Como una prueba de fuego están considerando esta semana para la abanderada de Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste, ya que deberá intentar alinear al conjunto de senadores y senadoras de la ex Concertación para sacar adelante el proyecto de cuarto retiro.
En lo que viene siendo una constante vuelta de chaqueta, la expresidenta del senado insistió en su “voto favorable” para el cuarto retiro, aún cuando desde su sector han criticado continuamente esta política, ya que afecta el enorme fondo que utilizan las grandes empresas para capitalizar sus inversiones.
Llenos de oportunismo, los y las diputadas y senadoras de la DC, han votado a favor de los retiros anteriores señalando que lo hacen para “ayudar al pueblo” en un momento crítico de la pandemia, pero se han negado sistemáticamente a aprobar cualquier medida que afecte directamente a los intereses de las grandes empresas.
Dicen querer ayudar a la clase trabajadora y los sectores populares, pero con los retiros obligan a que sean estos mismos quienes paguen la crisis con sus ahorros, porque quien salvó a las AFP en esta pasada fue el Banco Central, entregando la liquidez necesaria para que se transfirieron los recursos a las cuentas de los cotizantes.
Para Provoste, la posibilidad de que no se apruebe el cuarto retiro significa un nuevo golpe a su candidatura y seguir bajando como posible carta entrando a disputar el tercer o cuarto puesto sin chances de pasar a una segunda vuelta.
De conjunto, esta posición de Provoste es el reflejo del amplio rechazo en el que se encuentran hundidos los partidos tradicionales y particularmente la DC, quienes representan el sector que tomó en sus manos la profundización del modelo heredado de la dictadura durante los dos primeros gobiernos de la democracia y luego como sostén el Chile de los 30 años. |