Este miércoles, mientras se producía una importante novedad en el caso de la desaparición seguida de muerte de Facundo Astudillo Castro (que complica aún más la trama de encubrimiento de la Policía Bonaerense) desde el Gobierno de Axel Kicillof se volvía a montar una escena con el objetivo de mostrar el deliberado aval de la gestión del Frente de Todos a esa fuerza represiva hundida hasta el hueso en todo tipo de crímenes.
La crónica difundida por medios ultraoficialistas dice que “el jefe de Gabinete de Ministros de la Provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, recorrió la Escuela de Policía Juan Vucetich junto al ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni. Los funcionarios estuvieron presentes en un ejercicio de resolución de hipótesis de conflictos, en donde las y los cadetes aplicaron a casos prácticos lo aprendido en las clases teóricas”.
En la recorrida, Insaurralde dijo que se está viendo “un cambio impresionante en materia de capacitación y formación de los cadetes de la Provincia impulsado por el gobernador Axel Kicillof y el ministro de Seguridad Sergio Berni”. A su vez reconoció que hay “una gran inversión en logística y equipamiento para la fuerza”.
Por su parte Berni, contento por el acompañamiento de Insaurralde y del Gobernador, dijo que el Gobierno de Kicillof “tiene el gran desafío de llevar a mayores niveles profesionales a nuestra policía, que se venía formando de manera rápida y teórica, sin capacitaciones en el territorio. Esto permite que los agentes, cuando egresen, estén más y mejor capacitados no sólo para defender los derechos de los demás, sino también, como bien decía el jefe de Gabinete, para saber lo que nunca se debe hacer con un arma. Eso es un gran cambio de paradigma”.
Después de la visita de los funcionarios a la escuela de Policía, vinieron los habituales tuiteos de ambos contando lo bien que la pasaron allí y propagandizando su política represiva.
Este nuevo viejo aval a la Policía Bonaerense de personajes de la derecha peronista como Berni e Insaurralde (hasta hace unos días intendente de Lomas de Zamora) se da en el marco de diversos hechos de violencia y brutalidad protagonizados por esa misma fuerza mal llamada de “seguridad”, algunos de los cuáles terminaron en muertes aberrantes de jóvenes pobres a lo largo y ancho de la provincia.
En la mayoría de esos casos, las y los uniformados implicados cuentan con la complicidad directa de los funcionarios políticos y con gran parte del Poder Judicial, en una espiral histórica de intercambio de favores, donde la Bonaerense sirve a los intereses del Estado capitalista con armas y bagajes mientras que desde las instituciones públicas se encubre y protege a quienes piden coimas, regentean el gran delito (desde el narcotráfico y la piratería del asfalto hasta la trata de personas), torturan, secuestran, arman causas a inocentes, desaparecen y matan.
El mismo Sergio Berni es responsable del encubrimiento directo de decenas de criminales de uniforme que desde el 10 de diciembre de 2019 han cometido hechos de los más atroces y, en su enorme mayoría, están impunes y en funciones como si nada hubiera pasado.
Los casos se cuentan de a montones. Alcanza con mencionar las desapariciones seguidas de muerte de Facundo Castro y Francisco Cruz, los crímenes de Brandon Romero, Alan Maidana, Fernando Leguizamón, Lucas Verón, Franco Cardozo, Jonathan Morales y tantos otros jóvenes, todos hechos ocurridos entre 2020 y 2021.
En la mayoría de esos casos, la Bonaerense actuó directa o indirectamente, sus agentes fueron los ejecutores o son los máximos sospechosos de haberlo sido. En algunos casos, los asesinos son de otras fuerzas pero actúan en territorio provincial.
En ninguno de esos casos el Ministerio de Seguridad puso a disposición de las familias la información necesaria para saber qué pasó con sus pibes, tampoco la Jefatura de Gabinete que ahora conduce Insaurralde. Ni siquiera la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia (que actúa a las órdenes del ministro de Justicia Julio Alak, otro exponente de la derecha peronista) ha actuado al menos para diferenciarse del resto de los funcionarios.
El empoderamiento a la Bonaerense de parte del Gobierno del Frente de Todos (acrecentado hace un año cuando las tropas rodearon la Casa de Gobierno de La Plata y la Quinta de Olivos) es un hecho de trascendencia en medio de la profunda crisis económica y social, con millones de bonaerenses viviendo en situación de pobreza.
Esa población, sobre todo sus hijas e hijos más jóvenes, es la carne de cañón de un sistema perverso en el que el brazo armado del Estado organiza el gran delito al tiempo que sus jefes políticos insisten con la cantinela de que esas mismas fuerzas “nos cuidan”.
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