Más de un año de pandemia sin horas de descanso, días administrativos o vacaciones, las y los trabajadores del Barros Luco se movilizaron por sus derechos laborales donde además develaron una realidad que buscan ocultar: la precariedad de cada servicio del hospital, que afecta a sus trabajadores y usuarios. Hoy son atacados con posibles sumarios por sacar la voz por millones. Conversamos con las y los trabajadores del Hospital, para conocer de primera fuente cuál es la realidad que se vive al interior del hospital y por qué la dirección busca arremeter contra las y los trabajadores.
La Dirección del Hospital Barros Luco, encabezada por la Dra. Gisella Castiglione, amenazó con aplicar sumarios contra más de 200 trabajadores y trabajadoras luego de haber sido oficiados desde Contraloría a raíz de las movilizaciones ocurridas en junio de este año, donde las y los trabajadores realizaron masivas asambleas y movilizaciones por su derecho al descanso, un derecho fundamental, y por mejoras en las condiciones que cada servicio atiende a sus pacientes, una gestión que ha sido un atentado a la salud pública. “Esta autoridad indolente busca golpear a los trabajadores una vez más, recibimos descuentos y ahora amenazadas de sumarios. Hemos sacado a la luz las falencias que esta autoridad ha tenido con el pueblo de Chile. De la contraloría nada se dice de que las guaguas de la neonatología prácticamente salían del puerperio en hipotermia porque no había calefacción en los pasillos, nada de dice de las caídas de los pacientes de las camillas porque estaban en mal estado.” relató Brisa Gálvez desde la FENATS Barros Luco.
Las denuncias que han realizado los trabajadores fueron ratificadas y avaladas por los mismos usuarios del sistema de salud, “estuve hospitalizado y en el servicio de agudo no había alcohol gel, no había chata, no había pato, no había nada! ¡Estoy hablando de enero! Lo que aquí mencionan los trabajadores es verdad, no más sinvergüenzura para los trabajadores” mencionó un usuario durante la asamblea quien se acercó a ver lo que sucedía.
“Es una falta de respeto, que la salud en este país que un día es aplaudida, al otro día se quiera prácticamente sepultar a sus trabajadores” menciona una trabajadora, “Lo único que quieren es sancionar a los trabajadores, para evitar que los trabajadores se levanten y exijan sus derechos” denuncia otra trabajadora.
Si bien los sumarios fueron ordenados por la Contraloría, son a raíz de una denuncia anónima que no es descartable que haya sido realizada por la propia dirección del Hospital. La respuesta legal que se hizo, fue un recurso de reposición ante la Contraloría, interpuesto a través de la Fenats como primera medida, mientras las y los trabajadores ya plantean que “¡Si tocan a uno, respondemos todos!”
La lucha que dieron las y los trabajadores en junio tuvo repercusión nacional, y aportó a que distintos centros de salud también pudieran acceder a su legítimo derecho a descanso, en medio del enorme estrés psicoemocional al que han estado expuestos siendo la primera línea de esta larga pandemia. Es por lo mismo que hoy la Dirección del Hospital busca arremeter contra las y los trabajadores que dieron el ejemplo.
Ellos y ellas han denunciado persistentemente las malas condiciones en las que tienen que desempeñar sus labores, las cuales no han encontrado soluciones y que van en directo detrimento de la atención de miles de familias trabajadoras, en un Hospital que tiene a más de 1 millón de personas inscritas. Y que muestra una fotografía de lo que es el sistema público de salud, donde a nivel nacional se replican las mismas o peores problemáticas.
En respuesta a esta situación, la Fenats del Hospital Barros Luco Trudeau convocó una asamblea el pasado jueves 9 de septiembre, donde alrededor de 150 trabajadores se hicieron presentes para discutir como punto principal la situación de los sumarios, en un ambiente de indignación dado que es la segunda medida aleccionadora que la dirección quiere realizar contra las y los trabajadores, ya que a fines de junio de este año ya realizaron descuentos a quienes sostuvieron la movilización, los cuales fueron cubiertos por la propia organización sindical.
En la asamblea se evidenció que las problemáticas persisten en los distintos servicios del hospital.
Al interior del Hospital: las condiciones de trabajo y atención
Los problemas de fondo que hay en el Hospital y que provocaron las movilizaciones siguen estando presentes. No hay calefacción o la que hay se encuentra mala, servicios que atienden hace años sin agua caliente, falta permanente de personal, con servicios que tienen que atender a pacientes que no corresponden a las especialidades, como neurología que atienden oftalmología u otras, para lo cual ni siquiera se les brinda alguna capacitación, sumado al desgaste psicoemocional que enfrentan tras casi 20 meses de pandemia, que rápidamente hizo colapsar un sistema público de salud que ya era decadente antes del COVID.
“Las funcionarias calentamos agua en los hervidores para poder bañar a los pacientes, no hay calefacción en las salas de espera, hay malas gestiones de las jefaturas en servicios, que han sido puestas en conocimiento pero que no se toman en consideración; hay que trasladar a bebés que vienen saliendo de las incubadoras por pasillos sin calefacción, que les ponen en riesgos graves de pulmonías u otras enfermedades. Quieren sancionarnos para evitar que los trabajadores exijamos nuestros derechos”.
