Fascistas y antifascistas se enfrentaron en San Pablo, en el año 1934, dejando como consecuencia la estrepitosa derrota de los primeros. ¿Cómo fue la batalla en la céntrica Plaza da Sé?
“Los integralistas (es decir los fascistas, N.d.E.) no corren: vuelan”, diario Jornal del Povo (10/10/1934)
En el año 1930 con un golpe de Estado asume Getulio Vargas en Brasil. Era una dictadura con rasgos parlamentarios y discurso populista. Persigue a los sectores obreros combativos, prohibe a la izquierda e impone una legislación laboral copiada de la Carta del Lavoro de Mussolini.
En los 20 y a principios de los 30 el proletariado se desarrolla al calor de una relativa industrialización que se dio entre las guerras mundiales. Las ideas revolucionarias influencian a la vanguardia, que ganaba y creaba sindicatos y organizaciones políticas propias.
A comienzo de los 30 el Partido Comunista (PC) ya había expulsado a los trotskistas y estos se agrupan en la Liga Internacionalista. En San Pablo eran más que el PC oficial.
En 1932, al calor del crecimiento del fascismo en Europa se desarrolla la Acción Integralista liderada por Plinio Salgado. Los fascistas en Italia eran camisas negras, los nazis camisas pardas, los falangistas españoles camisa azul y los fachos brasileños serán camisas verdes. Su objetivo inmediato era ser un grupo de choque contra los sindicatos y la izquierda, que le sirviera al régimen bonapartista de Getulio Vargas.
Los trotskistas lanzan la idea de agruparse para combatir al fascismo naciente, y proponen organizar un Frente Único Antifascista. En julio de 1933 se forma el F.U.A. con diversas organizaciones obreras, políticas y sindicales, menos el Partido Comunista que se niega. Llegan a ser unas 30 organizaciones. Los trotskistas dirigían la poderosa UTG (Unión de Trabajadores Gráficos).
El FUA realiza diversos actos y enfrenta en varias oportunidades a las huestes de Plinio, incluso a la represión policial.
El 1° de mayo de 1934 se realiza un gran acto obrero contra el gobierno de Getulio y contra los integralistas. Mario Pedrosa cuenta: “En aquel día yo lancé por primera vez en Brasil la consigna de la necesidad de la construcción de la IV° internacional. Los comunistas internacionalistas sentimos que era el momento de hacer propaganda de esa necesidad, debido a la capitulación del PC alemán, que había abierto el camino a Hitler...”.
Los integralistas anuncian la realización de una gran manifestación y desfile militar en San Pablo, para el día 7 de octubre, para conmemorar el segundo aniversario de la creación de Acción Integralista.
“’No vamos a dejar que esos canallas dominen las calles. Vamos a impedirlo de cualquier manera. Todos aprueban. Como secretario de la FUA soy el encargado de convocar a una reunión para discutir la propuesta de una contramanifestación, armada si fuera preciso...’ Dos días después fueron convocadas todas las organizaciones y se aprobó la contramanifestación; la finalidad era disolver la reunión de los plinianos (seguidores de Plinio Salgado). El pueblo de San Pablo debería ser esclarecido con el manifiesto y comunicados a la prensa sobre las razones que justificaban tomar dicha resolución, pues los integralistas alardeaban que emplearían en el Brasil, los mismos métodos de liquidación física de los adversarios políticos y de las organizaciones opositoras que estaban en feroz aplicación en Alemania e Italia; en la medida de lo posible cada organización trataría de proveer elementos de defensa –eufemismo para decir armas– necesario para la concreción de las medidas tomadas”, decía Fulvio Abramo.
Los stalinistas eran contrarios a este tipo de frente único y su estrategia eran los frentes de colaboración con la burguesía. Sin embargo el comité regional del Partido Comunista Brasilero (PCB), representado por Herminio Saccheta, en contra de la directiva nacional, se integra a la preparación de la contramanifestación. El 3 de octubre el comité ejecutivo de la LCI realiza una importante reunión en la casa del militante húngaro Rudolf Lauff, valiente combatiente de la guerra civil rusa. Era una persona con experiencia, que había combatido un año medio en el Ejército Rojo de Trotsky, y que orientó todo el aspecto militar.
