Amatech es un call center donde laboran más de 3500 trabajadores con sueldos que no alcanzan y prestaciones mínimas. Como en otros call center, la mayoría son mujeres, madres solteras y estudiantes que combinan trabajo y estudio, o jóvenes a quienes se les niega el derecho a estudiar por la vía de reducir el presupuesto educativo y así disminuir el número de espacios en las universidades públicas.
Los trabajadores exigen un aumento de por lo menos el 12% directo a su salario. El incremento salarial es una demanda vigente y justa para los trabajadores de Tlaxcala y del resto del país, pues tras la crisis económica y sanitaria somos nuevamente los sectores populares quienes estamos pagando la crisis. Mientras nosotros nos apretamos el cinturón y estiramos la quincena, Carlos Slim, sin hacer nada, sigue siendo uno de los empresarios más ricos del mundo.
Viva la lucha de Amatech
Con carteles, banderas y consignas, desde la Ciudad de México se hizo sentir el respaldo a la huelga. Muchos de quienes mandamos este mensaje somos trabajadores de call center en la CDMX, repartidores de aplicaciones como Uber Eats y Rappi, jóvenes precarizados por ONG’s, trabajadores universitarios, estudiantes, docentes de educación básica y superior, feministas y activistas obreros.
Con esta campaña de fotos, además de enviar toda nuestra solidaridad también queremos decirle a los trabajadores de Tlaxcala que no están solos, que su lucha es justa, que la victoria es posible y que no dejen que nadie les diga lo contrario.
Para ello es necesario hacer un llamado al resto de trabajadores y a las organizaciones obreras y sindicales de todo el país, en particular a las que se reivindican democráticas como la UNT, la CNTE y la NCT, para que se movilicen en respaldo a sus demandas y levantar así una gran lucha contra la precarización laboral.
Con la organización democrática, combativa y en las calles es posible arrancar al gobierno y a los empresarios el incremento salarial que se necesita, no sólo ese 12% inicial sino incluso un incremento mensual de acuerdo a la inflación. No hay que confiar en los trucos legaloides que se disfrazan de normativa laboral, ni en las autoridades de la Junta de Conciliación y Arbitraje, solo nuestra fuerza puede imponer nuestras justas demandas. No aceptemos aumentos miserables, ni tampoco bajemos el porcentaje que exigimos, porque si sus ganancias aumentan, nuestros salarios no están a discusión.
No es justo que mientras los ricos y poderosos se hacen cada vez más ricos, los trabajadores y sectores populares veamos como los salarios se hacen polvo con el incremento en los precios de la canasta básica. |