El 19 julio de 2012, la movilización popular y las pruebas cada vez más contundentes obligaron a que siete agentes de la Provincia de Río Negro fueran detenidos acusados de hacer desaparecer y asesinar el joven obrero golondrina salteño Daniel Solano.
Durante tres años Sandro Berthe, Juan Barrera, Pablo Bender, Diego Cuello, Andrés Albarrán, Diego Quidel y Héctor Martínez estuvieron con prisión preventiva. Sin embargo el juicio en le que se deberá determinar la responsabilidad de estos uniformados en el secuestro y desaparición de Solano parece no llegar nunca. Al menos hasta que no se resuelva dónde y cómo debe continuar el proceso.
El juez Julio Martínez Vivot había derivado el caso a la Justicia Federal, afirmando que se estaba ante el delito de "desaparición forzada de persona", pero la medida fue revocada por la Cámara Tercera de General Roca, que declaró la competencia provincial y ordenó la urgente realización del juicio. Sin embargo, esa medida fue recurrida por la fiscal de Cámara Laura Pérez y ahora es el Superior Tribunal de Justicia rionegrino el que debe resolver al respecto.
Regalo por el día del "amigo"
Mientras la familia de Solano y el pueblo de Choele Choel hace años esperan algo de justicia, esta semana el Poder Judicial los sacudió con un nuevo golpe. El lunes, casi como un regalo por el día del amigo, Martínez Vivot dispuso terminar la prisión preventiva de los imputados. Eso sí, como para menguar en algo el escándalo les impuso cauciones de $400.000 a cada uno. Ahora las defensas podrán apelar el monto de la cautelar y la querella podrá oponerse a las eventuales liberaciones.
Conocido el fallo, las familias de los detenidos calificaron como excesivo el valor de la fianza. "Si apenas vivimos con lo justo, es una tomada de pelo, están jugando con nosotras pero sobre todo con nuestros hijos", dijeron las esposas de los policías al diario Río Negro. Sin embargo esos mismos familiares niegan la responsabilidad comprobada que esos policías tuvieron en el secuestro y desaparición del joven obrero golondrina.
Vale aclarar que según el Código Penal de la provincia de Río Negro, nadie puede estar más de tres años con prisión preventiva. Por eso, previo a cumplirse ese plazo en el caso de los siete policías, la fiscalía había pedido una prórroga extraordinaria de esas prisiones. Pero el juez rechazó el planteo y dispuso la libertad de los imputados, notificando a las partes el lunes a la mañana.
En una resolución vergonzosa, el juez impuso reglas “de conducta” que los policías deberán respetar si quedan libres. Entre ellas, la abstención de realizar conductas "que puedan estimarse perturbadoras" para los testigos y sus familias y la prohibición de acercarse a la familia Solano, al abogado Sergio Heredia y a las carpas que habitan frente del juzgado de esta ciudad.
Furioso rechazo a la impunidad
Sergio Heredia es el abogado que hace más de tres años se instaló en Choele Choel para seguir el caso de cerca junto a Gualberto Solano, el padre de Daniel. Desde hace bastante tiempo, producto de persecusiones y aprietes varios, Heredia vive en una pieza que el cura del pueblo le cedió dentro de la iglesia. Allí montó su oficina de trabajo, donde además de una cama y un televisor tiene mesas llenas de expedientes que hablan por sí solos del caso Solano.
El lunes a la tarde, enterado del fallo judicial, el abogado hizo pública su indignación. Usando las redes sociales manifestó que “esta mañana fue bastante movida, de tensión, y cerca del mediodía fuimos notificados de la sentencia del Juez Martínez Vivot de no hacer lugar a la prórroga de detención de prisión de los siete policías pedida por el fiscal y ordenó la libertad de los mismos, previo pago de la caución real de $400.000 por cada uno.”
En el mismo mensaje habló de la medida extrema que estaría por tomar Gualberto Solano frente a este nuevo cachetazo. El padre de Daniel le comunicó a Heredia “su decisión de encadenarse en el Juzgado, que no quería que nadie lo acompañe y que no necesitaba ni agua, ni comida, ni carpa, ni fuego, ni nada. Solo me pidió que le compre un féretro, un ataúd, y que se lo ponga al lado para cuando esto termine”. El padre de Daniel ya había tomado una medida similar, en mayo de 2012, cuando llevaban seis meses de búsqueda, un hecho que afectó su salud.
Para el abogado, Gualberto “llegó al límite de la tolerancia, del respeto, al límite de la burla, al límite de la paciencia”. Y enseguida Heredia advierte: “Gualberto siempre está informado de todo nuestro trabajo y el firmó todas y cada una de las denuncias que se hicieron en este tiempo, denuncias a la cuales la justicia no dio respuesta. De lo que va a pasar, del desenlace fatal que esto va a tener, hago responsable a la justicia, al gobierno provincial, al gobierno nacional, al señor Belloso (intendente de Choele Choel, NdR), hago responsable a todos, absolutamente a todos. Siempre los previne con respecto a Gualberto Solano, y fui claro al decir que no abusen de su paciencia. Los conozco bien, aprendí a conocerlos, y una muerte más no les importa en absoluto, siempre fueron cómplices de asesinos y de explotadores, pero con nosotros no pueden, ahora comienza Gualberto, mañana otro de nosotros ocupará su lugar”, concluyó.
Entre la juventud y la comunidad de Choele Choel hay muchas personas que hicieron suya la lucha por la aparición de Daniel Solano. Por eso esta semana la indignación y la bronca también los invadió. Junto al apoyo a Gualberto y a Heredia, muchas personas expresaron su bronca. Marcela Torres, vecina del pueblo solidaria con esta lucha y una de las integrantes de la comisión de familiares y vecinos que exigieron justicia desde las primeras semanas de la desaparición de Daniel, lanzó una acusación hacia todos los estamentos de poder involucrados en la impunidad: “Sepan ustedes, cómplices y encubridores de la desaparición de Daniel Solano, hijo de Gualberto, que si Gualberto decide una vez más hacer una huelga de hambre y encadenamiento, van a ser también cómplices de lo que le pase. Sepan que el pueblo, nosotros, no los vamos a dejar en paz si algo le pasa al viejito. Sepan ustedes que por cada vez que ignoran esas carpas que son un símbolo de lucha y amor, matan un poco más al papá de Daniel. Sepan ustedes, jueces, políticos y asesinos que todos los días, cada uno de los días vuelven a matar y desaparecer al chango de Gualberto. Sepa usted, señor gobernador que ustedes no tienen una provincia de paz y tranquilidad. Sepa usted señor intendente que tiene un pueblo que crece, pero crece en injusticia, en dolor y complicidad de la desaparición de Daniel. Sepan ustedes señores policías, que nunca pero nunca los dejaremos en paz mientras la verdad no se sepa. Sepan todos los cómplices de esta tragedia, que la gente de este pueblo los repudia, los aborrece y los condenará por siempre si son cómplices, una vez más, de otra tragedia. ¡Las cadenas y el dolor lo llevarán por siempre, porque la gente, el pueblo, no va a ser cómplice de su impunidad!”.
Un equipo de La Izquierda Diario estuvo recientemente en Choele Choel registrando testimonios e imágenes que rodean al caso de Daniel Solano. En breve será publicado un informe audiovisual que reconstruye los hechos y muestra la cadena de responsabilidades políticas e institucionales alrededor de uno de los casos más aberrantes de los últimos años. |