Mario Pedrosa recuerda años después:
“Para concretar el frente Antifascista […] la LCI, los anarquistas y los socialistas lanzaron un periódico llamado El Hombre Libre. El PCB no participaba del frente único, prefería hacer campaña aparte. Solamente participó de la gran lucha contra los integralistas del 7 de octubre en la Plaza da Se. Toda la izquierda se unió contra la manifestación integralista que sería realizada aquel día. El objetivo de los integralistas era atacar la organización de la clase obrera, la sede de la Federación Sindical de San Pablo y los sindicatos que se encontraban en el edificio Santa Helena, en frente del cual tenían planeado el desfile. Nosotros luchamos contra los fascistas e impedimos la realización de la manifestación...”
El Enfrentamiento
Los camisas verdes que llegaban de a centenares, en trenes con contingentes del interior paulista, y hasta de Río de Janeiro, alcanzaron una cifra estimada entre 6.000 y 8.000.
A eso de las trece horas la caballería y la infantería de la fuerza pública, con más de 400 efectivos con fusiles y ametralladoras de pie, inician la ocupación de la plaza.
Los integralistas se sentían protegidos ante tamaño despliegue militar y comienzan su acto. Entre los himnos fascistas y los gritos de: “fuera gallinas verdes” del otro lado, la cosa se fue caldeando. Hubo forcejeos y algunos enfrentamientos menores.
Sin embargo la policía intenta intervenir, se escuchan varios disparos y hubo corridas. Esta primera confusión se diluye rápido. Los fachos empiezan a concentrarse sobre las escalinatas de la catedral. En esos momentos se escucha una ráfaga de ametralladora, la que nunca se pudo determinar por quien fue accionada (hasta se habló de accidente). Esto solo incitó los ánimos de los antifascistas porque todo el mundo pensaba que habían sido los integralistas los autores de los disparos. Grandes columnas de integralistas estaban entrando a la plaza por atrás.
“Los integralistas repuestos del pánico causado por la descarga de ametralladora, comenzaron a llenar las escalinatas de la Catedral. Me pareció que era el momento para iniciar la contramanifestación. Subí al pedestal de una columna y pronuncié breves palabras... una feroz ráfaga de balas fue dirigida a nuestro grupo... Corriendo oí decir a Mario (Pedrosa): “estoy herido” y tropezó. Lo agarré del brazo con mi mano izquierda” dice Fulvio Abramo.
Ahí cayó herido de muerte el joven comunista Decio de Olivera, y murieron 3 policías y algunos fascistas.
Los distintos grupos políticos se habían distribuidos zonas de la plaza y alrededores donde se trababan en lucha con los integralistas. Abramo relata: “la batalla prosigue. Los integralistas cuentan con elementos que no son tan cobardes como nosotros los calificamos, más por enemistad y desprecio (justificados) que por amor a la verdad. Ese grupo continúa tirando y aún no abandonaría la plaza. Finalmente se retira...en cuanto la mayoría de los “gloriosos milicianos” huye a toda velocidad de la plaza, por todos lados y por toda la ciudad. A la tarde, a la noche, y en los días siguientes son recogidas camisas verdes tiradas por sus dueños en los lugares más distantes de la ciudad...fue la gran fuga que pasó a ser denominada de ahí en adelante la desbandada de las gallinas verdes... Plinio Salgado que no había sacado los pies de su sede de la Acción Integralista comienza a derramar sus lágrimas y lamentos a partir de ese momento.” .
La derrota desarticuló al incipiente movimiento fascista, que solo prosiguió como variante electoral de derecha. Y los trotskistas brasileños fueron artífices fundamentales de este triunfo. El 7 de octubre de 1934 es una fecha para no olvidar.