Se empezó a hablar de nuevo de una reforma laboral. Es decir, de un cambio en las leyes y condiciones en las que trabajamos.
Muchas patronales y candidatos de la derecha están aprovechando la campaña electoral para instalar esa idea como una necesidad: dicen que hay que modernizar las leyes para generar empleo, cambiar la estructura laboral rígida que tiene el país, y muchas formas diferentes para decir lo mismo. Que la causa de la desocupación y el trabajo informal son las protecciones legales que tienen algunos trabajadores “privilegiados”, y la única forma de que los empresarios tomen trabajadores es que sean “más baratos” y tengan claro, menos derechos.
Parece que no les alcanza con venir atacando el salario los últimos años, siempre necesitan más.
Desde Larreta y Lousteau de Juntos, pasando por Milei, Espert, Randazzo, y todas listas de derecha en las elecciones, repiten esta propuesta porque representan a las patronales y sus intereses, como hizo el macrismo cuando gobernó.
Juntos propone una ley para eliminar las indemnizaciones por despido, o sea abaratar los costos para echar trabajadores, o sea que si trabajaste dos, tres, 10, 15! años en una empresa y ya no les servís más. A la calle y sin un peso a cambio??
Un ejemplo de esto es la “libertad” que tienen los trabajadores de la construcción que llevan su talento por distintas empresas, viviendo en un paraíso de empleo no registrado y son hojas al viento de la desocupación en momentos de crisis.
lo que fue más aprovechado durante la pandemia. Además es utilizado por muchas patronales para tercerizar tareas con menor costo.
El gobierno viene diciendo que se opone a la reforma laboral en ley, Pero hoy gran parte de la clase trabajadora no está registrada, o sea no tiene derechos.
El 70 por ciento de los jóvenes están precarizados, y no conocen lo que es una una indemnización o un aguinaldo. Además es el mismo Estado el que mantiene el fraude laboral con miles de monotributistas, sin derecho a indemnización, aguinaldo ni vacaciones pagas, desde hace años. Muchos tienen convenios flexibilizados en los 90 que siguen igual, o están tercerizados como vimos en los conflictos del ferrocarril o Edesur.
Pero así como pasa con los salarios, que cuando bajan los de trabajos registrados, también bajan el resto, lo mismo pasa con los derechos: se tiran para atrás las condiciones de todos los trabajadores.
Se nota que los empresarios, mientras presionan por las leyes que quieren, ya nos están robando derechos. Algunas ya están avanzando con la ayuda de las conducciones de sindicatos, para empeorar las condiciones de los convenios colectivos de trabajo, como es el ejemplo de Toyota. En la planta automotriz de Zárate, impusieron la jornada obligatoria los sábados, que antes era opcional y se pagaba como horas extras.
Y es que más allá de las elecciones, buscan que la salida a la crisis del país sea con más explotación a los trabajadores y aumentando sus ganancias.
Entonces, así como los empresarios se organizan y hacen política, también los trabajadores tenemos que organizarnos desde abajo para frenar las amenazas y los ataques, y exigirles a los sindicatos que dejen de ser cómplices y convoquen asambleas y medidas contra cualquier ataque a nuestros derechos laborales. |