Pese a que la pandemia dejó en evidencia la importancia de las y los trabajadores que expusieron sus vidas en distintos ámbitos, estas últimas semanas se coló dentro de la discusión política, como uno de los principales pilares para salir de la crisis económica que estamos atravesando, el punto de la reforma laboral. Todo el arco político que responde a intereses empresariales, desde el kirchnerismo hasta los mal llamados libertarios, desfilan por los distintos medios de comunicación bajando línea sobre cómo debería ser esta “nueva” (contra) reforma.
Personajes como Hernán Lombardi, conocido por despedir trabajadores de prensa con la excusa de que eran la “grasa del Estado”, pasando por un “emprendedor gastronómico” devenido en político que piensa que solo podes opinar de política si tenes “empleados a cargo”, hasta el casi extinto López Murphy, el ministro de economía de De la Rúa, que duró 15 días y fue echado por la movilización popular por querer implementar un ajuste brutal a la educación, entre otras figuras del ámbito “progresista” que responden al gobierno nacional, cierran filas en este debate y lo venden como la única forma de poder generar nuevos puestos de trabajo, sobre todo en las PyMES, sector donde la informalidad abunda, sin ningún tipo de consulta a quienes somos los más perjudicados: Los/as trabajadores/as.
Las cifras de desocupación y precarización laboral en el país y la provincia son alarmantes y van de la mano de la constante quita de derechos que nos fueron haciendo años tras año sin que las conducciones sindicales se pongan a la cabeza de defendernos. Son las reformas silenciosas que ahora quieren blanquear y legalizar a mano alzada en el congreso de la Nación luego de que pase la tormenta electoral para agachar la cabeza frente a los intereses del Fondo Monetario Internacional.
Punilla no es la excepción a toda esta situación, es uno de los Departamentos con mayores índices de informalidad y desempleo en la provincia. Es por esto que hace más de un año nos venimos organizando en la Red de Trabajadores Precarizados, junto a otros/as trabajadores/as y desocupados/as para pelear por trabajo genuino.
Cada vez son más los y las jóvenes que hartos de estas condiciones que “proponen los nuevos tiempos”, empiezan a alzar su voz y a denunciar no solo las pésimas condiciones laborales que tienen que soportar diariamente, sino también los maltratos y abusos por parte de los dueños de los comercios de distintos rubros.
En estos días se viralizó en la Ciudad de La Falda una denuncia a un local gastronómico ubicado en la Avenida Edén al 600, donde se acusa al dueño del local de distintos tipos de maltratos físicos y abuso psicológico, donde se pone en manifiesto no solo el abuso de poder que ejercen algunos dueños de este tipo de establecimientos sino también la exposición y las situaciones denigrantes a las que estamos expuestos y expuestas producto de la desprotección de derechos laborales, derechos que nos quieren seguir sacando.
Nos contactamos con Melany, que nos contó el padecimiento que tuvo que soportar trabajando en este local:
¿Por qué dejas de trabajar en Safari?
El día lunes salí de noche de trabajar porque generalmente trabajaba cortado, tenía 4/5 horas de vida en el día nada más. Ese día me enfermé mentalmente por todo lo que conlleva trabajar en ese lugar, me enfermó la cabeza y físicamente, no podía ir a trabajar entonces le avisé a mi jefe la situación y como al otro día entraba a la mañana le dije que no estaba en condiciones de ir ocho horas seguidas porque no podía ni ir al baño sola directamente, me llama a las 8 de la mañana gritándome, enojado diciendo que era mi responsabilidad y no de otro empleado cumplir sin excusas, que desde ya no era una excusa.
Me pregunta, - a ver qué te pasa-, mientras le estaba contando, me corta el teléfono. Ese día no fui a trabajar, al otro día tuve franco y al siguiente día me habló diciéndome que vaya a hablar con él, fui y me dijo que ya no formaba parte de la familia Safari y obviamente estaba enojado porque me enfermé.
¿Cómo fue tu experiencia en ese lugar?
Trabajé dos meses en Safari, poco, pero en ese poco tiempo conocí el lugar y la locura de un jefe violento. Obviamente el trabajo era en negro, sé que hubo muchos casos que me llegaron cuando conté esto, en redes sociales me escribieron un montón de chicas, porque normalmente contrata chicas de mozas, porque se sexualiza a la mujer, capaz que es distinta la propina o porque va a volver el cliente.
