Se conmemora el 7 de septiembre en homenaje a Fray Luis Beltrán. La Izquierda Diario dialogó con trabajadores del sector. Tradición de lucha, presente y perspectiva a días de las elecciones en pandemia.
El 7 de septiembre se conmemora el nacimiento de Fray Luis Beltrán, un sacerdote que abandonó los hábitos para poner su conocimiento metalúrgico y de otras ramas en el armamento del ejército de Los Andes para vencer a las tropas de la realeza.
Los trabajadores metalúrgicos tienen grandes historias en el país y en todo el mundo sobre sus hazañas.
En Argentina, durante el primer gobierno de los radicales (UCR) se tuvieron que enfrentar a una de las huelgas más grandes que hubo. Los metalúrgicos de los talleres Vasena eran 3500 obreros que entraron en paro en diciembre de 1918. Algunos de sus reclamos eran: aumentos de sueldos, jornadas de ocho horas, y reincorporación de los compañeros despedidos a causa de las actividades gremiales. La empresa mandó matones y los laburantes se plantaron. Entre negociaciones y enfrentamientos con la policía y los fachos de la Liga Patriótica que eran financiados por los mismos empresarios. La huelga de los metalúrgicos de los Talleres Vasena que comenzó en diciembre, la posterior represión y resistencia, que pasó a la historia como la “Semana Trágica”, fue uno de esos heroicos hitos de la clase obrera que nos ha dejado muchas enseñanzas.
En los talleres Siam Di Tella se crearon las comisiones internas ya durante el gobierno de Perón en 1954, donde ofrecieron una fuerte resistencia por parte de los obreros a perder el control de la producción, al tiempo de promover la toma de decisiones respecto a su intervención en el ciclo productivo.
En 1954 una histórica huelga metalúrgica puso al desnudo la connivencia entre la patronal, la policía y los jerarcas sindicales, es decir lo que en esos días se dio en llamar irónicamente “santísima trinidad”. Durante la huelga los jefes sindicales querían levantarla pero los obreros de base no lo permitieron, y después de asambleas de 3000 personas, por primera vez en muchos años, los trabajadores metalúrgicos pudieron deliberar a gusto y discutir sus problemas. El 7 de junio más de 30.000 metalúrgicos llevaron a cabo una gigantesca asamblea general en la Plaza Martín Fierro, frente a la legendaria fábrica de Vasena, aquella que, 35 años antes, había sido el eje inicial de la masacre de la Semana Trágica de 1919.
En 1956 los metalúrgicos se enfrentaron en las calles y en las fábricas a la dictadura militar y participaron masivamente de las organizaciones de base. La policía amenazó a los comerciantes para que no abran crédito a los huelguistas, pero aún así los apoyaron demostrando la relación solidaria que se establece casi naturalmente entre barrio y fábrica.
Fue muy importante el surgimiento de elementos de democracia sindical en la UOM, no sólo por ser el gremio más grande y poderoso de la época sino también porque se dio un fenómeno novedoso: se generalizaron las asambleas como órganos de decisión y resolución colectiva.
En marzo de 1974, en la ciudad de Villa Constitución, tuvo lugar una de las más importantes luchas obreras y populares que se dieron en el convulsivo “momento político” que se abrió a partir del Cordobazo en 1969. “Lo que comenzó como un proceso antiburocrático en defensa de las comisiones internas y delegados combativos de Acindar y de las fábricas de la región, y por la recuperación de la seccional de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), se convirtió en un cuestionamiento a la poderosa mafia sindical. Gesta como producto de la cual los militares nombrarían a Villa la ‘serpiente roja del Paraná’ en sus operativos represivos”, contó el referente de la izquierda santafesina, Octavio Crivaro en este diario.
“La lucha de los metalúrgicos de Villa se nutre de una época de ascenso en la movilización de las masas a escala internacional expresada en el Mayo Francés, en el Otoño caliente italiano, en la Primavera de Praga, en las movilizaciones en EE. UU. contra la invasión a Vietnam, etc. En nuestra América se produjo la lucha de los estudiantes mexicanos, el surgimiento de la Asamblea Popular en Bolivia, la emergencia de los llamados Cordones Industriales durante el proceso revolucionario chileno”, detalla Crivaro.
