Este sábado 2 de octubre culminó el segundo Congreso Argentino de Cannabis y tercer Encuentro Cannamericano de fitocanabinoides llevado a cabo en Chilecito, La Rioja. El gobernador Ricardo Quintela, el ministro de Salud de la provincia Juan Carlos Vergara – entre otros funcionarios locales- y el gerente de Agrogenética Riojana Bejamín Enrici, lideraron la mesa del acto de apertura presencial, junto al director del Programa de Cannabis Medicinal Marcelo Morante. Por videoconferencia estuvieron presentes la ministra de Salud Carla Vizotti y el ministro de Producción Matías Kulfas.
Las exposiciones se dieron en formato híbrido, presencial y virtual. En el auditorio principal se desarrollaron conferencias magistrales de investigadores de renombre y actores relevantes de la realidad cannábica argentina y latinoamericana. En salas virtuales se desarrollaron ponencias y debates en paralelo que abarcaron temáticas diversas como cannabis terapéutico; acceso, políticas públicas y marco regulatorio; el rol de las universidades.
Investigación
“Se presentaron 42 trabajos de rigor científico, de distintas universidades, lo que indica el crecimiento en la investigación de cannabis terapéutico en toda la región” indicó Daniela Sedán, parte del comité académico. Las áreas de estudio comprendieron ciencias biológicas; ciencias químicas, experiencias clínicas y acompañamiento de pacientes; acceso, producción y universidad.
Acceso y políticas públicas
La nueva reglamentación de la ley 27.350, sus alcances y precedentes, limitaciones y aspectos a mejorar, atravesaron la primera jornada del Congreso, que cerró con la conferencia magistral de Marcelo Morante. Es quien está al frente de la implementación del Registro del Programa de Cannabis (Reprocann), uno de los puntos fuertes del decreto reglamentario 883 que autorizó el autocultivo, el cultivo solidario y el cultivo asociativo para fines medicinales en noviembre de 2020. Según los números expuestos por Emiliano Andrés Melero -Director Nacional de Medicamentos y Tecnología Sanitaria del Ministerio de Salud de la Nación- en el panel sobre acceso y regulación en Latinoamérica, el Reprocann tiene 8.392 solicitudes aprobadas y más de 24.000 en proceso.
“Lo más interesante es la convivencia y el trabajo continuo que hemos desarrollado. Poner en la agenda política y gestionar nuestras necesidades me parece que es lo más valioso que tiene todo este proceso” señaló el doctor Marcelo Morante frente a un auditorio colmado, con fuerte presencia de las asociaciones civiles de todo el país como Acción Cannábica, AUPAC, Ciencia Sativa, entre otras.
Las organizaciones están a la espera de que el registro apruebe sus licencias para poder producir y autoabastecerse bajo la figura de cultivo asociativo.
La conferencia cerró casi con un diálogo entre estas partes, artífices de los avances en la legislación para garantizar el acceso a una terapia a base de cannabis, donde se planteó la necesidad de avanzar hacia un abordaje integral, que deje de criminalizar y detener. La legislación avanza en materia medicinal e industrial, el mercado planifica sus inversiones, pero la ley de drogas 27.737 sigue criminalizando a usuaries y cultivadores. Esa misma ley es la que signa los procedimientos conjuntos de la justicia y las fuerzas de seguridad, que todavía desconocen las nuevas normativas y por "cumplir lo que dice la ley” pueden llevarse una herramienta terapéutica utilizada, por ejemplo, como antiepiléptico.
Producción
El Congreso también tuvo una fuerte impronta productiva y La Rioja como anfitriona no fue casual. En enero de este año, durante la visita del gabinete nacional en el marco de las Capitales Alternas, el Gobierno otorgó un aporte de 15 millones de pesos a la provincia para que desarrolle la industria del cannabis a través de la empresa mixta con mayoría accionaria provincial Agrogenética Riojana y así abastezca a sus pacientes.
Proyectos de cultivos para fines medicinales e industriales a través de empresas con participación estatal están proliferando, no solo en La Rioja, sino también en provincias como Misiones, San Juan, Chubut y Mendoza, a la luz de la ley para desarrollar la industria que debe discutirse en Diputados.
Empresarios y funcionarios de estas provincias disertaron sobre los proyectos durante la tarde de la primera jornada de Congreso. En Jujuy, Cannava entregó hace pocos días el primer lote de aceite de cannabis de grado farmacéutico: CBD 10. La empresa de Gastón Morales -hijo del gobernador Gerardo Morales, quien fue beneficiado con una licencia para cultivar en 2019, algo muy cuestionado por las organizaciones cuando todavía no se podía acceder al autocultivo- participó de una de las conferencias virtuales y anunció que en noviembre el producto estará disponible en las farmacias jujeñas.
Por otra parte, en Río Negro, la Asociación Civil Ciencia Sativa está desarrollando el Proyecto Alto Valle en común con el INTA, uno de los pocos cultivos que no tiene participación privada y que fue presentado en la mesa sobre aspectos pertinentes a la producción.
Agrogenética Riojana tiene sembradas las Cepas Argentinas Terapéuticas (CAT), la primera genética 100 % argentina, desarrollada por la Universidad Nacional de La Plata con la Asociación Cultural y Club de Cultivo Jardín del Unicornio y Asociación Cultivo en Familia La Plata. Esta articulación entre cultivadores que vienen sosteniendo la práctica desde hace años en la clandestinidad, enriquecides con la comunidad científica, se condensó en el invernadero donde estaban sembradas la CAT 2 y CAT3 en la planta de Agrogenética. Roxana Nermi Zappia y Julián Peré, con la emoción de un sueño realizado ante sus ojos, levantaron una bandera con un meme “Mirá de quién te burlaste”.
El Congreso fue la oportunidad de reunir distintos actores del tejido social que vienen participando en el desarrollo de la planta de Cannabis en nuestro país desde hace años, en un marco de prohibición. Abierto quedó el debate sobre cómo se desenvolverá esta industria que está dando sus primeros pasos y empieza a atraer inversiones. El modelo de desarrollo que proponen algunos proyectos- articulado por organizaciones cannábicas, universidades e instituciones científicas- pretende ser armonioso, para que la apertura al mercado no se lleve por delante el trabajo asociativo y comunitario que se viene entramando hace tiempo. El estado debe garantizar ese reconocimiento.
Al finalizar, luego de otorgadas las distinciones a los trabajos científicos, el comité académico leyó un documento con propuestas y conclusiones, consensuado con otras organizaciones participantes, llamado Declaración de Chilecito.
El texto resalta: “Todo lo hasta aquí planteado se debe acompañar en Latinoamérica con una amnistía general a quienes fueron privados de su libertad por cultivar. Debe cesarse con la persecución de quien posea, transporte, o cultive cannabis con fines medicinales y adultos. Los organismos de seguridad deben discernir entre los grandes cultivos ilegales destinados al narcotráfico, y los procesos culturales legítimos e históricos de nuestras sociedades. Basta de presxs por plantar. Por Acceso, Producción e Investigación. Acceso seguro, integral y universal. Producción diversificada estatal, social y privada. Cultivares locales e Industrialización para el desarrollo local y regional. Investigación y Docencia para que sea posible”.
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