Cuando yo laburé había un solo mozo hombre y me llegaron un montón de comentarios de chicas que no solo fueron víctimas del abuso verbal de él. Entiendo también el miedo de las chicas de hablar por una cuestión de que es una persona que tiene plata, contactos, es una persona violenta y quizás también hay un miedo de que no nos van a contratar nunca más en ningún lado porque La Falda es un pueblo chico.
¿Llevaba a cabo otros maltratos?
Es una persona muy obsesionada con la limpieza entonces lo más mínimo que este sucio, capaz que eso lo ponía loco y llegaba a gritarte, a pegarle a la barra, a pegarle a las paredes y a los muebles. Me han comentado que ha llegado a tirar platos, a quedarse con propinas por venganza.
¿Esta situación que se vive en Safari, es algo común en la zona?
Creo que en la gastronomía y en los comercios en sí está muy naturalizado diferentes tipos de maltrato. Muchas chicas me han llegado a decir de abusos o de golpes, capaz que no hacia ellas, pero ¿qué diferencia hay entre pegarle a un mueble que está al lado mío y pegarme a mí? Y ese miedo que le tenes a un hombre machista, que mide dos metros, que no sabes qué te va a pasar cuando salís a la calle, o si te lo vas a cruzar.
Es una situación fea, por una cuestión de que siempre piensan que por darte un trabajo te están haciendo un favor. Y no me estás haciendo un favor, ni yo a vos. Simplemente me contrataste porque trabajo bien, hago lo posible por mejorar, en cualquier tipo de comercio. Pero no me estás haciendo un favor por darme un trabajo y pagar $150 la hora. Aparte vas al supermercado y las cosas suben tres veces y tu sueldo se mantiene en $150 la hora. Y ¿cómo vivo con esto? Hay mucha gente que tiene que mantener familias y vos decís, ¿cómo haces con $150 la hora? Y mucha gente no se va de los trabajos porque tiene una familia que darle de comer.
Yo creo que en muchos pueblos, desde La Falda hasta en Carlos Paz se está haciendo difícil encontrar trabajo y los pocos trabajos que hay capaz te pagan menos de $100 pesos la hora, agarras el laburo porque no te queda otra y en el momento de desesperación decís ¿qué hago? ¿Me quedo en mi casa con el emprendimiento que no me está funcionando o agarro este laburo?
¿Empeoró esta situación después de la pandemia?
En el momento de desesperación y de hambre uno siempre busca y encuentra una solución para algo poder hacer. Porque un montón de comercios son un negocio familiar y no contratan gente de afuera. Acá el CV no importa. Si no que seas hijo de o conocido de tal. También hubo y hay mucha escasez de laburo y las cosas empeoraron desde muchísimos puntos de vista.
A través de lo que expusiste en tus redes se vio el apoyo de mucha gente que está harta de esta situación
Si porque lo vivieron. Recibí mucho apoyo porque se sienten identificados con la situación que viví o habrán vivido hasta situaciones peores. Creo que la salida más fácil a esta situación es hablar, muchas chicas me pedían que compartiera su historia tapándole la cara y el nombre. Y lo entiendo y lo respeto, pero si todo el mundo sale a hablar de lo que está pasando, ¿a quién van a apuntar con el dedo? A ninguno.
Creo que la salida es hablarlo, si tenemos las redes sociales para decir esto es lo que yo viví, y etiquetar el lugar para denunciarlo.
La salida es organizarnos
Mientras los partidos de los empresarios junto a los sindicatos se preparan para consensuar una (contra) reforma que degraden aún más nuestras condiciones de trabajo, de salario y de vida para darle mayor libertad a los empresarios para explotarnos aún más con la excusa de la "competitividad", en muchos lugares de trabajo hace años se vienen soportando estás condiciones.
Desde La Red de Trabajadores Precarizados/as y Desocupados/as de Punilla, nos jugamos a organizar este descontento entre las y los jóvenes en la región para poder coordinar acciones contundentes para defender los pocos derechos laborales que aun nos quedan y darle otra salida, porque somos quienes no tenemos representación sindical y por eso apostamos a la unidad para fortalecer nuestros reclamos. |