*La autora de esta nota es militante del PTS y persona sorda
Este 19 de septiembre, se festeja el Día Nacional de las Personas Sordas Argentinas. Dicha celebración tiene como objetivo sensibilizar y difundir acerca de la comunidad sorda y sus luchas en pos de una sociedad en la que la accesibilidad lingüística y cultural sea una realidad. Este año, la conmemoración trae consigo una lucha muy importante para la comunidad: la campaña en búsqueda de la Ley Federal de Lengua de Señas Argentina (LSA), una ley que garantice un derecho tan elemental como la lengua natural de las personas sordas.
La fecha elegida para celebrar este día se debe a la sanción de una ley que en 1885 ordenó la creación del Instituto Nacional para Sordos, la primera escuela oralista para sordos en Argentina. Hay que señalar que en ese entonces, el oralismo era el método modelo en la educación de las personas sordas a nivel mundial. Tal como se señaló en el Congreso de Milán de educación (1880) donde se debatía el método más adecuado para la educación de los sordos, consideraban que la lengua de señas no era un idioma, argumentando que “con las manos hablan los monos” y que “el pensamiento se da gracias a la palabra hablada”, concluyendo entonces que los niños sordos debían aprender la lengua oral para desarrollar sus capacidades e integrarse en la sociedad.
A tono con esta ideología, quien asumió la dirección del Instituto Nacional para Sordos fue el sacerdote Serafino Ballestra, un hombre que en nombre de Dios se declaró defensor del método oral puro, centrado en la abolición de la lengua de señas, usando terapias eléctricas y prohibiendo a los niños sordos el uso de su lengua natural: la lengua de señas.
A pesar de los castigos y los esfuerzos del director para borrar la lengua de señas y evitar que los niños hablaran con las manos, la misma resistió. Las únicas escuelas de sordos estaban en Buenos Aires, por lo que los niños sordos del interior del país vivían como internos en la escuela tradicional. Es gracias al acto de rebeldía de estos niños que aprovechando los recreos y los momentos en los dormitorios hablaban en su lengua a escondidas, se propició el desarrollo de la Lengua de Señas Argentina (LSA).
Estos niños, una vez egresados, en búsqueda de tener espacios donde pudieran hablar su lengua en libertad y tomar sus propias decisiones, fundaron las primeras asociaciones de sordos del país. Estos fueron y son los principales centros de organización y encuentro de la comunidad sorda y principales impulsores de la Ley Federal de LSA.
Enzo Rizzi, presidente de la Confederación de Sordos (CAS), sostuvo en una entrevista con la corresponsal de este medio en Salta, la docente Daniela Planes, que la lucha por una ley que reconozca a la Lengua de Señas no es algo nuevo. Es una lucha histórica que no ha tenido la atención de los diferentes gobiernos.
En la actualidad, se ve a los niños sordos desde un paradigma médico, esto quiere decir que cuando los padres oyentes tienen un niño sordo lo primero que hacen es recurrir al médico y sus indicaciones son el implante coclear, la audiología, fonoaudiología y todo lo que tenga que ver con rehabilitación, provocando la privación lingüística al 95 % de niños sordos que no acceden a una lengua hasta la escolarización. La sanción de una ley a la medida de la comunidad sorda, con un cambio que erradique el paradigma médico daría mayores oportunidades y la libertad a estos niños para decidir sobre su futuro y acceder a una mejor calidad de vida.
Actualmente, se busca el derecho lingüístico a través de un nuevo proyecto debatido y construido por miembros de la comunidad sorda (sordos, familiares de sordos e intérpretes) de todo el país, que será presentada como iniciativa popular. Con el objetivo de sumar aportes y adeptos se lleva adelante una campaña de difusión bajo #Leyfederalsa. Para sumarte y por más información dirigite a la Confederación Argentina de Sordos (CAS)
Este día, vivimos una situación en que la mayoría de la clase trabajadora se encuentra precarizada y es más difícil para las personas sordas acceder a empleos de calidad.
La pelea por el reconocimiento de la lengua de señas y todos los derechos de nuestra comunidad, es inseparable de la pelea por empleo genuino y en defensa de la educación pública, es decir, de la lucha contra el ajuste junto a los y las docentes, las familias populares, la juventud y las mujeres que se plantan por sus derechos.
¡Feliz día de lucha para las personas sordas! | 
