Hace más de 114 años, en agosto de 1907, en el barrio de La boca, las humeantes cocinas pararon, las mujeres tiraron los trapos al suelo y dejaron de barrer para hacer escudos contra la policia con sus escobas. Ninguna de ellas se vió, seguramente, en una situación así. Es que la municipalidad de Buenos Aires habia decidido subir los impuestos y los propietarios ricos habian subido los alquileres por las nubes, los mismos que huyeron de ahí por la fiebre amarilla y habian dejado casonas enormes sin ocupar.
La bronca estalló y ya no habia manera de pararlas. Ya nadie podia pagar los alquileres, y decidieron no hacerlo. Así comenzaba la huelga de las escobas, porque era la manera que tenian las mujeres de defenderse de los desalojos de los policias. Ellas eran costureras, mucamas, criaban a los chicos de los ricos, obreras. Hijas, sobrinas, tias, madres. Se organizaban durante el dia para cuidar de su hogar y salian a buscar solidaridad con otros trabajadores. Los niños cumplieron un rol central también, iban recorriendo conventillos, avisando la situación y ayudando a sus mamás en la defensa de sus casas.
Ellas protagonizaron esta huelga, con su propia fuerza. Con la fuerza de la mujer. Una fuerza que se cocina entre horas y horas de trabajo, entre ollas y cucharones, entre la crianza y los malabares, entre la bronca que se mastica por la violencia machista y la violencia del gobierno, el mismo que hoy desea feliz dia, pero antes les pasaron topadoras y prendieron fuego las casillas.
Esa fuerza tienen las mujeres de la toma ‘’fuerza de mujer’’ de la villa 31. Aquellas que dejaron las escobas, para construir casillas, aquellas que enseniaron unas de las cosas más valiosas a sus hijes, que es pelear por lo que corresponde. Aquellas que dia a dia construyen solidaridad y se organizan para pelear por un techo para sus hijxs, por trabajo, por disfrutar de las bellezas de la vida, por eso que tantos ricos y ricas (patronas, que también son madres) niegan para seguir manteniendo sus privilegios. Ellas son un ejemplo de que la maternidad no es como quieren los gobiernos y viejos conservadores, que se queden resignadas en la cocina agachando la cabeza. Ellas sin haberlo imaginado, como las pioneras de la huelga de las escobas salen a la calle a tomar las riendas de sus propios destinos. Les regalamos esta hermosa canción en su dia. Queremos el pan pero también las rosas. Como dice una vieja canción ‘’Mientras vamos marchando a través del nuevo dia, brillan con un sol radiante cocinas e hilanderias, el dia se ilumina con nuestras voces hermosas, porque el pueblo nos escucha se pan y rosas, pan y rosas’’.
