“Nos aseguramos la provisión de vacunas para el último trimestre de este año y nos aseguramos ya la provisión para todo el primer semestre del año que viene", señaló el jefe de gabinete en conferencia de prensa fiel a la idea de “dar buenas noticias” luego de la derrota electoral en las PASO. Lo hizo acompañado, de la ministra de Salud, Carla Vizzotti y de Wado de Pedro, jefe de la cartera de Interior.
Estaba también en la mesa el secretario de Asuntos Estratégicos junto al representante del Banco Mundial en Argentina, Jordan Schwartz. Con un cinismo que no lo inmuta, dijo que se trata de un “muy importante el apoyo del Banco Mundial. Estas vacunas servirán para completar la inmunización en los adolescentes y poder reactivar más rápidamente la economía”.
Sin haber tomado ninguna medida hacia los laboratorios, como la exigencia de la liberación de las patentes de las vacunas, ni declarar de utilidad pública la producción nacional de vacunas, claramente desde Washington celebran este nuevo endeudamiento con el que el gobierno nacional se somete aún más al imperialismo y las entidades de crédito internacionales, que sostienen de este modo las ganancias multimillonarias de las empresas que producen las vacunas.
Según lo anunciado, el acuerdo mediante el que se otorga este crédito, establece una cláusula para capacitar al personal de salud: "contempla la capacitación de los y las trabajadores de la salud, administradores de vacunas, personal de logística; actividades de comunicación y sensibilización para reducir la resistencia a la vacunación; asistencia técnica para fortalecer y adaptar los sistemas de vigilancia y seguridad de las vacunas; y la capacitación para la gestión de los desechos de las dosis aplicadas".
Estos mismos trabajadores y trabajadoras que vienen sufriendo salarios de miseria, jornadas extenuantes, en muchos casos, la precarización laboral y la amenaza de despidos.
El país está en condiciones de fabricar a nivel nacional las vacunas necesarias para inmunizar a toda la población. De hecho, el laboratorio Richmond fabricó una primera tanda de 150 mil vacunas componente dos de Sputnik V y luego de aprobada por el Instituto Gamaleya, se dispuso a fabricar tres millones más de dosis del segundo componente.
El gobierno nacional se negó a declarar de utilidad pública la producción del laboratorio del empresario Marcelo Figueiras. Pero no sólo eso, sino que fue beneficiado con 43 millones de pesos del estado nacional.
Nuevamente hoy, con el crédito otorgado por el Banco Mundial, el gobierno deja claro que su política es seguir con el endeudamiento y sometimiento del país, sin reclamar ni la liberación de patentes, ni poniendo la producción local al servicio de las necesidades del conjunto de la población.
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