El Villazo fue un golpe al Pacto Social instaurado a partir de la presidencia de Héctor Cámpora y su ministro José Bel Gelbard, política “heredada” por Juan Domingo Perón en su tercera presidencia.
Al calor de esta tradición, se conformó lo que se conoce como “la patria metalúrgica”. La UOM se constituyó como “columna vertebral del movimiento obrero”, de donde surgieron buena parte de los dirigentes sindicales de la CGT y de la burocracia sindical peronista. La paritaria metalúrgica era la que abría todos los años la discusión salarial y era la que marcaba al resto del movimiento obrero. De la UOM salieron los burócratas Vandor, Lorenzo Miguel, Rucci y muchos de los dirigentes del sindicalismo peronista tradicional de la CGT. Entre otras cosas, la burocracia de la UOM aportó personal para la conformación de le Tripla A (Alianza Anticomunista Argentina). Esto es parte de la historia del sindicato y, aunque por la negativa, muestra el poder de fuego histórico del gremio.
Entre los años 80 y 90, hubo muchas luchas por parte de sectores de trabajadores metalúrgicos por salarios, contra las consecuencias de la crisis y cierres, contra las privatizaciones, como en el caso de Somisa (actual Siderar) en el 91. Las conducciones de los sindicatos y de la CGT siempre estuvieron alineadas con los gobiernos de turno. Hubo una historia bastante rica de conflictos como en Quilmes, Tierra del Fuego y otros puntos.
Dando un salto en el tiempo, llegamos a las movilizaciones del 14 y 18 de diciembre de 2017 contra el ataque a los jubilados por parte del gobierno macrista. Según cuenta Lucho Aguilar, cronista de este diario presente en la manifestación, el 18D fue una movilización mayoritariamente de trabajadores organizados. Miles participaron en las columnas de los sindicatos (ATE, Suteba, ARS, Bancarios, UOM, entre otros), contra la reforma previsional. Participaron cientos de grupos de trabajadores de gremios cuyas conducciones no llamaban a movilizar. La participación de trabajadores metalúrgicos fue destacada.
“Cuenta un metalúrgico que ’el 18, pero también el 14, fueron muchos trabajadores de base, no solo el aparato. Es parte de un proceso que viene desde hace dos meses, que al Barba (Gutiérrez, burócrata de la UOM) le vienen pidiendo que ‘haga algo’ contra las reformas. Hubo congresos de delegados con muchas críticas y una movilización a la sede de la UOM el 17/11. Más de 300 metalúrgicos de Quilmes llegaron a la Plaza y se quedaron, muchos de ellos jóvenes. Es por eso que se reubican’”. Pero también en otras seccionales se cuela el malestar, por eso una asamblea autoconvocada en SIAM adelantó el cese de tareas para quienes quisieran ir a la Plaza, el paro fue fuerte en Siderar Ensenada y los de CAT Finning le reclamaron un micro a la UOM San Miguel”, detalla Aguilar.
Después de que la conducción burocrática de los sindicatos desviara la bronca y frenara las movilizaciones con el cuento del “hay 2019”, llegamos al ajuste en pandemia. En 2021 el secretario general del sindicato, Antonio Caló, fue uno de los primeros en aceptar la “cláusula FMI”, ajustada a los pronósticos de inflación que el ministro Martín Guzmán había incluido en el presupuesto, muy por debajo de la inflación real que según estimaciones superaría el 50 % anual. El acuerdo cerrado a comienzos de año fue del 35,2 % en cómodas cuotas. En julio metalúrgicas y metalúrgicos cobraron solo un 15 %, cuando la inflación del semestre llega al 25 %.
Ante el malestar entre en los lugares de trabajo, con la economía funcionando “a pleno”, Caló envió el pedido formal al Ministerio de Trabajo para reclamar la reapertura de la discusión salarial del sector, sin siquiera consultar a sus 250 mil afiliados cuánto opinan que tendría que ser el aumento. Tampoco consultó sobre la necesidad de discutir las condiciones laborales cada vez más precarias. Menos, sobre la necesidad de impulsar medidas de lucha, para hacer honor a la enorme tradición de lucha del sector metalúrgico.
