interesante repasar algunos de los principales indicadores que se registraron en las elecciones que tuvieron lugar desde el 2011 a esta parte: actividad económica, pobreza, desocupación y niveles de ingreso.
En marcha atrás
En 2011, Cristina Fernández de Kirchner, acompañada por el exmilitante de la UCEDE, Amado Boudou, ganó las elecciones con el 54 % de los votos. Le sacó una gran ventaja a la fórmula que se ubicó en segundo lugar, constituida por Hermes Binner y Norma Morandini, que obtuvo el 17 %. En el cuarto trimestre de aquel año, momento en el cual se desarrollaron las elecciones, la economía crecía 5,2 % interanual.
En las elecciones de medio término voy a tomar el resultado en la provincia de Buenos Aires como expresión sintética del “estado de ánimo”. Como habitualmente se dice, en esa geografía se desarrolla la “madre de todas las batallas”. En 2013, Sergio Massa ganó con el Frente Renovador las elecciones de diputados nacionales en la provincia con el 44 % de los votos en las generales de octubre. Superó así a Martín Insaurralde, quien obtuvo el 32 %. En ese entonces, la economía exhibía una moderada caída de -0,1 % interanual (siempre en el cuarto trimestre del año).
En 2015, en la segunda vuelta electoral, Mauricio Macri y Gabriela Michetti ganaron la presidencia con el 51 % de los votos frente a Daniel Scioli y Carlos Zannini que obtuvieron el 49 % (en las generales el Frente para la Victoria había obtenido el 37 % contra el 34 % de Cambiemos). En el cuarto trimestre de aquel año la economía crecía a 2,5 % interanual.
En 2017, en la provincia de Buenos Aires, la atención estuvo centrada en la elección para senadores. Se enfrentaron Esteban Bullrich, que obtuvo el 41 % en las generales, y Cristina Fernández de Kirchner, que sacó el 37 %. Por entonces, la economía crecía a 4,5 % (cuarto trimestre).
En las últimas elecciones presidenciales de 2019 la fórmula Fernández- Fernández superó en las generales a Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto en momentos en que la economía registraba un retroceso de -1,2 % (cuarto trimestre).
De estos números se puede concluir que en las elecciones de medio término cuando hubo crecimiento económico ganó el oficialismo. Por el contrario, en las presidenciales, el crecimiento económico no garantizó el triunfo oficialista, como se observa en 2015.
Para el cuarto trimestre de este 2021, es decir para el período en que se desarrollará la votación general del 14 de noviembre, es probable que la economía se encuentre creciendo por encima del 3 %, según estimó el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) en un muy interesante informe sobre “La economía de cara a las elecciones”.
Pero hay un dato no menor: el retroceso económico acumula tres años entre 2018 y 2020. Y a pesar del rebote del corriente año la economía tardará varios más en recuperar los niveles de hace una década. Las circunstancias cambiaron drásticamente, para peor.
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