Desde el servicio de alimentación denuncian la mala gestión y el cierre de unidades por falta de personal que ha implicado no tener los alimentos especiales para pacientes con traqueostomía que no pueden comer granos para no trapicarse, o alimentación especiales con vitaminas para cicatrización “Tuvimos un turno donde por falta de personal no teníamos cómo cubrir la once de los pacientes, el desayuno llegó a las 10 de la mañana, los pacientes vegetarianos tuvieron que comer pan y la directora no tenía idea! La culpa no la tienen los pacientes”
Por otro lado, desde el servicio de neurología los trabajadores decían que hace cuatro años que no tenían ni agua caliente ni calefacción. “Actualmente estamos con una dotación de técnicos en enfermería baja a la media, trabajamos con 3 o 4 técnicos, cuando se dice que tienen que ser mínimo 6. El estrés psicoemocional ha implicado que muchos funcionarios han estado con licencia, pues hemos tenido que atender a pacientes con patologías más complejas, sin ninguna conducción o inducción, donde los manejos para los pacientes han cambiado. Nos han sobre explotado, y los mismos psiquiatras dicen que estamos sufriendo lo que se llama el Síndrome de Burnout que es un síndrome de agotamiento tanto físico emocional que te lleva a una saturación límite, ya muchos de nuestros compañeros han presentado esto, y estamos con la dotación mínima. Hoy éramos 4 técnicos para 28 pacientes, donde se fueron alta 10 y llegaron 12, no da abasto! No somos unas máquinas, tratamos de dar lo mejor frente a la atención” mencionaba un funcionarios.
Además existe preocupación entre las y los trabajadores, ya que hay informaciones de que el 30 de septiembre se terminaría la relación laboral con todos los trabajadores que se encuentran a honorarios. Según transparencia, al 2020 el HBLT contaba con casi 150 trabajadores/sa a honorarios y despedirles es contrario a la falta de dotación que existe en todos los servicios. Además ¿qué ocurrirá con las funciones que cumplen en la actualidad? ¿Habrá externalización de funciones y así seguir con la privatización de los hospitales públicos? Y sobre todo ¿qué ocurrirá con esos trabajadores y trabajadoras y sus familias, que muchos de ellos llevan trabajando durante largos periodos bajo este régimen contractual?
Al 2020 el HBLT contaba también con más de 2600 trabajadores a contrata y solo con alrededor de 1100 a planta, repercutiendo fuertemente en las condiciones laborales en que se encuentran, donde la “flexibilización” laboral es sinónimo de aún mayor estrés. En la actualidad hay muchos servicios que deberían estar trabajando por ejemplo con 6 auxiliares, pero permanentemente funcionan con una dotación de 2 o 3 máximo. Con la sobrecarga existente en el Hospital una medida muchísimo más racional sería el paso a planta progresivo de contratas y honorarios, y sin ningún despido que provoque mayor precarización.
Las y los trabajadores han sido enfáticos en que las problemáticas que denuncian no son solo por sus condiciones laborales, que ya dejan mucho que desear: “Cada servicio tiene sus problemas que finalmente atentan contra la salud del usuario y que es la lucha del sector público en general porque esto ocurre a nivel país no solo acá. Invitamos a sumarse a esta lucha que no es solo para el que trabaja sino también para el que se atiende acá en el Hospital”. El castigo que quiere hacer la dirección del Hospital es para seguir ocultando esta realidad, que es que las y los trabajadores simplemente no cuentan con las herramientas necesarias para poder brindar una atención digna.
El mismo jueves 9 se entregó una carta a la Dirección del Hospital en rechazo de la medida de sumarios, pero entre las y los trabajadores no existen muchas expectativas de ser oídos: “Castiglione nunca ha escuchado a los trabajadores, nunca se ha asomado en los pasillos, nunca se ha acercado a una asamblea para dialogar con nosotros (...) primero nos hacen descuentos y hoy quieren pasarnos sumarios”.
Unidad y solidaridad: ¡Si tocan a uno, respondemos todos!
La propia movilización que las y los trabajadores realizaron en junio les permitió unificar mejor sus demandas, al encontrarse en espacios comunes que en otra situación no se dan: “Entre los servicios nos fuimos enterando y contando nuestros problemas al estar todos los servicios juntos”. Esta difícil experiencia que logró una cuestión tan básica como tener su legítimo derecho al descanso, también mostró la necesidad de por ejemplo tener delegados en cada servicio “que pongan sobre la mesa lo que ocurre en cada lugar y desde ahí generar mesas de trabajo” ya que son ellos y ellas quienes realmente conocen las problemáticas existentes.
Las y los trabajadores se cansaron de años de precariedad, y el ánimo de lucha es no dejar pasar ningún sumario, desde el área judicial y de organización se preparan para luchar “De rodillas jamás voy a estar” decía una trabajadora de años en el hospital.
La pasada asamblea es solo el primer paso a tomar frente a la medida de sumarios. En aquella ocasión fueron acompañados además por distintos dirigentes de otros sindicatos candidatos a diputados del distrito y agrupaciones políticas que se sumaron a solidarizar con las y los trabajadores. “El apoyo de nuestros pares y de otros hospitales es fundamental para el movimiento y así mostrar que la salud en Chile es para unos pocos”.
Valeria Yáñez candidata a diputada por el distrito 13 señalo que “este es un ataque a la salud pública, el gobierno busca precarizar, destruir y privatizar la salud pública. El cierre de camas del Hospital Metropolitano por la construcción de estacionamientos para el Costanera Center es un ejemplo claro. Lo que sucede en el Barros Luco es una expresión de lo que sucede a nivel nacional, con movilización, unidad y lucha no dejaremos pasar los sumarios”.