Voces metalúrgicas
La Izquierda Diario dialogó con trabajadores metalúrgicos en su día:
¿En qué situación están los trabajadores metalúrgicos de tu región hoy en cuanto a salarios, despidos, horas de trabajo?
P de Siderca, candidato por el Frente de Izquierda Unidad: En mi región el trabajo está precarizado con contratos basura de hasta 5 años. O sea que cuando terminan un contrato es un despido encubierto. Y varios sectores cobran por debajo de lo que debería cobrar para mantener una familia.
F, trabajador de máquinas: Los compañeros metalúrgicos tienen en muchos casos que recurrir a las horas extras para poder lidiar con la inflación, a pesar de hacer horas extra para mayor beneficio de la empresa a mi parecer, porque no es una diferencia monetaria importante la que hacemos. Tienen que cuidarse de la persecución que hacen, esto dicho por los comentarios de los compañeros, saliendo en cierres de mes a perseguir y cazar.
S, trabajador de sala: El salario no llega a equiparar y no se correlaciona con lo que es la empresa en términos de ganancias. Para el tamaño que tiene Techint, somos de los operarios peores pagos de la zona teniendo en cuenta las demás grandes empresas.
¿Cómo afectó la pandemia a tu lugar de trabajo?
Pablo de Siderca: En pandemia el sector en el que estoy casi no frenó. Solo al principio. Y desde el primer día el intendente Abella firmó una autorización para presentarse a trabajar que iba contra el DNU la cual no prosiguió. Trabajamos sin protocolo y sin vacunas. Con baños en pésimas condiciones. La empresa dice que somos indispensables porque hacemos tubos para la explotación petrolífera.
Conocé a Alejandra Vercellino, trabajadora metalúrgica de SIAM, candidata por el Frente de Izquierda Unidad:
¿Cuál es el discurso de la empresa sobre las decisiones que tomó en pandemia?
F trabajador de máquinas: La pandemia afectó como muchos otros lugares, los protocolos de seguridad mal implementados dificultaron el desempeño óptimo del trabajo y también en los lugares de descanso y vestuarios, al ser muy reducidos para la cantidad de personal no estaban preparados para un acontecimiento de este tipo. El discurso que la empresa utiliza es el mismo siempre, lo primero es la salud y el bienestar de los empleados, totalmente contradictorio a lo que sucede.
S, trabajador de sala: En pandemia la empresa nos dice que hay que seguir produciendo a como dé lugar.
JC de Siderca: Creo que la empresa usó la pandemia para flexibilizar puestos de trabajo.
La burocracia sindical de la UOM invita a pasar el día 7 de septiembre, día del metalúrgico, en un camping. ¿Qué opinás de esto?
P de Siderca: Creo que los días conmemorativos son días para hacerse visibles en las calles y hoy deberíamos ir por reapertura de paritarias, no a comer asado.
JC de Siderca: no me gusta, me parece que hay cosas más importantes que un asado
¿Qué significa para vos el día del metalúrgico? ¿Cómo te parece la mejor forma de conmemorar la fecha?
P de Siderca: Obviamente en las calles. Hoy, peleando por una recomposición salarial.
OG: Un día de festejo y reflexión para seguir los pasos de sindicalistas y trabajadores que quieran hacer las cosas bien para el bien de todos los metalúrgicos.
Hay muchos metalúrgicos que ni siquiera son considerados como tal, ¿hay tercerizados en tu lugar de trabajo?
P de Siderca: sí, hay tercerizados. El ejemplo más visible es el personal de limpieza.
Conocé a Julio Mamaní, trabajador metalúrgico de Aceros Zapla y candidato por el Frente de Izquierda Unidad en Jujuy:
¿Qué les dirías a tus compañeros metalúrgicos de cara a las próximas elecciones?
P de Siderca: No hay salvadores, tenemos que tomar el trabajo de nuestro bienestar en nuestras manos. Votar trabajadores y hacer asambleas.
F de máquinas: Tenemos que abrir los ojos, estar más unidos como compañeros para poder exigir al gremio nos haga más partícipes de las acciones que actualmente toman a nuestras espaldas, que elijamos con conciencia y no por afinidad a los que nos representan.
OG: Que hay que tener sentido común y memoria sobre todo.