Mientras en todo el país se hacía un primer intento (antes de terminar el ciclo escolar pasado) por imponer de manera prematura e insegura las clases presenciales, contradictoriamente, en el estado de Chiapas no permitían que los jóvenes aspirantes de la normal rural de Mactumactzá pudieran realizar su examen de ingreso de manera presencial.
En una zona en la que el acceso a herramientas digitales e internet es limitado, la imposición del examen a distancia dejaba fuera a decenas de aspirantes. Ante la negativa de las autoridades, los jóvenes realizaron un bloqueo en la caseta de cuota San Cristóbal-Tuxtla Gutiérrez. La respuesta fue la represión y el encarcelamiento.
Después de diversas manifestaciones en Chiapas y otros estados del país, fueron liberadas de manera condicional las 95 personas, quedando sujetas a proceso. Sin embargo, este martes durante la audiencia realizada en el Centro Penitenciario de El Amate, el juez local determinó su libertad absoluta e incondicional, ante el desistimiento del Ministerio Público que las había acusado en mayo de motín, pandillerismo, robo con violencia, atentados contra la paz y la integridad corporal y patrimonial de la colectividad y del estado, y daños.
Esta liberación no es producto de la “buena voluntad" de AMLO, sino de la tenaz resistencia de las y los normalistas de Mactumactzá, quienes instalaron un plantón en el Zócalo de la CDMX y se manifestaron en la visita del presidente a Chiapas para lograr el desistimiento de los cargos contra sus compañeras y compañeros. En un momento en el que la política educativa del gobierno federal está suscitando cada vez más inconformidad en el magisterio. |