La Real Academia Española (RAE) volvió a ser noticia en las últimas horas tras haberse expresado una vez más en contra del uso del lenguaje inclusivo. Lo hizo al responder a un mensaje en Twitter de un usuario que utilizó calificativos negativos hacia el uso de la e, la x o @.
Claudio Ruiz escribió sólo dos opciones: una “jerigonza” (lenguaje difícil de entender para quienes no integran el grupo que lo usa) o un “galimatías” (lenguaje difícil de entender frases impropias o ideas confusas). Y así se la dejó servida en bandeja a quienes administran las redes sociales de la RAE, que no taradron en responder.
Como se sabe, no es la primera vez que la RAE se muestra en contra del lenguaje inclusivo, defendiendo el uso del “masculino gramatical” que, según su propia visión colonialista y patriarcal, no supone ningún tipo de discriminación sexista.
Hace tres meses la RAE dijo que el uso del inclusivo “complejiza la lengua tanto como su enseñanza” y “no contribuye a señalar la igualdad de los sexos sino que, por el contrario, sugiere la existencia de una rivalidad y no de un encuentro fundamental y profundo entre ambos”.
En 2020 también la RAE se manifestó en contra del uso de la “e” en sustantivos para no mencionar ni marculino ni femenino y hasta habló de la “necesidad de no utilizarlo”. Y rechazó cualquier intento de aplicar el inclusivo en la redacción de la Constitución de España tras la propuesta de sectores disidentes con las normas patriarcales y machista del lenguaje.
En una entrevista realizada el año pasado por Ideas de Izquierda a Santiago Kalinowski, el lingüista, lexicógrafo y director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras, cuestionaba los argumentos de la RAE. “Siempre te viene uno a decir ‘no, porque la lengua no es racista, la lengua es racista cuando se pone en discurso’. Mentira. La lengua la hacen los humanos, los humanos son racistas, sexistas… la lengua va a codificar entonces racismo y sexismo”.
“Si la gramática codificó sexismo, si tiene un correlato de una situación de preponderancia masculina ancestral, entonces tiene sentido llamar la atención sobre eso. Aunque cambiar la lengua no va a cambiar la sociedad, la lengua no cambia lo real. No porque tengamos otro pronombre mágicamente las dinámicas de poder van a cambiar. Lo que sí podemos hacer es usar la lengua para llamar la atención sobre los temas”, afirmaba Kalinowski, para quien esa lucha es un proceso “lento, arduo, con avances y retrocesos”.
Para leer más sobre este tema te recomendamos visitar el dossier especial sobre “Políticas de la lengua” publicado por el semanario Ideas de Izquierda en 2020. |