De sobra son conocidas las escandalosas propuestas de la patronal española contra los trabajadores. Allí estaba Monica oriol, ex portavoz del Círculo de Empresarios, cuando dijo que los jóvenes sin formación “no valemos para nada”, o que no se debía contratar a mujeres en edad fértil. Pero ahora llegan propuestas de distinto tipo que son un síntoma de los peligros que ve la burguesía española en la clase obrera española. El Círculo de Empresarios, lobby empresarial que forman Telepizza, Telefónica, Coca-cola, Indra, Mercadona, Mediaset, incluso Goldman Sachs y otras tantas, hizo público este mes el increíble informe titulado “Medidas para eliminar los obstáculos al crecimiento de las empresas”.
Según plantean, son una serie de medidas para aumentar el tamaño de las medianas empresas y la concentración empresarial. Pero su propuesta estrella más grosera es acabar con la organización democrática de los trabajadores en la mediana empresa.
Según plantean “la constitución del comité de empresa debería de tener como cifra de referencia 100 o más empleados”, pues según los empresarios reducen “su competitividad al elevar los costes de gestión y su posibilidad para financiarse con fondos propios”. A diferencia de lo que viene recogido en el Estatuto de los trabajadores, donde los obreros tenemos derecho a elegir representantes electos para el Comité de empresa a partir de 50 trabajadores.
Así pues, sobre todo las “elecciones sindicales” a estos Comités, pero también el “crédito horario”, la “información sobre las ventas, la producción, las contrataciones o los programas de igualdad”, estarían entre las “barreras” sindicales que la patronal española quiere destruir.
No es de extrañar que los pocos derechos democráticos que tienen las plantillas menos numerosas para hacer frente a los ataques de sus patrones, quieran barrerlos. Según las fuentes del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en enero de 2012 el 97,80% de los capitalistas empleaba al 41,23% de los asalariados. Muchas de estas empresas o bien forman parte de la subcontración a grandes multinacionales como Cotronic en Telefónica o FCC, o son franquicias de multinacionales como muchas tiendas de Telepizza o McDonald o cadenas de restauración, o simplemente son pequeñas empresas.
Pero este lobby empresarial no ha sido el único. Muy significativas fueron las declaraciones del principal representante de la patronal española, Juan Rosell (CEOE), quien planteó los “verdaderos peligros” para la burguesía en su Desayuno con Directivos y Ejecutivos (CEDE) a finales de mayo y en la mesa redonda preparada por la Confederación de la Industria textil a finales de junio.
En sus charlas hizo una defensa férrea del rol de los sindicatos en la negociación colectiva que han permitido los recortes, y planteó la necesidad de que los aparatos de la burocracia sindical sean “fuertes y potentes” frente a los trabajadores asamblearios. "Los sindicatos son imprescindibles en la negociación, y si no hay sindicatos nos volvemos asamblearios y con las asambleas no se llega a ninguna parte”, ya que esto “significaría el principio del fin de la economía española” según recoge La Vanguardia.
Rosell planteo que “los negociadores de los convenios empiezan a jubilarse, y estaban en la negociación desde la Transición, y hay muchos casos de jubilados que siguen negociando”. Por esa razón, “no podemos quedarnos sin interlocutores fiables y preparados", "nos interesa que sean gente preparada, consciente, que sepa sumar y restar", incluso que sepan idiomas, según Rosell. "Y a los sindicatos no les llueven los fondos del cielo".
No es por casualidad que los lobbys y representantes de la burguesía plantean estos problemas, pues al calor de la crisis, diversos sectores de trabajadores están haciendo importantes experiencias con la burocracia sindical de los Toxo y Mendez.
Grandes luchas como Panrico, que se enfrentaron a su comité de empresa para que acate los mandatos de las asambleas; los trabajadores de Coca-cola que tampoco permitieron el mal menor de aceptar despidos; o la reciente lucha de los trabajadores de Movistar contra la subcontración con el lema “nosotros luchamos nosotros negociamos” frente a la maniobras de los burócratas sindicales de negociar a espaldas de los obreros asamblearios. Todas estas experiencias han cuestionado el papel de estos “negociadores” que tanto defiende Rosell.
Estos “negociadores” que vienen desde la Transición, como explico Rossel, son claves en la estabilidad del régimen político del 78 y para los negocios de la burguesía.
Que se pueda generalizar el ejemplo de estas luchas y sus lecciones, que se pueda luchar porque la crisis la paguen los ricos, y la lucha por recuperar los sindicatos en manos de los burócratas sindicales y ponerlos al frente de los trabajadores combativos, asamblearios y anti-burocráticos; esas son las pesadillas que le quitan el sueño a la patronal. |