Hugo Santiago, jerarca de la diócesis de San Nicolás cercano a Bergoglio, fue encarado por dos madres y un padre de menores abusados por el cura Tulio Matiussi en 2017. Junto a otros curas las increpó y hasta las denunció ante la Policía por “violación a la propiedad privada”. Todo el cruce fue filmado. Escuchá y mirá a un obispo encubridor en vivo.
Este miércoles a las 10 de la mañana el obispo de San Nicolás Hugo Santiago reunió a los curas de la diócesis que tienen a cargo parroquias en San Pedro. El encuentro fue en el salón de la parroquia San Roque, ubicada en la esquina de Moreno y Ansaloni de esa localidad del norte de la provincia de Buenos Aires.
Tras años de recibir el desprecio de la jerarquía católica por haber denunciado los abusos sufridos por sus hijas e hijos a manos de un cura y dos cómplices, Carla Vitale, Ana Froman y Víctor Sabbioni decidieron presentarse en el almuerzo de los sacerdotes para exigir respuestas ante la situación que atraviesan. El caso, vale recordar, próximamente llegará a juicio con tres acusados de abusos sexuales agravados y demás vejaciones contra cinco menores de edad.
Minutos antes de las 15 llegaron las dos mamás y el papá de tres de las víctimas a la parroquia. Unos metros más allá, por la calle Ansaloni, el jardín de infantes Belén, donde hace cuatro años sus hijas e hijos contaron que fueron reiteradamente abusados por el cura Tulio Matiussi, el portero Anselmo Ojeda y la preceptora María Rubíes. Vitale sabía que cualquier cosa que sucediera debía ser registrada. Y apenas bajaron del auto encendió la cámara de su teléfono.
Lo que sigue es un material en crudo, sin ninguna edición. Sólo fueron "pegadas" las partes recibidas por este medio de parte de las propias familias denunciantes. Las expresiones del obispo Santiago son elocuentes en el sentido de una clara posición de encubrimiento de los victimarios y demonización de las víctimas, tal como lo dicta el manual de procedimientos digitado sotto voce desde el Vaticano.
Primero el obispo aparentó asumir su responsabilidad y acudió, al oír su nombre, al encuentro con quienes llegaron hasta la puerta del salón. Pero apenas entendió de qué se trataba la cosa, buscó mil formas de evadir la conversación y hasta se lo vio nervioso. “No tengo problema en hablar, pero no me filmes”, dijo con tono canchero. “Esto es lo que nos protege”, dijo Vitale.
Santiago confundió el fuero civil con el fuero penal ante las madres de las víctimas. Con tono provocador, dijo que “no es tan clara” la acusación contra Matiussi, aunque quiso aclarar que él no lo protege y que todo está en manos de “la Justicia”. Negó haber ido a hablar varias veces con el juez de la causa (algo que las familias dan por probado). Y por si fuera poco confirmó que en una misa, públicamente, dijo que le creía a su cura y no a les niñes.
Cuando el obispo se dio cuenta de que la batalla estaba perdida, cambió su expresión por otra menos engreída y pasó al enojo directo. “Dejá de filmar y andate”, dijo antes de dar media vuelta e intentar volver a la mesa.
La actitud del resto de los curas y sus empleadas no fue muy distinta a la del obispo, quien aprovechó la superioridad numérica y el ímpetu de sus defensores para retirarse del centro de la escena. Además de provocador, un digno apóstol de la santa cobardía.
Cuando las madres y el padre denunciantes decidieron retirarse, recibieron insultos de varios de los presentes y una de las mujeres del lugar hasta intentó arrebatarle el celular a Vitale. Allí la grabación se corta.
La mujer en cuestión es Marisa Corvalán, quien según varias fuentes trabaja en la Subsecretaría de Políticas de Género, Mujeres y Diversidad del Municipio de San Pedro, donde recayó luego de pasar por el área de Turismo. Según ella misma dice a sus allegados, su relación con el intendente Cecilio Zalazar es excelente.
Vale recordar que, además de ser jefe comunal, Zalazar preside el partido FE de San Pedro, el engendro creado por el fallecido Momo Venegas que estuvo con Macri hasta 2019 y ahora integra el Frente de Todos. Huelga decirlo, pero Zalazar tiene excelente relación con las huestes de monseñor Santiago.
El episodio no terminó allí. Por orden del obispo, hubo un llamado al 911 pidiendo la protección de la Policía Bonaerense o, mejor dicho, pretendiendo que se llevaran a la fuerza a las madres y al padre de los exalumnos del jardín. Curiosamente, cuando llegaron al lugar y escucharon a "las partes", los policías no molestaron a Vitale, Froman y Sabbioni, posiblemente persuadidos de que salir en defensa de esos curas hasta para ellos era insostenible.
Horas después, según el sitio Noti San Pedro, todos los curas y sus empleadas radicaron una denuncia en la comisaría local contra Vitale, Froman y Sabbioni por supuestamente haber violado la propiedad privada, haber filmado sin consentimiento a quienes estaban en la parroquia y hasta haber ocasionado una descompensación al párroco de San Roque. Como si las víctimas fueran los hombres de sotana y no las familias de les niñes que sufrieron abusos y maltratos.
En diálogo con La Izquierda Diario Carla Vitale dijo que tanto ella como la otra mamá y el papá están “tranquilos”, ya que lo único que hicieron fue “dejar en evidencia” al obispo y sus secuaces. “Podemos demostrar no sólo que nuestros hijos dicen la verdad sino que ellos mienten y que es tenebrosa la actitud que tienen”, sentenció.
“Pese al dolor y a la impotencia de encontrarte con una persona a la que no se le mueve una pestaña, creemos que todo va tomando el curso que tiene que tomar”, finalizó Vitale en referencia al próximo paso en la causa judicial por los abusos de su hija y de otros cuatro menores: el juicio contra el cura Matiussi y sus cómplices.