Se trata de un evento político-cultural que busca denunciar la situación injusta de la enseñanza superior y media superior. Se contó con la presencia de bandas como: Son de Uva, Olinka & Backing Band, Mexikan Sound System, Lengualerta, El Mastuerzo y l@s jij@s del Máiz, Salario Mínimo, La Sonora Skandalera entre otras.
Esto se dio en el marco de la entrega de resultado a los alumnos admitidos en la Universidad Nacional Autónoma de México. Como era de esperarse con la política actual que aplican estos gobiernos patronales el 88.6% de los aspirantes se quedaron fuera. De hecho la máxima casa de estudios sólo admitió el 11.4% de los que hicieron examen, es decir 6,893 aspirantes de más de 60 mil que presentaron lo que lo presentaron.
La estrategia es ir restringiendo la formación académica cada vez más y que los hijos de los trabajadores cada vez tengan más obstáculos para avanzar en sus estudios, a través de la elitización de las universidades. Esto implica que sólo puedan entrar los que tienen un nivel económico más alto –ya que pueden acceder a una mejor instrucción a partir de instituciones privadas–.
Pero también es parte de esta política ir recortando los presupuestos de estas instituciones para que cada vez haya menos cupo en ellas. Mientras tanto, el gasto en seguridad es descomunal, según el estudio de Ethos, Laboratorio de políticas públicas, México en el periodo de 2001-2013 el presupuesto para seguridad pública se incrementó un 200%.
En total el presupuesto gastado en seguridad equivale a 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB). Tan sólo en 2013, el gasto en seguridad representó el 7.7% del gasto público, superior al 6.4% de salud y el 1.3% en ciencia, tecnología e instituciones de educación superior.
Una de las jugadas del gobierno es dejar que la educación se deteriore para poder privatizarla. Por supuesto, esto no es un fenómeno aislado. Hoy ocurre lo mismo con la reforma educativa, cuyo objetivo no es mejorar la educación sino acabar con las conquistas laborales de los profesores de nivel básico.
El término calidad educativa es ambiguo, pues la calidad de la educación va referida a las capacidades que se busca que se desarrollen en niños y maestros para cumplir con determinado proyecto político. ¿Qué proyecto tiene el gobierno de Peña Nieto?
Pues su gobierno ha mostrado estar muy interesado en atraer la inversión de las grandes trasnacionales y de los inversionistas nacionales.
Pero no existe un interés real por mejorar la calidad de vida de la población, porque su verdadera intención es descargar los efectos de la crisis capitalista iniciada desde 2008 sobre las espaldas de los asalariados.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha convertido la lucha contra la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y la demás disidencia magisterial en la madre de todas las batallas. Si vence a los maestros –el sector de la clase trabajadora mejor organizado y el único que está ofreciendo una resistencia real hasta ahora– será más fácil imponer las demás reformas estructurales que beneficiarán a los grandes propietarios creando más precarización para el pueblo pobre.
En declaraciones a este medio, Sergio Moissen, dirigente del Movimiento de Trabajadores Socialistas, afirmó “Proponemos que para dar salida a esta situación es necesario brindar un acceso irrestricto a la educación básica, media superior y superior. Si se argumenta que no hay presupuesto suficiente entonces exigimos la cancelación de la deuda externa, que los diputados, senadores y demás altos funcionarios ganen lo mismo que un maestro, además de que se cancelen eso millonarios presupuestos para la “seguridad nacional” y que esos recursos sean invertidos en educación.
Rechazamos tajantemente el financiamiento privado y la “autogestión” en las escuelas, pues son formas de privatizar al sector educativo y de hacer que el Estado se desentienda de las responsabilidades que tiene en la instrucción de la población. Estamos en contra de la reforma educativa que en realidad es laboral pues quiere aplicar exámenes punitivos a los profesores.
Echemos abajo las reformas estructurales, apoyemos al magisterio combativo y al movimiento de rechazados.”
Con información de Animal Político y La Jornada. |