Una grave y terrible situación sale a la luz sobre el pueblo migrante, tras una semana marcada por acciones de odio y xenofobia, en contra de decenas de venezolanas y venezolanos en el norte del país.
De acuerdo a un reportaje realizado por Ciper Chile, actualmente Fiscalía investiga una denuncia por trabajo forzado masivo de inmigrantes en cosechas de arándanos y mandarinas, y en la que se han visto afectados ciudadanos de distintos países.
Según lo señalado por el medio, entre los años 2016 y 2019 al menos 29 venezolanos y haitianos vivieron en carne propia y de manera sistemática abusos laborales de distinto tipo, y que podrían perfectamente vincularse a formas de trabajo forzado.
Acuerdos fraudulentos respecto a salarios menores de lo señalado, sobreexplotación laboral, espacios de residencia totalmente insalubres, y el no pago de los sueldos, son algunos de los aspectos que se investiga, donde la inspección del trabajo ya sancionó a algunas empresas en las cuales prestaron servicios las personas afectadas.
En el reportaje de Ciper se da cuenta de historias provenientes de distintas personas, como el caso de Paola quien manifiesta la esperanza puesta en un trabajo en el que se le había ofrecido un sueldo entre los $600 mil y $1 millón de pesos. Algo bastante distinto a los $288 mil pesos que posteriormente aparecieron en el contrato de muchos, y realizando un trabajo muy distinto a la limpieza de arbustos que consistiría en su labor, la cual se convirtió concretamente en la cosecha de arándanos llegando a conseguir sueldos que mensualmente iban entre los $30 mil y $90 mil pesos.
Y un trabajo que terminó abruptamente después de seis meses, luego de que el gerente general de la empresa Soluciones Agrícolas SpA, Francisco Mendoza Berríos, vaciara su oficina y desapareciera, habiendo millones en sueldos impagos, y leyes que no habrían sido respetadas ni cumplidas de por medio.
De acuerdo a CIPER, Agrícola El Recodo Spa, Servicios De Cosecha Geraldine Alejandra Nilo Cáceres E.I.R.L., Agrícola Paola Molinet Troncoso E.I.R.L. o Servicios Auxiliares para el Agro Erika Segovia E.I.R.L. serían algunas de las empresas que habrían aparecido en el contrato de trabajadoras y trabajadores.
Las amenazas de despidos por parte de Mendoza, frente a la negación de seguir trabajando en condiciones indignantes por parte de las trabajadoras y trabajadores, fue el chantaje constante con el que se habría buscado retener y continuar los trabajos que se realizaron tanto en el norte como en el sur del país.
“Trabajamos con él (Mendoza) mucho tiempo, porque queríamos tener papeles. Siempre pensé que una vez que los tuviera, lo dejaría inmediatamente” señala Bernard Sanon, trabajador haitiano quien refiere impotente a la situación vivida.
No cabe duda que la situación vivida en Iquique durante el fin de semana, en que vimos como por medio del enaltecimiento de un patriotismo indolente y repulsivo, se quemaron las pertenencias de decenas de ciudadanas y ciudadanos venezolanos pobres, muestra de manera descarnada la situación que viven miles de inmigrantes en todo el país.
El envalentonamiento y el aprovechamiento por parte de miles de empresarios que utilizan a favor a la difícil situación migratoria que viven las y los extranjeros, buscando mejores condiciones de trabajo y de vida, es el pan de cada día. Y es en este sentido que la solidaridad hacia las y los migrantes en nuestro país deber ser total.
Mientras los empresarios buscan dividir a la clase trabajadora, alimentando los discursos de odio, racistas y xenófobos, es más necesario que nunca estrechar los lazos de unidad, y organizarnos por nuestros derechos, golpeando conjuntamente a los empresarios, sus instituciones y partidos, que están al servicio de perpetuar las leyes que nos explotan y oprimen, más allá de toda nacionalidad, o de cualquier frontera. |