Sichel desde que fue elegido precandidato ha intentado enfatizar su carácter de “independiente”. Pero tras esta supuesta “independencia” de algún tipo de militancia partidaria, se esconde la completa subordinación a los poderes económicos y la élite política del país.
Como se mencionó durante toda la campaña, tras la candidatura de Sichel no solo está Piñera, Chadwick y Larroulet, sino también el centro de estudios Libertad y Desarrollo (de ultraderecha) y varios de los principales grupos económicos del país que son quienes financiaron y siguen financiando su candidatura.
Ahora, el medio interferencia reveló que su coordinador de campaña, Juan Luis Ossa, quien es hermano del actual ministro de la Segpres, Juan Jose Ossa, tiene una relación de pareja con la recién nombrada gerenta general de la Asociación de AFP, Constanza Bollman.
Bollman que hace dupla con Alexandra Cox, quien en una entrevista señala que “Una persona que hoy día tiene 25 años, sepa que la probabilidad que pueda pensionarse a los 65, es cero”, es decir fue nombrada para defender con uñas y dientes los negocios que las AFP realizan con los fondos de las y los trabajadores mientras estos no tienen ningún tipo de retribución más que la certeza que al final de su vida laboral recibirán una pensión de miseria.
Juan Luis Ossa al ser consultado por un posible conflicto de interés se limitó a señalar que Bollman no es su “esposa” legal, por lo que él no detecta ningún tipo de conflicto, todo un hipócrita.
Sichel es Piñera y los empresarios
La crisis de la derecha la está intentando resolver con una cara “nueva”, pero tras esta supuesta renovación no hay más que la misma derecha pinochetista y neoliberal de siempre, esa que ataca constantemente los derechos de la clase trabajadora y los sectores populares, la que se negó por meses a entregar ayudas sociales, la que defiende el negocio de las AFP, de la privatización de la salud, la educación, la vivienda y los recursos naturales. Los trabajadores, las mujeres y la juventud no podemos esperar nada de quienes solo esperan incrementar sus ganancias a costa del sufrimiento de las grandes mayorías.
Para enfrentar a la derecha y los empresarios no basta con esperar a que la convención termine su trabajo de escribir una nueva constitución, tampoco es suficiente con tener confianza en que un posible próximo gobierno entregue mejores ayudas o aliviane la carga que generó la crisis económica y social producto de la pandemia.
Desde el PTR creemos que solo la organización de la clase obrera y los sectores populares, en un plan de movilizaciones que busque conquistar las demandas de la rebelión y apuntar a profundizarlas, con un programa anticapitalista y revolucionario podrá resolver las demandas estructurales que se necesitan. Para esto hace falta una alternativa que desde el Frente por la Unidad de la clase Trabajadora estamos proponiendo en el marco de las próximas elecciones de noviembre. |